Dalila.Mamá G me ha enviado un horario conveniente en el que solo tengo clases tres veces a la semana. El resto del tiempo debo resolver qué hacer con mi vida; quizá aproveche para ir a visitar a la prima de papisuegro… pero esos planes tendrían que esperar, primero debía ver cómo me siento después de haber pasado por la clase de educación física.Esta mañana después de darme un baño rápido, hablé con Clara sobre mis nuevas asignaturas y ella me dio un resumen rápido de lo que ella iba a hacer esta semana; así que quedamos de vernos en casa de Carl para la fiesta de emparejamiento que iban a tener Clara y él. Obviamente sus madres estaban extasiadas con la idea y habían invitado a toda la manada a la celebración.*Ah, el amor…*Me siento feliz por ellos, se ven lindos juntos.Caminé por los pasillos hasta el gimnasio especial para educación física, esta vez si iba preparada para sudar con short deportivo, mis convers y una playera de Dylan que robé de su ropa cuando recogí mi ropa li
Dalila.-¡Dalila! ¡Descríbeme lo que hay en el agua! - Dijo el profesor Kevin a una distancia prudente de la orilla.- ¡Necesito que me digas todo lo que puedas de ellas!*Claro profesor, ¿También gusta que les pregunte su color favorito? ¡¿Por qué mierda hay cosas en el agua?!-¡No es necesario, profesor! ¡Estas cosas son anguilas eléctricas! - Dije elevando la voz para que el profesor me escuchara. Esperaba no sonar tan histérica como me sentía.Mi loba tenía razón, ¿Por qué estaban en el agua en el agua?El profesor Kevin me miró desconcertado y luego su cara cambió a pánico total.-¡No te muevas Dalila, llamaré al Alfa y pensaremos en algo!*¿Pensar en algo? Si, qué buena idea. Nosotras también estaremos aquí pensando cosas. Como por ejemplo, en por qué mierda pensamos que estas clases iban a ser buena idea. Los niños están traumatizados con solo la Madre sabía qué cosa le pone al agua el profesor. ¡Pero si tiemblan de miedo!Dejé que mi loba siguiera despotricando, eso parecía dis
Dalila.-¿Idiotas? Nosotros no somos los que se quedaron solos en el bosque. ¿No te han contado que los exiliados son peligrosos? - Dijo el idiota número uno. Lucía sucio y descuidado, como si no se hubiera bañado en meses. Vestía una chaqueta con agujeros que en algún tiempo debió haber sido azul, unos pantalones de mezclilla con agujeros también y unos tenis que deberían de pasar a mejor vida. Su cabello negro estaba recogido en una cinta improvisada.-No te resistas, chica. Solo queremos divertirnos un poco… -Dijo el tipo que se encontraba al centro en tono ronco, se interrumpió y tosió un poco. - Estúpida estación fría. Como sea, si cooperas esto será rápido y quizá luego te llevemos a un bonito sitio en el que pagan muy bien por lobitas. - Dijo dándome una sonrisa en la que le faltaban algunos dientes. Estaba rapado y tenía la misma apariencia descuidada de los otros dos; un grueso bigote mal recortado se encontraba en su cara.-Ésta si es bonita, deberíamos de pedir el triple. H
Jacob.-¡Kell! ¡Demonios maldito lobo, al menos pudiste haberte transformado cerca de la casa de la manada!No sé cómo mierda el chucho había podido encerrarme dentro de nuestra cabeza; no supe qué había pasado entre el tiempo en el que tomó el control hasta ahora que me encontraba avergonzado paseando desnudo frente a dos lobas que descaradamente me comían con la mirada.Menos mal que a esta hora solo los lobos que patrullan y las pocas personas madrugadoras se encontraban en las calles, así pude conservar mi modestia hasta llegar a mi habitación. Por mucho que le grité al chucho, no me contestó, entonces decidí que ya lo confrontaría después.En una hora más o menos tendría que ir a la sala del consejo con los cachorros y mi padre. Simplemente genial, esa sala se convertiría en una guardería y supongo que el papeleo no hará más que aumentar. Dando un suspiro cansado me vestí cómodamente y regresé a mi oficina. No había terminado el papeleo del día anterior y eran documentos que tení
Kell.*¡Maldita sea, Kell!Sacudí mi pelaje para despejarme. Estaba un poco cansado después de pasar la noche en vela acompañando a mi ángel, pero no tan cansado como para no ir a calmar sus tiernos miedos sobre anguilas.*Padre, necesito a los mejores rastreadores. Regresaremos con mi ángel.Me apresuré a la puerta que mi padre sostenía abierta mientras me miraba arqueando una ceja.*Ve con cuidado Kell, son tiempos peligrosos.*Yo soy lo más peligroso que habrá en ese bosque si alguien osa acerarse a mi tierno amor.Salí disparado de la casa de la manada tras una indicación general de por dónde se había ido mi corazón. En mi camino se me unieron la partida de búsqueda dos Betas, entre ellos Mort, y cinco de nuestros mejores lobos sin contar a los que mi hermoso amor había marcado. Les di una inclinación de cabeza y a mi señal corrimos a encontrar a mi ángel.Ese estúpido humano, en este momento podría estar comunicándome con mi mate si no hubiera metido sus horribles piernas en el a
Kell.Nos apresuramos a seguir a Damián. Tanto el humano idiota como yo estábamos muy preocupados; diez minutos después tuvimos nuestra primera actualización.*Damián cree que será más rápido si llega corriendo; alcanzó y rebasó al helicóptero hace unos minutos. A esa velocidad, llegaría aquí en 30 minutos más o menos. ¿Cómo está la situación con ustedes?*Estamos bien padre, mis lobos están un poco cansados; dile al helicóptero que se prepare para recibirnos. Regresaremos volando.*Bien, tengan cuidado.Por fin alcanzamos al helicóptero y gracias a la Madre que había un claro lo suficientemente grande para que aterrizara. Nos subimos y regresamos al territorio de la manada. El humano y yo estábamos atentos al bosque buscando a los tipos que se habían escapado o cualquier otro movimiento, pero no hubo suerte. Cuarenta minutos después mi padre nos volvió a contactar.*Llegaron a salvo hace 15 minutos. Perdón, con la conmoción tuve que encargarme de evitar un motín en la entrada del hos
Dalila.La siguiente vez que estuve consciente pude abrir mis ojos. Por el sonido de los pájaros, sería temprano por la mañana. Una mano descansaba firmemente sobre la mía: Mi madre.El pequeño Gabe se encontraba acurrucado en mi costado. Era agradable; traté de llamar la atención de mi madre sin despertar a mi hermanito.-Mamá, mamá…Mi madre despertó lentamente y me miró con una sonrisa acuosa. Sus ojos comenzaron a lagrimear.-Mi bebé. - Dijo y apretó mi mano antes de inclinarse y llorar un poco sobre mi cuello.- ¿Cómo te sientes?-Como si hubiera corrido un maratón y me hubiera roto el tobillo. – Dije con sinceridad y eso le sacó unas pequeñas risas. - ¿Cuánto tiempo llevo afuera?-Hoy es jueves. Has estado aquí desde el martes temprano por la tarde. Tus amigos están preparando un motín para que los dejen pasar. - Dijo con diversión. - Y hay una pequeña niña que ha estado preguntando por ti. Estoy muy orgullosa, cachorra.-Oh, bueno, ya sabes. Tuve una gran mamá. – Le dije tímidam
Tía Martha llegó con una sonrisa y cinco de sus mejores batidos. No pude evitar llorar de felicidad, la amaba.-¡Pobre pequeña! Cuando recibí la llamada de Joce diciéndome que Damián iba a quedarse un par de horas en la clínica para recuperarse, me puse un poco histérica. No fue hasta después que me enteré de tu horrible clase y el desafortunado encuentro con esos salvajes. - Dijo gruñendo un poco.-¿Recuperarse? ¿Acaso le sucedió algo a Damián?- Dije confundida y preocupada terminando mi primer sorbo de malteada de cereza.-Estaba exhausto. En cuanto te entregó en brazos del Alfa Gabe colapsó de agotamiento. Fue él el que te trajo en brazos después de que te desmayaras. ¿No lo sabías?-Uh, no. He despertado apenas hace unas horas; como nadie me dijo que hubieran complicaciones o algo en torno a mi expedición por el bosque, asumí que todos regresaron bien. ¿Ya se encuentra mejor?- Pregunté preocupada-Si, tranquila. - Dijo dándome unos golpecitos suaves en mi mano libre de batido.- Es