Julian no era un sujeto sin corazón o sentimientos como todo el mundo suponía. De hecho, las palabras de James lo habían golpeado y afectado mucho más de lo que quería admitir. Después de todo, había llegado a considerarlo y siempre pensó que había algo en el que le gustaba bastante. Asi que, una simple llamada a uno de sus guardias hizo que averiguara a quien había visitado James en el hospital el día de ayer. Quizás podria ofrecer alguna especie de bonificación como contribución a su empleado, una ayuda económica. La única forma en la que el sabia pedir perdón de manera real.
Sin embargo, cuando la llamada llego "¡¿Qué?! ¡¿Cómo que está en el hospital?!" y su voz sonaba alterada por el intercomunicador en busca de explicaciones.
Julian miro hacia su reloj. Quizás su empleado tuvo algún accidente automovilístico de camino a la oficina y por eso aun no había llegado.
"No lo se. solo eso me dijeron señor Anderson, que el joven James Jhonson esta internado aquí. No tengo más informacion"
"¿Internado? Pues averígualo. ¡Ahora! ¡Asi tengas que comprar todo el jodido hospital, pero haz que alguien te de respuestas ya!"
Y sin embargo...
—Buenos días jefe —y allí estaba James. Su asistente. Justo a tiempo en su oficina con el café habitual de cada mañana.
"¿Jefe? ¿sigue ahí?"
Julian parpadeo ubicándose de nuevo en la realidad "Micth" hablo sin entonación alguna en su voz "averigua quien está allí, y mándame un informe de todo. A más tardar hoy." Y solo entonces, colgó.
Tessa lo miro preocupada —¿Ha pasado algo? ¿se encuentra usted bien?
Él se aclaró la garganta —Ya sabes, solo otra prometida — y lo dijo porque era una excusa bastante creíble.
—Mis condolencias —bromeo... ¿James?
Julian lo miro con sumo cuidado mientras este se paseaba de forma rutinaria por toda la oficina realizando los pendientes de la mañana. Y luego este se marchó a su respectiva sala de trabajo.
Quizás solo era un error. Quizás había otro James en el hospital. Después de todo, seguramente debían existir más nombres y más apellidos como el suyo que coincidían. Muchos debían compartir aquel apellido. Creyó que lo estaba sobre pensando demasiado, pero... cuando llego la informacion completa a su celular algo en él se contrajo en un sentimiento de burla y traición.
Y algo de lo que estaba seguro él, es que Julian Anderson no era un hazme reír.
***
Cuando Tessa fue llamada a la oficina del jefe no creyó que hubiese algo diferente. Siempre solían citarla bastante seguido requiriendo algo. Julian era exigente, bastante demandante con cualquier cosa que quisiera en el momento.
Asi que cuando ingreso y lo vio sentado en su silla, sus ojos azules la miraran más detenidamente que nunca.
—James— pronuncio su nombre como de costumbre
—Si jefe, ¿Qué necesita? —dijo revisando su libreta, a lo mejor había olvidado hacer algo, algún pendiente del dia que no vio.
En la mente de Julian, el solo pensaba ¿Cómo había podido engañarlo durante tanto tiempo? O él era ingenuo, o ella bastante estúpida. Porque ahora, ella estaba en sus manos, podía hundirla en cualquier momento, y tenía todos los motivos y medios para hacerlo.
—Dime, ¿te ha servido tu engaño?—pregunto con frialdad
La sonrisa antes plasmada en su rostro se desvaneció —¿disculpe?
—¿Juegas conmigo? ¿O es que alguien te ha mandado a hacerme esta broma? ¿Cuánto te han pagado?
Tessa no entendía —¿Esto es por lo que le dije ayer? No fue mi intención ofenderlo.
—¿Ayer? —soltó un bufido —Nadie habla de eso. —lo pensó —aunque quizás está relacionado
—No entiendo de que...
—Nunca creí que James Jhonnson fuera en realidad una mujer
Entonces ella sintió que todo el peso del mundo se le venía encima
Al principio trato de negarlo, murmurando cosas que no eran entendibles para nadie. Pero al ver que no lo convencía... y que el ya sabía toda la verdad, había aceptado su derrotada. La farsa había caído. Ella no fue lo suficientemente buena para mantener aquello.
—Lo que quiero saber, "James", o como prefieras que te llamen, es, ¿Qué pretendías?
Ella no dijo nada.
—¿Qué buscabas? — entonces Julian se levantó molesto de la silla. La burla en su voz había desaparecido para dejar una de intenso odio —Eres igual al grupo de mujeres que se me acercan en busca de mi dinero. Para ver que tanto pueden raspar y sacar de mi
« ¿Qué? No... no era eso lo que ella quería, no era... »
Pero no pudo decir nada
—Estas despedida.
Quizás ya no había esperanza
—¿Qué...? Pero... No... no puede... Ser mujer no me quita el mérito de mi trabajo. Y sí. Usted quería en el puesto a un hombre, pero he realizado cada actividad que se me ha asignado y la he hecho a la perfección sin importar mi género. Despedirme ahora seria...
—¿Es que no entiendes? Quiero que te largues. — hablo fríamente —no necesito ningún tipo de relación con aprovechadoras.
—No soy una aprovechadora— contesto ella a la defensiva
Él se burla —¿Acaso niegas que estas aquí por mis millones? ¿Fue tu plan desde el inicio? ¿La forma de acercarte a mí? ¿De robar mi corazón? ¿una chica tan fea como tú?
Entonces, tantos desplantes y calumnias hirieron su orgullo. ¿Quién querría su corazón de todas formas?
—Eres un idiota. —soltó, olvidándose ya de todas las formalidades y palabras amables.
Y el cuerpo de Julian duda, prácticamente se congela en el lugar. Nadie nunca le había dicho algo asi —¿Perdona?
—Si. Eso es lo que es usted. —y los ojos de ella también podían ser hielo —Si me voy a ir de aquí. Si me vas a despedir. Al menos me iré de aquí diciéndole unas cuentas verdades.
—...
—Eres un idiota -repitió
—Eso no es...
—¡Tienes allá afuera a un equipo increíble! —dice señalando hacia atrás —Unas personas que dan su mejor esfuerzo, que te admiran, pero que cada progreso que hacen tú lo tomas y lo echas a la basura como si no fuera nada, en vez de tan solo decirles "Felicidades. Eso ha sido genial. Buen trabajo"
—...
—Porque lo han hecho ¿sabes? Cualquier actividad, lo han hecho por ti. Confían ciegamente en tu liderazgo y conocimientos. ¿Pero cómo pueden seguir a un líder que no confía en ellos? Y sí. Eres un idiota.
—Basta. Eso es...
—También me parece tonta la idea de abrir una vacante donde no se admiten "chicas" —prosiguió rápidamente sin darle espacio a sus palabras, pues aún tenía mucho por decir —Yo soy una chica. —se señaló —Y estoy orgullosa de serlo, he hecho un trabajo excepcional en todos estos meses. No soy de darme aires de grandeza, pero siempre he sido la mejor en lo que hago, con esfuerzo y sacrificio. Soy responsable. Y si tu despido va a ser solo por esa estupidez de que no soy un chico, entonces ya enloqueciste, Julian Anderson.
Este se acerca, acortando sus distancias por fin, y su rostro cada vez más cerca del suyo. Y Tessa puede sentir claramente su aliento en sus labios —Tessa, — dice mencionando por primera vez su nombre, —o como sea que te llames. Eres una mujer, de lo más loca —entonces la besa.
Genial. Una desempleada más. Como si no hubiera ya bastantes en el mundo.—Maldición...—murmuro con su caja de pertenencias alrededor de sus brazos. Solo tenia que regresar ahora y aplicar a otros trabajos. No podía perder tiempo si quería mantener las pensiones del hospital.Llamo un taxi y se marchó rápidamente sin mirar atrás.Aun recordaba la extraña sensación de los labios de su jefe sobre los de ella. No lo entendía. ¿Por qué la habia besado? Y mas aun, cuando ella lo empujo quitándoselo de encima y se lo pregunto, el no respondió. No dijo nada a parte del "vete."—Mierda...—murmuro por lo bajo. No era de las personas que solía decir malas palabras, pero ahora mismo, la situación lo ameritaba.Cuando llego hasta su casa, se bajó del carro y se adentró rápidamente. Lo primero que hizo fue cepillarse los dientes, quizás con la intención de que aquella molesta sensación desapareciera. No era como se supone debía haber sucedido todo.—¿Qué voy a hacer?— la desesperación empezaba a l
—No.—Si.— le contradice el. —Esa es la condición para que conserves el puesto. Solo fingiéremos —dice de forma despreocupada — asi el mundo sabrá que tengo pareja y asi dejaran de venirme mujeres desesperadas por ocupar un lugar que no deseo que ocupe nadie por ahoraPor ahora...Tessa nunca lo había escuchado decir algo asi—Entonces... ante las cámaras...—Ante las cámaras estaré saliendo con Tessa Jhonson. Me acompañaras a reuniones, fiestas, bailes, cualquier encuentro de la alta sociedad. Yo te proveeré de todo, vestimenta, maquillaje, joyas. Todo. Y claro se te pagara por todos esos servicios. Y mientras tanto en mi dia a dia en la oficina, seguirás siendo James.Tessa parpadea incrédula —¿no cree que es una locura?—¿Y quién mejor para hacerlo sino es usted?— le sonríe¿Le sonrió?¿Acaso Julian se estaba burlando de ella?—No bromee—No lo hago. Tómalo o déjalo. Es una situación que nos beneficia a ambos, seguirás cuidando de tu hermano, y a cambio seguirás a mi lado brindándo
Tessa estaba consternada. Cuando el vestido llego a la puerta de su casa no lo podía creer. Nunca había visto algo tan bonito en toda su vida. No es que ella fuera una persona materialista, y no a todas las mujeres tendrían porque gustarle los vestidos, pero para alguien que había estado usando estos últimos meses solo pantalones, saco y corbata pues esto era un gran cambio. Un pequeño paso para el hombre, y un gran paso para su closet.Lo alzo admirándolo —lo amo...—murmuro, y casi se le hacen unas lágrimas. Y sí. Claro que estaba exagerando.Aunque se sentía raro tener entre sus manos tanto dinero. Este vestido costo miles de dólares. Que horror. Ni aunque le sobrara el dinero se veía comprando algo asi por cuenta propia o iniciativa.Algo de pronto vibro en su bolsillo. Ella lo tomo y vio el mensajeEra Julian."¿Estas listas?"« ¿Acaso este tipo no comía? » Pensó Tessa « ¿no iba ni al baño? »Ella tomo el celular entre sus manos y tecleo "pensé que eso era más tarde""Lo se. Pero
Tessa sentía incomodo los tacones, hasta sentía que el vestido le apretaba. Quizás no porque realmente le apretara, quizás solo era porque estaba muy nerviosa, y eso era notorio.—Solo tienes que relajarte— le susurro Julian por lo bajo mientras desfilaban por el salón.Ella lo fulmino con la mirada —no es divertido mentir—No mentí—Dijiste pequeña reunión. "pequeña Julian"—Esto es pequeño— contesto inocente mientras se encogía de hombros.Quizás debió haberlo visto venir.—Ponte esto —Julian le tendió un anillo y un collar—¿Qué es esto?—No tienes joyería encima. Eso se vería raro.—Claro...— entonces de manera disimulada Tessa se apresuró a ponerse la cadena y el anillo en el dedo.Mientras más avanzaban Tessa no pudo evitar notar que toda la gente tenía grabada en sus rostros esa mirada petulante y orgullosa. No es que toda la gente rica fuera de esa manera. De hecho, gracias a ser asistente de Julian conocía a muchos, y algunos de ellos la habían sorprendido de muy grata manera
¿Por qué te comprometerías con alguien que no conoces? Aun si era fingido, era muy pronto. Primer dia y Julian ya lo habia arruinado todo.—¿Y... amor, ya tenemos fecha?— le sonrió Tessa de manera forzada y ojos acusadoresJulian a mas de estar preocupado o intimidado, solo respondió —Tu di el dia y yo me caso, TessaElla vacilo. ¿Cómo podía hablarle con tanta informalidad y confianza? Habia algo entre ellos dos ahora, cierta intimidad entre ellos que antes no habia. Un nuevo lazo forjado.—El anillo es hermoso —comento el chico rubioFue entonces cuando Tessa siguió la dirección de su mirada hasta su mano. No podía creerlo. Que tonta fue. Este era el plan desde un inicio. Julian puso las piezas, y ella solo cayo en el juego. Por eso le dio el anillo. Era la prueba de su "compromiso"Vaya que Julian tendría mucho que explicar una vez salieran de allí. Si las condiciones habían cambiado, entonces ella también impondría sus propias reglas.—Ya veo. Disculpe si he molestado a su pareja.
Las mañanas en la oficina eran casuales y llenas de trabajo. Lo usual de siempre. Julian Anderson recibía más documentos que cualquier otra persona allí. A veces Tessa se preguntaba que, si ese era el requisito para ser millonario, preferiría una vida normal. La cantidad de trabajo que manejaba él no era ni medio normal. No sabía como manejaba realmente el estrés que da saber que cada decisión tomada puede ser la victoria o una derrota para la empresa. El caos o la salvación. Y todo en tus manos. Ella agradecía no ser él.Aunque la relación de ellos había cambiado un poco en lo que involucraba el trabajo. Julian había cumplido su palabra. Él era más… amable.—¿Podrías entregar esto al departamento de abajo por favor?— pidió —Claro.—¿Qué hay de la reunión de hoy?Tessa miro hacia el reloj -debería de ocurrir pronto. ¿Tiene todo ya listo?Julian alzo unos documentos un poco distraído mientras no dejaba de verla.—Debería dejar de hacer eso. — dijo—¿Hacer qué?—Mirarme tanto — contest
—Esa es una real tontería—¿Y crees que yo quiero esto?—Pues no te veo renegando Julian.—Claro que lo hago. Trato de pensar como mandarlo directo al lugar de donde salió—Esto no cambia en nada el plan o ¿sí?—Bueno...—Julian.—hablo severamente—Hay algunas cosas que aclarar aun...—¿Cómo el hecho de que se quedara aquí?—Si. Ya te lo dije —suspira —Viene a supervisar mi relación hasta que contraiga matrimonio. Solo entonces se largaráTessa entrecierra los ojos mientras como un acto reflejo, y casi sin darse cuenta a apretado los papeles contra si en sus brazos. —pero... lo de la boda era mentira—Bueno, quizás debamos de hacer de la mentira una realidad— propone elElla abre los ojos como platos —¿perdona?—Lo he estado pensando. Quizás no basta con esto—Julian. No sigas cambiando las cosas. No es justo.—Podríamos decirle que la boda es dentro de tres meses.—¿Y que pasara exactamente dentro de tres meses?—¿Qué te parecería la oportunidad de ganar más dinero?—Bromeas, ¿no?Ju
Tessa no lo podía creer. Se sintió en un deja vu. Por segunda vez, Julian estaba interfiriendo, de nuevo salvándola de una situación incómoda. El… era como otra persona. ¿Cómo no lo habia visto antes? ¿Dónde se habia escondida tanta bondad?Adam, de mala gana, obedeció mientras retraía su brazo. —Solo conversábamos— dijo justificándose rápidamente —Pues si ese es el caso, mantén tu distancia. —y habia un tono diferente en su voz ahora, por primera vez, ante los ojos de Adam, su primo era diferente. No sabia cuando habia cambiado tanto.—No voy a hacerle nada a tu empleado favorito —rodo los ojos —además, ¿no estabas ocupado lamentándote por ese trato fallido tuyo?Tessa se tensó, de hecho, estaba furiosa. Estaba a punto de reclamarle cuando sintió una mano sobre su hombro. Al voltear ligeramente los ojos azules de Julian la recibieron con cautela logrando calmarla. Porque los ojos de Julian eran eso ahora, un océano en calma, una marea tranquila, la libertad del océano en sus ojos.—