Tessa no lo podía creer. Se sintió en un deja vu. Por segunda vez, Julian estaba interfiriendo, de nuevo salvándola de una situación incómoda. El… era como otra persona. ¿Cómo no lo habia visto antes? ¿Dónde se habia escondida tanta bondad?Adam, de mala gana, obedeció mientras retraía su brazo. —Solo conversábamos— dijo justificándose rápidamente —Pues si ese es el caso, mantén tu distancia. —y habia un tono diferente en su voz ahora, por primera vez, ante los ojos de Adam, su primo era diferente. No sabia cuando habia cambiado tanto.—No voy a hacerle nada a tu empleado favorito —rodo los ojos —además, ¿no estabas ocupado lamentándote por ese trato fallido tuyo?Tessa se tensó, de hecho, estaba furiosa. Estaba a punto de reclamarle cuando sintió una mano sobre su hombro. Al voltear ligeramente los ojos azules de Julian la recibieron con cautela logrando calmarla. Porque los ojos de Julian eran eso ahora, un océano en calma, una marea tranquila, la libertad del océano en sus ojos.—
No. Que tontearía. Y pensar que Adam le estaba empezando a caer un poco mejor… Tessa se levantó indignada del sofá, y lo miro con ojos altivos. Ella era la pura imagen de una mujer bella, y llena de dignidad. —¿Por qué cree que me vendería por dinero? Adam sonrió —¿y no estas con el idiota de mi primo por eso?— había burla en su voz —¿Me cree una oportunista? El no contesto. Tessa tomo el cheque, lo alzo para que Adam lo viera con claridad, y luego lo rompió en cuatro no muy elegantes y desiguales pedazos. —No puedo decir que eso me alegra —No aceptare su dinero. Me estoy quedando con Julian porque… —¡¿Por qué?!— pregunto este levantándose del sofá de una forma igual de altiva que ella. Sus cuerpos cerca, separados tan solo por unos centímetros del otro, y sin embargo esto no era una situación romántica. Era una confrontación. Adam era más alto que Tessa en todo sentido, y sus ojos castaños miraron a los suyos. ¿Cuál hubiera sido la respuesta correcta ? « ¿Por qué lo amo
—¿Cómo? —el abre mucho los ojos por la sorpresa de aquella confesión —¿Y cuál es tu veredicto?James, sentado en la camilla del hospital mira hacia el techo pensativo — creo que Julian es un hombre rico que no esta acostumbrado a recibir un "no" como respuesta. —regresa a mirarla — y eso es peligroso.—Pues entonces será la primera vez que reciba uno —suelta ella a la defensiva —¡Por supuesto! No podrías irte a vivir con un completo desconocido. —el se toca la cabeza — que cosas tan locas me contaste en tan pocas horas. Aunque es un alivio. —¿Qué cosa es un alivio?El la mira de forma acusadora —saber que no terminaras en la cárcel por esto.Ella pone los ojos en blanco —ya debes sentirte mucho mejor para estarme regañando. Dime, ¿te sobran energías?—¿Te sobran a ti?—Que gracioso— replico Tessa sin una pizca de gracia—Aun asi, dudo que él se rinda—No puedo irme a vivir con el —dice con lógica —¿Qué pasaría con mi casa?—¿Venderla?—Aun la estoy pagando — se lo recuerda — y no p
—Dormiremos juntos en la misma habitación. Esa es mi propuestaTessa da un paso hacia atrás —¿Qué insinúa?— su cara esta roja como un tomate —¿Aceptas?Por más que ella lo mirara, Julian no parecía demostrar nada en su rostro, ni anhelo, o vergüenza. Nada. No habia bochorno, ni deseo. O cualquier rastro de que esto pudiera tratarse de una broma.—¿Por qué me estas pidiendo esto?—Es lo mas razonable, serias mi esposa falsa—Pero… no… No podemos dormir juntos en la misma cama.—dice apenada — Nosotros no tenemos ese tipo de relaciónAhora fue el turno de Julian de estar sorprendido —¿perdona?—N-no podemos… hacer ese tipo de cosas…—murmura Tessa nerviosa y fuera de control. Julian nunca habia visto a su fiel asistente “James” fuera de lugar por algo.—¿Y en que parte de mi discurso escucho usted algo sobre una cama?Ella parpadea perpleja —¿Qué?Julian entrecierra los ojos captando lo que ha dicho y el como todo puede malinterpretarse —oh… no me digas que pensaste…— el sacude su cabeza
Tessa se detuvo impresionada por aquel comentario—Vino con el… por eso lo dejaron pasar.—le explicaJulian frunció el seño. Tessa no sabia si lo que le molestaba a Julian era que aquella mujer hubiera tenido la osadía de pisar su empresa, o que Adam usuaria la palabra “madre” para referirse a su “madrastra”Minutos más tarde el joven empresario Julian Anderson recorrió la sala hasta que dio con sus recientes invitados.—¿Qué esta haciendo aquí? No es bueno interrumpir en horas laborables— luego miro hacia el joven a su lado — ya me han enviado aquí a un Anderson, no necesito otro. Y mucho menos a uno que luce exactamente igual.La mujer niega. Esta tiene unos ojos de mirada despierta y astuta, como los ojos de un gato.—Me he enterado de que perdiste a otro socio. Sabes que soy yo quien administro la fortuna de mi esposo—Mi padre — dice Julian como si fuera una corrección — lo entiendo. Pero, ¿Qué tiene que ver con su visita?—La empresa no puede tener perdidas—¿Insinúa que hago ma
Haber visto la mansión Anderson en una noche de fiesta no era nada comparado a como la veía ahora. Apenas tuvo tiempo de empacar su ropa cuando un auto ya habia estado al pie de su casa con su teléfono vibrando sin parar. Estaba claro que Julian no vacilaba en sus decisiones, y a Tessa no es que eso la asombrara. Conocía muy bien lo demandante que era su jefe para cualquier cosa. Era de esperar que lo fuera en todo ámbito. Siempre que miraba a Julian, sus ojos azules reflejaban a un hombre imparable, casi como alguien que ha estado moviéndose toda su vida. ¿Qué era aquello que no podía esperar? ¿Qué tanto valía cada segundo para un hombre como él?Cuando llego a las propiedades de su jefe, un empleado le hizo un recorrido poco oficial por todos los terrenos de la mansión. Jardines, piscinas y pequeños ambientes creados al aire libre fue lo que mas la cautivo. Todo era grande, elegante, majestuoso, y seguramente muy costoso... y pensar que ni siquiera habia puesto un pie en la casa aun
—No voy a dormir en el piso.—Claro que lo harás ¿y sabes por qué? Porque estas son las consecuencias de tomar decisiones apresuradas. Oh mi querido Julian, como gran empresario que eres seguramente conoces los riesgos de apresurarse con cada paso mal dado.—lo miro — Y hoy, estas son las consecuenciasJulian rio crédulo. No se estaba tomando enserio las palabras del que solía ser su "amable" y "servicial" empleado James.—Ahora tengo mi reunión de negocios —dijo mirando hacia su reloj quitándole importancia a aquel incidente. Entonces se acomodó el traje — y seguramente cuando regrese dentro de unas horas, tu habrás cambiado de opinión.***Cuatro horas después. Tessa no cambio de opinión.Increíble.Esto era indignante.—Mira el lado bueno, el piso sigue siendo tan caro como tu colchónJulian, un tanto irritado suelta desde el suelo—¿podrías al menos lanzarme una almohada?—Claro—dice ella mientras le lanza una.Una que le cae justo en el cara —mira a donde apuntas— le recrimina el—
La conversación del dia de ayer le había dado a Tessa un nuevo panorama para ver a Julian Anderson bajo otra luz diferente. Era raro como se abrían las personas cuando no se veían cara a cara. Y más aun, esa extraña, pero maravillosa forma que tomaban las palabras cuando no habia luz. Tessa bajo la mirada hacia su desayuno. Julian estaba justo al otro lado de la mesa comiendo, y de alguna forma pudo verlo incomodo. —¿T-te... te duele la espalda?— se atrevió a preguntar ella con cierto grado de culpabilidad —No es nada. En dos días los empleados tendrán su descanso y la cama de la pared estará ya instalada. No te preocupes. Por alguna razón Tessa no podía dejar de darle vueltas a la confesión del dia de ayer ¿Virgen? ¿Cómo que virgen? El gran, famoso, guapo, sexy, y soltero más codiciado de la ciudad Julian Anderson jamás ha estado con ninguna mujer. ¿Jamás de los jamases? ¿Era eso posible? ¿Acaso... nunca se habia enamorado? Cada vez que el decía algo, Julian se volvía aun más