Dalila. Después de esas fuertes declaraciones se escucharon algunos gruñidos en el claro. -Por favor, baja el arma. - Dijo el Alfa Gabe a un punto de la audiencia. Muchos seguimos su mirada y encontramos a Charlie apuntando justo a la cara de Brianna. A su lado estaba mi madre gruñendo amenazadoramente hacia la tarima. *Yo apuesto por Charlie. Creo que la bala llegará antes a la loca que nuestra madre. *No estaría tan segura. Nuestros amigos se ven bastante asesinos en este momento. Le dije a mi loba cuando presté atención al resto de los gruñidos que se escuchaban. No solo mis amigos, sino que había varias caras conocidas que gruñían en dirección de Brianna: Boris, Alicia, Muse, Helsen, Esteban, Martha, mamá G, Damián y, para mi sorpresa, Jacob; todos comenzaban a adoptar una posición claramente agresiva. *Aww, yo también los amo a todos. Menos al idiota, ese sigue en nuestra lista de mutilar para después. *Esto es serio, ¿Crees que tengamos que intervenir? *No, el Alfa Gabe s
Hubo silencio cuando entré al gimnasio de duela y miré hacia donde tenían colchonetas para practicar. Enseguida localicé a Damián y confieso que moví un poco extra mis caderas al acercarme a él. Era una clase exclusivamente para chicos, por lo que pude ver, y me sentí muy halagada cuando todos pusieron sus ojos en mí. -Hola Damián. - Dije dándole una sonrisa coqueta. -Hola Dalila. - Dijo dándome una cálida sonrisa amable. - ¿Qué te trae a este humilde recinto lleno de sudor y olor corporal masculino? ¿Estás perdida? Eran al menos unos 10 chicos y todos habían dejado de hacer lo que sea que estuvieran haciendo para mirarme y poner atención a nuestro intercambio. Yo le hice un pequeño puchero. -Te extrañé, pensé que tú también me habías extrañado. Damián me regalo otra sonrisa, esta vez con hoyuelos y casi me desmayo. -Claro que te extrañé, pero en este momento me encuentro enseñando cuerpo a cuerpo a los cachorros. ¿No tienes alguna clase en la que estar? - ¿Estás tratando de ale
Gabe.*Madison, prepara el cuarto de interrogación y drogas para someter a un elefante.Esperé algunos momentos mientras escoltaba a los guardias hasta la mazmorra y me comuniqué con el líder de la partida de caza dando instrucciones de que sometan a Jared y lo lleven para interrogatorio en la sala especial de la clínica.*Alfa, ¿Para un elefante?*Si, Madison. Adminístrale la primera dosis al invitado que te voy a mandar y luego monitoréalo de cerca. Necesito interrogarlo un poco más antes de decidir qué hacer con él. Sin embargo es un invitado especial, por lo que no podemos tenerlo 100% lúcido.*Si, Alfa.Dejé a mi nuevo guardia a cargo del amigo de mi hija, si es que todavía me quería considerar paps Gabe, y fui directo a la sala del consejo. Fue un movimiento inteligente el de mi hijo al irse para no lidiar con los viejos cuervos. Aunque creo que más bien fue porque su mate declaró delante de muchos testigos que no quería tener nada que ver con él. Como sea, confío en que resolve
Jacob.Regresé en estado zombi a mi oficina; creo que dejé la comida en algún rincón de mi escritorio y me puse a contemplar el vacío por minutos, horas… quién sabe.Estaba contemplando ir con Madison, de todas formas no podía poner mi cabeza en orden como para continuar con el papeleo. Cualquier cosa con tal de quitarme este entumecimiento de encima. No podía creer que me causaría tanto vacío cuando por fin lograra cosechar lo que había estado sembrando.Me levanté despacio y me dirigí a la puerta. Quizá pasaría por una copa o algo antes de…*¡Jaicob! Corre a la Wolf´s school. Ataque en el tercer piso de los dormitorios de las chicas, loba desconocida, Dalila está en peligro…*¡Ya estoy en camino!Corrí tan rápido como pude y subí las escaleras casi volando al tercer piso. La escena no tenía sentido: Clara desnuda, con las manos y parte de los brazos llenos de sangre, la señorita Morris histérica y Dalila balanceándose. Corrí y me arrodillé a su espalda para evitar que cayera. La sac
Jacob.Tuvimos que esperar en la entrada hasta que revisaron nuestros vehículos y nos hicieron un cateo de cuerpo completo, lo que no era tan ridículo teniendo en cuenta que seguíamos sin saber de dónde demonios habían salido tantos lobos para atacarnos no solo a nosotros sino también a ellos.-Alfa Jacob, por favor síganos a la casa de manada. - Dijo uno de los guardias cuando pasamos la inspección.Tuvimos que dejar los autos y fuimos a pie el resto del camino. Las calles, las casas y los edificios se veían bien; aunque esta manada no era tan próspera como la nuestra, no se podría notar a simple vista. Lo único extraño, o no tan extraño, era la ausencia de lobos en las calles. De hecho, no había sonido en absoluto y esto me tensó un poco pero no lo demostré. Mientras tanto, mis chicos observaban su entorno con el mismo cuidado que yo y estaban igual de tensos. Esto podría ser una trampa.Llegamos y en la puerta nos esperaba el Alfa Armando con la cara adusta, dientes apretados y bra
Dalila.Desperté suavemente con una mano haciendo caricias agradables en mi cadera. Me estiré un poco y abrí los ojos a una habitación oscura. Habitación oscura… habitación oscura…*Dormimos con Dylan. Estamos en su casa.*Oh, cierto. Gracias, estaba por entrar en pánico.Entonces escuchamos unos gorgojeos de bebé y las risas apagadas de dos lobas.-Hola. – Dijo Dylan directamente en mi oído. - ¿Descansaste bien?Y me acomodé para ver sus ojos en la oscuridad.-Si, gracias. Lo necesitaba… aunque siento que los últimos días las he pasado desmayada o dormida. - Dije encogiéndome de hombros. El solo sonrió suavemente y siguió acariciando mi cadera.-Creo que deberías de para de curar gente por un tiempo, tu cuerpo no está acostumbrado y creo que consume mucha de tu energía. Soy feliz de informarte que nos hemos saltado nuestras clases.-Mierda. – Le dije sin estar verdaderamente preocupada. – Supongo que tendré que sobornar a la directora para que no me suspenda y me deje graduarme. Nece
KellEl humano estúpido comenzó a trabajar en su papeleo a marchas forzadas y yo solo contaba los minutos para estirar mi pelaje y poner en marcha mis 47 planes para recuperar a mi mate.Obviamente, mientras el idiota se “lamentaba” con el cuerpo de la perra Madison, yo ya estaba ideando cómo hacer que mi mate no se fuera de la manada. Si mis cálculos eran correctos, y por supuesto que lo eran debido a mi mente superior, tenía alrededor de 24 días para que el segundo lobo de mi mate saliera a jugar; por alguna razón, cuando despertó su primer lobo no nos reconocieron como pareja, así que una de mis suposiciones era que necesitaban estar todas las almas reunidas antes de que se dieran cuenta del maravilloso espécimen que yo era.Otra suposición era que mi mate había bloqueado su instinto de apareamiento debido a que lo primero que hizo el humano fue despreciarla, humillarla y mandarla al carajo. Como sea, tengo que hacerla cambiar de opinión para que no me abandone.*Cachorro, recuerda
Dalila.Mamá G me ha enviado un horario conveniente en el que solo tengo clases tres veces a la semana. El resto del tiempo debo resolver qué hacer con mi vida; quizá aproveche para ir a visitar a la prima de papisuegro… pero esos planes tendrían que esperar, primero debía ver cómo me siento después de haber pasado por la clase de educación física.Esta mañana después de darme un baño rápido, hablé con Clara sobre mis nuevas asignaturas y ella me dio un resumen rápido de lo que ella iba a hacer esta semana; así que quedamos de vernos en casa de Carl para la fiesta de emparejamiento que iban a tener Clara y él. Obviamente sus madres estaban extasiadas con la idea y habían invitado a toda la manada a la celebración.*Ah, el amor…*Me siento feliz por ellos, se ven lindos juntos.Caminé por los pasillos hasta el gimnasio especial para educación física, esta vez si iba preparada para sudar con short deportivo, mis convers y una playera de Dylan que robé de su ropa cuando recogí mi ropa li