-¡Por Dios majestad que melena más larga tiene! -exclamó la estilista que peinaba y maquillaba a Aisha para la sorpresa que Nader estaba preparando para ella.-Y tiene que verse preciosa esta noche. Su esposo me encargó convertirla en las más bella de todas las princesas…. ¿Cómo me dijo? -dijo Bea pensativa -Ah sí…¡Cómo una reina del desierto! - recordó pasando los dedos por el cabello de Aisha.La muchacha conoció a Beatriz Herráez en otra ocasión especial que un hombre preparó para ella, pues la misma mujer la había ayudado a vestirse para la gala en Mónaco a pedido de Leo. Pero esta vez fue Nader quien le pidió ese favor a la diseñadora española.-¿No puede decirme dónde está Nader, Bea? -preguntó Aisha con ansiedad pues llevaba todo el día sin verlo y lo único que sabía es que se marcharían muy pronto, pues sus maletas ya esperaban por ella en la entrada de la suite. Su corazón ansiaba encontrarlo después de lo que hicieron la noche anterior y ya no podía disimular ese deseo. -Qui
-¡Estás loco, completamente loco! -exclamó Aisha cuando Nader la cargó en sus brazos para correr hasta el helicóptero escapando con ella de la lluvia que cayó de repente. Un suceso inesperado instantes que los hizo volver al mundo real después de dejarse llevar por la pasión que explotó entre ellos minutos antes. -¡Nader está lloviendo, tenemos que regresar al hotel!Nader la besó como un loco, al punto de que hasta el piloto de la aeronave se sonrojó con la manera como el ingeniero devoraba la boca de su esposa. Como si ese fuese el último beso de sus vidas.-No mi niña, ahora te llevaré a nuestra próxima parada. La última y la más especial de esta noche. -reveló Nader y Aisha se puso tensa recordando la sorpresa que ella también quería darle.-Pero Nader, nuestras maletas están en el hotel. Hemos dejado todo allí, tenemos que regresar. -recordó Aisha mordiéndose los labios y Nader no se resistió a volver a besarla. Luego tomó aire y contestó.-Puedes estar tranquila, pequeña. Todas
El hombre que estaba literalmente a los pies de su pequeña bailarina, posó la mano en su pierna, sintiendo la suavidad de su piel. El incendio entre la unión de sus muslos se podía sentir, haciendo arder la sangre en las venas de Nader.Los dos gimieron juntos en el mismo instante que Nader pegó los labios a la pierna de Aisha. Ella ahogó un gemido cuando su lengua comenzó a subir lentamente, derritiéndola por donde pasaba. La estaba saboreando, deleitándose con el camino que lo iba a llevar a probar el manjar de su sexo húmedo.-Ahora sí tengo miedo.-jadeó Aisha bajando la mirada para ver como Nader rompía su falda con una brusquedad que la asustó.-Creo que no serás delicado conmigo.-No creo que tu cuerpo desee delicadeza, estoy seguro de que solo quiere placer y te lo voy a dar a mi manera.Aisha gritó cuando Nader subió sus piernas colocándolas sobre sus hombros y la levantó del suelo.Para la satisfacción del ingeniero su esposa no llevaba bragas. Aisha dejó el camino libre para
Las palabras de Aisha sonaron a broma, pues ni en sueños esa muchacha pequeña estaba hecha para recibir veintidós centímetros que alargaron su agujero con tanta maldad. Pues el semental que la penetró estaba sediento, ciego y sordo para cualquier cosa que no fuese entregarse al deseo de follarse a su mujer.Un grito seco se escuchó cuando Nader metió su polla sin miramientos dentro de aquel agujero estrecho e inexplorado. Una fina línea de sangre deslizó por la cara interna del muslo de Aisha, manchando la piel clara de Nader, pero eso no lo impidió continuar aquella cruel, pero deliciosa invasión.Aisha sentía que la estaba rompiendo, ella gritaba e inconscientemente intentaba escapar, pero Nader la tenía aprisionada entre sus brazos. Tampoco le permitía cerrar las piernas y mucho menos los ojos.-No te atrevas a apartar la mirada de esto. Míralo amor, mira como te follo y como tu cuerpo se abre para mí. -gruñó moviendo sus caderas, metiendo toda su dureza en el coño mojado de Aisha.
Despertar en una mansión con unas vistas magnificas hacia un bosque a las afueras de una ciudad europea, después de pasar toda la noche haciendo el amor con el príncipe de tus sueños, seguramente debe ser una experiencia orgásmica. Un cuento de princesas hecho realidad. Aisha experimentó ese privilegio al amanecer, pero la sonrisa dibujada en su delicado rostro duró una milésima de segundos cuando sintió el lado de Nader, en la cama vacío, frío.Aisha vistió la camisa de su esposo que encontró tirada en el suelo para salir a buscarlo. Lo hizo con una sonrisa mientras acercaba la tela a su nariz para inhalar el perfume de Nader.Se sintió vacía sin él. Aisha quería el fuego de sus brazos, la intensidad de sus besos, el escalofrío que recorría su espalda cada vez que la tocaba con esa delicadeza mezclada con la necesidad urgente de sus manos de acariciarla.El paseo por la casa a oscuras fue muy breve, pues al notar el aire helado de la noche rozando su caliente piel, Aisha tuvo una ide
-¿Quieres que lo besé? -preguntó Aisha mirando la punta brillante de aquel miembro que estaba a unos centímetros de su rostro, pulsando en su palma de la mano, que no podía cerrarse del todo alrededor de la gruesa extensión.-Quiero que lo ames, cómo me amas a mí. -gimió Nader, sin fuerzas para reprimir lo excitado que estaba de ver aquello labios rosados entreabiertos tan cerca de su polla, a nada de probarla y darle el mayor placer que podría llegar a sentir. -Pasa la lengua alrededor...muy despacio.Aisha estaba avergonzada de verse en esa situación. Se sentía expuesta y excitada al mismo tiempo. No entendía muy bien por qué Nader quería que le hiciera tal cosa, pero imaginó que posiblemente su esposo sentiría algo parecido a lo que sentía ella cuando él devoraba su sexo húmedo.Por otro lado, la curiosidad de probar su sabor en la punta de la lengua la tenía ansiosa. Tanto que seguramente lo hubiera hecho sin que Nader le pidiera nada. Ella misma se veía atraída a meterlo en su bo
La flor rosada de Aisha se abrió para un hombre sediento de placer. Sus pliegues mojados resplandecían de las ganas que tenía la muchacha de entregarse a su hombre, y Nader no pensaba resistirse a ella.Aisha jadeó cuando Nader la agarró acostándose sobre ella, antes de deslizar la mano entre sus cuerpos para masturbarla.La mirada de Aisha se nubló, su vientre estaba hormigueando por unirse a Nader en solo cuerpo. Sonaba a pecado, pero ella quería encender las llamas del infierno sobre las sábanas blancas.—Pide amor, pídeme con esa boquita que te haga mía. —susurró Nader moviendo su dedo como un péndulo sobre el clítoris de Aisha.Ella quería responder, rogar por tenerlo adentro, y llenándola con su cuerpo, pero las palabras no salían. Aisha balbuceaba palabras incoherentes, pedidos mezclados con gemidos ahogados que tampoco lograban salir. Nader la estaba torturando al punto de casi hacerle perder la cabeza, cuando acercó su polla a sus pliegues resbaladizos.La maldad hizo de esas
Azerbaiyán,era la cuna de la familia Khalil, y en dónde Nader recibiría su nuevo título. Había llegado el momento del nacimiento de un nuevo jeque, por eso Murad Khalil deseaba celebrar el ascenso de su hijo por todo lo alto.Aisha observaba la ciudad desde la ventana del palacio donde se celebraría la ceremonia, dónde su marido tomaría su nuevo título asumiendo un nuevo cargo, y ella pasaría ser llamada oficialmente jequesa.A su alrededor había varias mujeres encargándose de su traje. Un típico vestido de estilo árabe con un hermoso color verde, pues para algunos simbolizaba el color del Islam y la fe. También significaba vida, lo que era Aisha para Nader. Una nueva vida.-La ceremonia es para mi esposo, pero parece que soy yo la que va a recibir el título principal esta noche. -opinó Aisha dirigiendo su mirada al espejo. El velo casi transparente, pero del mismo tono de su vestido, estaba tejido con algunos hilos de oro que resaltaban su belleza.-Según nos ordenó su majestad, el p