Cuando la mujer por fin se calmó, el hombre no pudo evitar fruncir el ceño, esta mujer de verdad es un dolor de cabeza, no entendía como sus hermanos se pudieron comprometer tan rápido.

Es un tormento tener una secretaria, no se imagino una esposa, si la mujer con la que se iba casar en un poco más de un año, era como esta mujer, de seguro seria torturado hasta la muerte.

De solo pensarlo se volvía loco, no había mujer en la tierra que intentara someter a ese hombre, pero la mujer con la que se casaría, tendría que ser diferente.

- Señorita Brooklyn, es usted muy valiente, se atreve a levantarme la voz y a interferir en mis órdenes -

Esta mujer de verdad tenia agallas, definitivamente a gato viejo, ratón tierno, a pesar que esta mujer es tan irritante, ante sus ojos lo que hacía, le parecía divertido.

- Señor –

Ella apaciguo su entusiasmo.

Leandro con cada acto sentía que esta mujer, tenía muchas cosas que él deseaba descubrir sobre ella, no era igual a las mujeres que había conocid