SHEILA.

Corro a la oficina, llevo cinco minutos de retraso, ¡por Dios! anoche fue un suplicio y cuando llegue a casa, Noah estaba haciendo el desayuno para su amada, se veía tan lindo, pero no tuve tiempo de cotorrear.

- Después me contaras –

Fue lo único que le dije antes de encerrarme en mi cuarto, tomar un baño rápido, vestirme y salir corriendo al trabajo.

Al llegar, me espera Alex en la oficina con un rostro no muy amigable.

- Señorita tiene seis minutos para llegar a la oficina del jefe de lo contrario –

El hizo una seña con su mano pasando con su cuello…

Sentí un escalofrió recorrer mi espalda, ¿acaso, cuando llego el jefe a la empresa?

No lo conocía, pero tenía la fama de ser un hombre cruel, y sin escrúpulos, duro y nada amable.

Todos en la empresa le temían al famoso dueño y amo de los negocios, pero yo en mis meses de trabajo nunca lo había visto, al pensar en ello, en el tiempo que llevo trabajando nunca he visto el rostro del verdadero jefe, en la columna de mandos por de