- Tengo vecinos ¿sabes? –

Dijo el hombre haciendo que la mujer tapara su boca de inmediato.

Una sonrisa ladeada salió del hombre al ver lo fácil que siempre se podía engañar a su pequeña mujer, tendría que vigilarla muy bien para que ningún hombre se atreviera a acercarse a su mujer y burlarse de ella igualmente.

- Madre mía lo siento, todo es su culpa, déjeme ir –

La mujer chapoteo, pero el hombre no la dejo ir, el hombre soltó una sonora carcajada al escucharla decir eso, ya había aguantado mucho.

- Si, cualquiera de los vecinos pudiera escucharte fuera de contexto, probablemente pensaría que estamos teniendo una fuerte sesión de sexo de los que moverían los cimientos del edificio, pero bueno. ¿Porque no dejar que sigan pensando eso? –

Con estas palabras el hombre hizo que la mujer se pusiera colorada, este hombre es un sinvergüenza.

De tanto forcejear con el hombre, la chica se cansó de forcejear y termino cediendo acurrucándose contra el pecho cubierto de agua de su jefe en la bañ