La noche la había alcanzado en ese estacionamiento, Leia aun sentía su corazón latiendo con demasiada fuerza, y es que, cada vez parecían escalar mas y mas de tono, Caleb era demasiado pasional, y también demasiado descarado…aunque esa noche había sido ligeramente diferente con ella, había respetado su decisión e incluso, podría jurar que se sintió ligeramente interesado en lo que le dijo.
—¡Hola Leia! – saludó emocionada Kristel al verla regresar.
— Hola — mencionó Leia cansada y forzó una sonrisa amable.
— ¿Y? … ¿qué tal todo? – preguntó la castaña mientras la seguía a su habitación.
— Bien… supongo — la cobriza mintió, por esa noche no tenía ganas de nada.
—Entonces esperas algo “especial” – se dijo intrigado una vez que estuvo en su solitario departamento … negó en silencio … Leia podría ser la única tonta que todavía le daba importancia a esas cosas, aun así, por alguna razón que no lograba comprender, no quería burlarse de ello, la decepción en sus ojos, la manera en que le había confesado aquello, lo hizo sentir extraño, era una niña estúpida, de eso no cabía duda, pero su manera ingenua de pensar lograba fascinarlo, presionó una de las flechas del teclado de su portátil … la siguiente foto apareció.— James — mencionó Caleb con desprecio… después de darse una ducha pensó en dormir, pero carecía de sueño, ahora se estaba sentado frente a su escritorio y había entrado a su red social… no ta
— ¡FALTA! — se escuchó el grito después del silbato, el entrenamiento del día estaba en curso y los chicos en la duela se veían ya cansados.—¿Qué te pasa James?... no puedes cometer faltas tan inocentes — regañó Erick cuando su rubio amigo caminó con el balón.—Cierra la boca— contestó el aludido fastidiado mientras le lanzaba el balón al árbitro y limpiaba el sudor de su rostro con la casaca amarilla de entrenamiento.— ¿Qué te tiene tan distraído? — cuestionó Erick curioso al caminar con él y tomar posición a su lado.— Nada — James fue seco en su respuesta y miró fijamente a cierto rubio ojiazul que lo veía con burla y con el balón ya en las manos.— Cre
—Ya te ibas ¿no? — interrumpió Caleb y para Erick pasó desapercibida su molestia.—Creo que no tengo tanta prisa, después de todo — mencionó echando por los suelos los nuevos planes del ojiazul y con su interés puesto en la joven frente a ellos.—Y-yo si me voy…— mencionó Leia avergonzada, se inclinó haciendo una leve reverencia a ambos jóvenes—… y nuevamente disculpas – dijo la cobriza para luego huir de allí.Erick sonrió de medio lado divertido y Caleb clavó su mirada molesta e indignada en la espalda de la cobriza por su estupidez… la muy ingenua había logrado llamar la atención de su estúpido amigo al actuar así.—Es muy bonita…es la chica más bonita y tierna que he visto, parece una muñeca
—¿A qué demonios juegas Leia? — se preguntó Caleb molesto mientras terminaba de mandar ese mensaje, se levantó y comenzó a cambiarse, por esa mañana había sido todo para él, iría a su departamento y después de bañarse regresaría para su bloque de clases vespertinas.Se colgó la maleta al hombro, y revisó una vez más su celular sin tener respuesta alguna… lo guardó con poca delicadeza en su bolsillo y salió, se detuvo abruptamente al ver la cabellera negruzca de su capitán y las delgadas manos de una joven aferrándose a su espalda, frunció el ceño… ¿ella era…?El fuerte golpe que dio la puerta sobresaltó a la cobriza, y James giró su rostro para encontrarse con la mirada enfurecida del rubio al que tanto detestaba que había sido el culpab
Leia gimió entre el beso por el nuevo roce de sus sexos, de manera automática con sus brazos rodeó el cuello masculino, en ese momento olvidó que había ido a romper con él, Caleb era alguien nocivo para ella y altamente adictivo… eso podría jurarlo aunque se negara a aceptarlo.No se dio cuenta cuándo fue que él caminó con ella hasta que fue consciente que su espalda pegaba contra el firme y viejo tronco de uno de los tantos árboles que poseía el campus.Él dejó sus labios y bajó a su cuello… ella se atrevió a abrir sus ojos ligeramente… al menos el lugar era solitario a pesar de ser mediodía, ¿Qué iba a hacer?... Caleb la estaba arrastrando a su juego y ella no ponía mucha resistencia.—Agh— él gimió cuando su miembro erecto se apret&oa
Caleb miraba con enojo a Leia, ella lo había puesto en una situación en la que no había querido estar nunca.—¿A dónde demonios crees que vas? — Caleb la detuvo de la mano y su tono fue amenazante.—A hablar con él…— mencionó Leia ligeramente preocupada, pero obviando su respuesta.—No, antes me explicas esto — ordenó y no la soltó, su semblante seguía fríamente molesto.Ella frunció el ceño indignada— ¿Qué querías que le dijera? Me estabas besando y… y tocando — finalizó la cobriza después de una pequeña pausa.Ahora el que frunció el ceño fue él.—Debo ir— mencionó e intentó soltarse.
Ingresó al área de duchas y pasó por el delgado pasillo, y se detuvo frente al pequeño casillero que se le había otorgado y sacó sus productos de baño.—¿Kristel? — preguntó con cierta pena y en voz alta, al llegar al blanco y gran cuarto de las duchas.El vapor alcanzaba a cubrir gran parte del área de espera… todas las regaderas se encontraban una al lado de la otra y recorrían todo el cuarto, en medio había una gran barra que soportaba los lavabos y un, ahora, empañado espejo, de cada lado de los mismos.—¿Leia? — escuchó la voz de Kristel en las regaderas del lado izquierdo.—Kristel se me hizo tarde— informó y con cierta prisa abrió la puerta y entró al cubículo de al lado —…casi no alcanzaba a ducharme &mdash
—¿T-tu… reputación? — cuestionó Leia en un intento de olvidarse de eso que sentía ahí abajo.—Si — mencionó al morder su labio y acercarse a su cuello.—¿Estás loco? — le preguntó consternada y giró sus ojos a él que ya besaba su oído, provocándole descargas eléctricas por su cuerpo, estaba segura que, de seguir así, sus ojos se cerrarían y se dejaría llevar por él y lo que sea que desease hacerle, se odiaba.—No — aclaró y habló en su oído logrando que la intimidad femenina se humedeciera y la calidez de ese lugar se sintiera en su endurecido miembro, comenzó a embestirla lentamente… quería mojarla más, deseaba hacerle algo.—¿Por… qué? — pr