Ese hombre, podría irritarme con solo su presencia, quería que la tierra se lo tragara y nunca lo escupiera, hoy había tenido el peor día de todos durante mi trabajo, todo gracias a ese malgeniado.

Quería bajarme del auto en ese momento, pero como ya estaba en movimiento, no podía dármelas de ridícula, mire al conductor con mala gana, él era el culpable, nunca me dijo que estaría acompañado, así que obviamente ignore al hombre a mi lado y me dirigí al piloto de ese auto.

- ¿Así que es una trampa, ¿eh? señor Alex –

Hable irónica.

– Este auto es de este hombre ¿no es así?, así que para de inmediato… -

Suspire para mis adentros.

- Me bajare aquí –

Hable con obvia irritación en mi voz.

- Sheila, ¿en qué momento le diría?, usted se subió sin permitirme decirle -

El hombre a mi lado se hizo sentir con un gutural sonido desde su garganta, pude mirar como a Alex le cambio el semblante y continuo.

- Señorita Sheila, el señor presente es el jefe, no lo tome a mal, la llevaremos a donde dese