Jacob.Tuvimos que esperar en la entrada hasta que revisaron nuestros vehículos y nos hicieron un cateo de cuerpo completo, lo que no era tan ridículo teniendo en cuenta que seguíamos sin saber de dónde demonios habían salido tantos lobos para atacarnos no solo a nosotros sino también a ellos.-Alfa Jacob, por favor síganos a la casa de manada. - Dijo uno de los guardias cuando pasamos la inspección.Tuvimos que dejar los autos y fuimos a pie el resto del camino. Las calles, las casas y los edificios se veían bien; aunque esta manada no era tan próspera como la nuestra, no se podría notar a simple vista. Lo único extraño, o no tan extraño, era la ausencia de lobos en las calles. De hecho, no había sonido en absoluto y esto me tensó un poco pero no lo demostré. Mientras tanto, mis chicos observaban su entorno con el mismo cuidado que yo y estaban igual de tensos. Esto podría ser una trampa.Llegamos y en la puerta nos esperaba el Alfa Armando con la cara adusta, dientes apretados y bra
Dalila.Desperté suavemente con una mano haciendo caricias agradables en mi cadera. Me estiré un poco y abrí los ojos a una habitación oscura. Habitación oscura… habitación oscura…*Dormimos con Dylan. Estamos en su casa.*Oh, cierto. Gracias, estaba por entrar en pánico.Entonces escuchamos unos gorgojeos de bebé y las risas apagadas de dos lobas.-Hola. – Dijo Dylan directamente en mi oído. - ¿Descansaste bien?Y me acomodé para ver sus ojos en la oscuridad.-Si, gracias. Lo necesitaba… aunque siento que los últimos días las he pasado desmayada o dormida. - Dije encogiéndome de hombros. El solo sonrió suavemente y siguió acariciando mi cadera.-Creo que deberías de para de curar gente por un tiempo, tu cuerpo no está acostumbrado y creo que consume mucha de tu energía. Soy feliz de informarte que nos hemos saltado nuestras clases.-Mierda. – Le dije sin estar verdaderamente preocupada. – Supongo que tendré que sobornar a la directora para que no me suspenda y me deje graduarme. Nece
KellEl humano estúpido comenzó a trabajar en su papeleo a marchas forzadas y yo solo contaba los minutos para estirar mi pelaje y poner en marcha mis 47 planes para recuperar a mi mate.Obviamente, mientras el idiota se “lamentaba” con el cuerpo de la perra Madison, yo ya estaba ideando cómo hacer que mi mate no se fuera de la manada. Si mis cálculos eran correctos, y por supuesto que lo eran debido a mi mente superior, tenía alrededor de 24 días para que el segundo lobo de mi mate saliera a jugar; por alguna razón, cuando despertó su primer lobo no nos reconocieron como pareja, así que una de mis suposiciones era que necesitaban estar todas las almas reunidas antes de que se dieran cuenta del maravilloso espécimen que yo era.Otra suposición era que mi mate había bloqueado su instinto de apareamiento debido a que lo primero que hizo el humano fue despreciarla, humillarla y mandarla al carajo. Como sea, tengo que hacerla cambiar de opinión para que no me abandone.*Cachorro, recuerda
Dalila.Mamá G me ha enviado un horario conveniente en el que solo tengo clases tres veces a la semana. El resto del tiempo debo resolver qué hacer con mi vida; quizá aproveche para ir a visitar a la prima de papisuegro… pero esos planes tendrían que esperar, primero debía ver cómo me siento después de haber pasado por la clase de educación física.Esta mañana después de darme un baño rápido, hablé con Clara sobre mis nuevas asignaturas y ella me dio un resumen rápido de lo que ella iba a hacer esta semana; así que quedamos de vernos en casa de Carl para la fiesta de emparejamiento que iban a tener Clara y él. Obviamente sus madres estaban extasiadas con la idea y habían invitado a toda la manada a la celebración.*Ah, el amor…*Me siento feliz por ellos, se ven lindos juntos.Caminé por los pasillos hasta el gimnasio especial para educación física, esta vez si iba preparada para sudar con short deportivo, mis convers y una playera de Dylan que robé de su ropa cuando recogí mi ropa li
Dalila.-¡Dalila! ¡Descríbeme lo que hay en el agua! - Dijo el profesor Kevin a una distancia prudente de la orilla.- ¡Necesito que me digas todo lo que puedas de ellas!*Claro profesor, ¿También gusta que les pregunte su color favorito? ¡¿Por qué mierda hay cosas en el agua?!-¡No es necesario, profesor! ¡Estas cosas son anguilas eléctricas! - Dije elevando la voz para que el profesor me escuchara. Esperaba no sonar tan histérica como me sentía.Mi loba tenía razón, ¿Por qué estaban en el agua en el agua?El profesor Kevin me miró desconcertado y luego su cara cambió a pánico total.-¡No te muevas Dalila, llamaré al Alfa y pensaremos en algo!*¿Pensar en algo? Si, qué buena idea. Nosotras también estaremos aquí pensando cosas. Como por ejemplo, en por qué mierda pensamos que estas clases iban a ser buena idea. Los niños están traumatizados con solo la Madre sabía qué cosa le pone al agua el profesor. ¡Pero si tiemblan de miedo!Dejé que mi loba siguiera despotricando, eso parecía dis
Dalila.-¿Idiotas? Nosotros no somos los que se quedaron solos en el bosque. ¿No te han contado que los exiliados son peligrosos? - Dijo el idiota número uno. Lucía sucio y descuidado, como si no se hubiera bañado en meses. Vestía una chaqueta con agujeros que en algún tiempo debió haber sido azul, unos pantalones de mezclilla con agujeros también y unos tenis que deberían de pasar a mejor vida. Su cabello negro estaba recogido en una cinta improvisada.-No te resistas, chica. Solo queremos divertirnos un poco… -Dijo el tipo que se encontraba al centro en tono ronco, se interrumpió y tosió un poco. - Estúpida estación fría. Como sea, si cooperas esto será rápido y quizá luego te llevemos a un bonito sitio en el que pagan muy bien por lobitas. - Dijo dándome una sonrisa en la que le faltaban algunos dientes. Estaba rapado y tenía la misma apariencia descuidada de los otros dos; un grueso bigote mal recortado se encontraba en su cara.-Ésta si es bonita, deberíamos de pedir el triple. H
Jacob.-¡Kell! ¡Demonios maldito lobo, al menos pudiste haberte transformado cerca de la casa de la manada!No sé cómo mierda el chucho había podido encerrarme dentro de nuestra cabeza; no supe qué había pasado entre el tiempo en el que tomó el control hasta ahora que me encontraba avergonzado paseando desnudo frente a dos lobas que descaradamente me comían con la mirada.Menos mal que a esta hora solo los lobos que patrullan y las pocas personas madrugadoras se encontraban en las calles, así pude conservar mi modestia hasta llegar a mi habitación. Por mucho que le grité al chucho, no me contestó, entonces decidí que ya lo confrontaría después.En una hora más o menos tendría que ir a la sala del consejo con los cachorros y mi padre. Simplemente genial, esa sala se convertiría en una guardería y supongo que el papeleo no hará más que aumentar. Dando un suspiro cansado me vestí cómodamente y regresé a mi oficina. No había terminado el papeleo del día anterior y eran documentos que tení
Kell.*¡Maldita sea, Kell!Sacudí mi pelaje para despejarme. Estaba un poco cansado después de pasar la noche en vela acompañando a mi ángel, pero no tan cansado como para no ir a calmar sus tiernos miedos sobre anguilas.*Padre, necesito a los mejores rastreadores. Regresaremos con mi ángel.Me apresuré a la puerta que mi padre sostenía abierta mientras me miraba arqueando una ceja.*Ve con cuidado Kell, son tiempos peligrosos.*Yo soy lo más peligroso que habrá en ese bosque si alguien osa acerarse a mi tierno amor.Salí disparado de la casa de la manada tras una indicación general de por dónde se había ido mi corazón. En mi camino se me unieron la partida de búsqueda dos Betas, entre ellos Mort, y cinco de nuestros mejores lobos sin contar a los que mi hermoso amor había marcado. Les di una inclinación de cabeza y a mi señal corrimos a encontrar a mi ángel.Ese estúpido humano, en este momento podría estar comunicándome con mi mate si no hubiera metido sus horribles piernas en el a