Capítulo 48. Cuando una mamá y un papá se emborrachan y nadan en una piscina de cheetos.

Dalila.

La siguiente vez que estuve consciente pude abrir mis ojos. Por el sonido de los pájaros, sería temprano por la mañana. Una mano descansaba firmemente sobre la mía: Mi madre.

El pequeño Gabe se encontraba acurrucado en mi costado. Era agradable; traté de llamar la atención de mi madre sin despertar a mi hermanito.

-Mamá, mamá…

Mi madre despertó lentamente y me miró con una sonrisa acuosa. Sus ojos comenzaron a lagrimear.

-Mi bebé. - Dijo y apretó mi mano antes de inclinarse y llorar un poco sobre mi cuello.- ¿Cómo te sientes?

-Como si hubiera corrido un maratón y me hubiera roto el tobillo. – Dije con sinceridad y eso le sacó unas pequeñas risas. - ¿Cuánto tiempo llevo afuera?

-Hoy es jueves. Has estado aquí desde el martes temprano por la tarde. Tus amigos están preparando un motín para que los dejen pasar. - Dijo con diversión. - Y hay una pequeña niña que ha estado preguntando por ti. Estoy muy orgullosa, cachorra.

-Oh, bueno, ya sabes. Tuve una gran mamá. – Le dije tímidam
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