—Pero ella es tan cruel y una mentirosa — soltó al apoyar sus codos en el volante mientras se apretaba las cienes, pretendiendo centrar sus pensamientos.Recordar la noche anterior cuando Caleb y ella estaban juntos hizo incrementar su llanto y el dolor, esa noche, cuando sus amigos dejaron su casa, él había vuelto a besarla, acariciarla y desnudarla despacio antes de tumbarla en la cama y subirse sobre ella; Caleb le había hecho el amor de forma larga y tranquila, viéndola a los ojos, para luego incrementar la fuerza de sus embistes y no perder detalle de cada uno de sus gestos, eso la había hecho sentir tan vulnerable ante él.Porque lo era, demonios.«Esto no puede estarme pasando» Se lamentó y apretó sus manos en sus ojos, Necesito dejar de llorar, ahogar su llanto y tragarse su dolor, al menos por las horas siguientes, no ser est&
—Fuiste muy cruel con esa chiquilla— se quejó Darlene al ver molesta a Emireth, luego de que el médico la regresara a su habitación y le ordenara a una enfermera aplicarle una nueva dosis de sus medicamentos, pues antes de llegar, la lacia pelinegra casi se desvanece.Los ojos negros de Emireth siguieron puestos en las agujas que atravesaban su brazo, al ser por donde le subministraban diversos medicamentos.—Esa niña irá a contarle todo a Caleb, le reclamará y él…—Me importa un demonio— interrumpió y dejó claro la otra.—Sabes que cavaste tu propia tumba— alegó indignada Darlene.Emireth sonrió de medio lado —Entonces sí que estoy a tono con la situación— dijo con amargura.La otra abrió los ojos gran
—Hermano… - Elton mencionó al revolverse el cabello semi húmedo por las gotas de agua que caían, al entrar al edificio de los dormitorios en el campus universitario, todavía mantenía el móvil en el oído cuando escuchó cómo alguien llamó al rubio del otro lado, siguió con pasos cansados avanzando por el pasillo, para finalmente doblar y tomar dirección a la habitación que ocupaba en ese lugar.Escuchó a Caleb hablar con otra persona y dejó de prestar atención cuando su mirada se clavó al fondo de ese pasillo, justo frente a la puerta de su sencillo cuarto.—Elton— la voz de Caleb lo distrajo y nervioso devolvió su atención a la voz del rubio -, hablaremos más tarde.—Ah… ah, sí… cla-claro, hermano— dijo y pasó saliva a
En ese mismo día lluvioso, al otro extremo de la enorme ciudad, Caleb cortaba de forma desinteresada la llamada que no le fue respondida.—¿Qué demonios le pasa a todo el mundo en esa maldita universidad? – se preguntó comenzando a fastidiarse.Devolvió su móvil al bolsillo de su pantalón mientras se sentaba ligeramente en su grande y pulcro escritorio.Su mirada cayó de medio lado al cielo lluvioso, le había marcado a Elton luego de que su llamada anterior fuera interrumpida y el cretino joven no le había respondido, luego llamó a Leia para invitarla a comer pues sus clases estarían por finalizar, pero tampoco lo atendió.—Joder— soltó frustrado y regresó su mirada a su escritorio, sobre el cual se encuentran un folder que recién le había entregado Enzo, su s
—Esta mañana me encontré con Emireth— soltó amargamente al tiempo que se levantaba y rodeaba el sofá para verlo de frente.El rostro serio del rubio y su mirada profunda y ligeramente más oscura, le dio a saber a Leia que él sabía perfecto de qué le hablaba -… me dijo que…—No me importa lo que te haya dicho— cortó con voz seca y luego de dejar de verla por un segundo, volvió su atención a ella – Lo que haya sido, es parte del pasado –A Leia volvió a rompérsele el corazón, los ojos azulinos verdosos se llenaron de lágrimas.—¿Jugaste conmigo? – su voz fue como un susurro que golpeó con fuerza al rubio que tragó pesadamenteÉl tensó su mandíbula y bajó la mirada, no d
—No voy a estar con ella, no importa que no estés, ella siempre lo supo – dijo Caleb al referirse a Emireth…y es que, después de Leia, jamás podría amar a otra mujer…jamás. El delgado cuerpo femenino tembló y Caleb tomó su rostro para alzarlo, la mirada de ella mostró temor o inseguridad y él besó despacio sus labios, haciéndola cerrar sus ojos y que de estas resbalara el exceso de lágrimas, los labios del ojiazul se separaron y se fundieron en los de ella, que también los separó añorante de ese contacto. Caleb la apretó y ella suspiró en medio de ese beso. —Ya no quiero estar contigo— soltó Leia amargamente, rompiendo el corazón del petrificado ojiazul – ya no puedo verte a los ojos sin ver al egoísta chico que jugó conmigo; me hiciste darte todo por rencor…y nunca fuiste capaz de decirme la verdad…— le dijo viéndolo a los ojos y se salió de su abrazo sin mucha dificultad. —Fui un imbécil— aceptó – pero cómo empez
—Es decir, no te confundas, sé que está mal y todo, pero él también tuvo que actuar así movido por algo, por ti, porque te…—Lo sé, sé que ama, y que todo lo que ha hecho es por esa razón…pero, aun así, no puedo seguir soportando más mentiras…mi vida está destrozada y el…no tuvo el valor de decirme las cosas a la cara, por más amor que le tenga o me tenga…vivir una relación que se construyó a base de mentir y mentir…no es lo que quiero…no puedo…— interrumpió la cobriza ya con los ojos rojizos a Hillary –Caleb todo este tiempo ha justificado su egoísmo en el amor, viéndome a mí como una estúpida, la Leia imbécil y manipulable, la que puede vivir en una burbuja cuando todos afuera deciden lo que ocurre o no conmigo, lo que sé o lo que no puedo saber
Con la luz del cielo de su departamento golpeándole sus ojos azules, Caleb siguió recostado sobre su sofá, con una de sus piernas y brazos pendiendo de éste.El apenas perceptible rechinar que emitió el sofá cercano, cuando Elric se acomodó sobre él, hizo que el rubio rodara sus ojos a su primo.Último capítulo