—No se le pueden perdonar todas las cosas a las personas solo porque sean guapos.—y el joven tenía un buen punto.
—Lo se James, lo se. —dice mientras le soba la frente con el pañuelo a su hermano
—Deberías renunciar. Ese trabajo es horrible. Nunca podrás ser tu misma allí.
Tessa niega —explotan todo mi potencial, créeme.
Él pone una mueca escéptica
—Julian, a pesar de todo, es un buen líder
—¿Lo justificas?
—No. Solo digo que he aprendido mucho. Tiene una mente de tiburón en los negocios.
—Pero no es un excelente ser humano
Ella se encoge de hombros —le faltan ciertos valores —admite —aun asi, no tienes de que preocuparte, poco a poco voy siendo yo misma con el
—Sí, — le detiene el brazo a medio camino mientras la mira con cariño —pero nunca realmente tu— sabia a que se refería. Después de todo, estaba en este hospital vestido como un hombre. Y no solo eso. Ella había robado la identidad de su hermano para poder aplicar al trabajo. Si en algún momento su verdad saliera a la luz, claramente iría a la cárcel por fraude, o suplantación de identidad.
—Deberías renunciar— insiste su hermano y sus rubios cabellos brillaban. Aun estando enfermo, parecía despedir vida. —ahora que estas a tiempo y nadie lo sabe
—Nadie nunca lo sabrá
—No puedes estar segura de eso Tessa. Cada dia que pasas allá te arriesgas a más, y solo por mi...
—Tu eres todo lo que tengo— lo corta ella —si renunciara... si renunciara a eso... —miro a su alrededor —no podria cubrir los gastos de este hospital ni de chiste. Y lo sabes.
—Pero Tessa...
—Pero nada. He dicho. Mi decisión no te compete a ti.
James suspira —se supone que sería yo quien cuidase de ti. Soy el mayor. No sé en qué momento me convenciste a acceder a esto.
Ella niega —ya me has cuidado bastante, hermano. Mas de lo que debías. Ahora es mi turno.
En ese momento James empieza a toser y Tessa se pone pálida. Siempre le ha dado miedo cualquier síntoma de debilidad en él, casi como si cada reacción lo alejara más de ella. Una enfermedad que te quitaba lentamente la vida.
Las manos de Tessa se vuelven en puños, una reacción causada por la impotencia. Era como ver la fuga en un globo, donde veías como el aire se escapa, la única diferencia es que en esta situación ella no era capaz de cerrarlo.
Sus ojos bajaron al suelo.
—Estoy bien— la tranquilizo su hermano dándole una suave sonrisa. Pues el chico se veía delicado, y bastante pálido. Claramente aún no había tomado el color rosado de las mejillas. Y muchos medicamentos lo ponían a dormir bastante rápido. Había visitas donde Tessa venia, pero lo encontraba sumido en un sueño profundo, ocasiones donde nunca lo despertaba, solo se quedaba a su lado, sostenía su mano y se dormía a lado de el en una silla.
Su hermano siempre le había dicho que no había necesidad de hacerlo. Que no debía pasar mala noche por él. Que ella trabajaba mucho, que debía ahorrar energías. Pero Tessa no lo hacía. No hacía caso. Después de todo, ¿Cómo se perdonaría si esa noche fuera la última? La última vez para verlo... la última vez de tener aquel brillo de sus ojos en su vida
—¿Ya no deberías irte? — pregunto James mirando el reloj
—Oh. Si. —admitió ella —nadie quiere que al señor Julian le explote la cabeza por que su asistente llego tarde
—Si, pero ¿estamos seguros de que nadie lo quiere? —inquirió su hermano
Ella le lanzo una sonrisa divertida —tienes suerte de que él no te escuche. Sino, ya te hubiera despedido.
—No trabajo para el
—Técnicamente sí. James lo hace
—Quien no es capaz de aguantar una broma, es alguien con un ego muy débil.
—No creo que su carácter sea débil. Es solo... malhumorado
—Ya no lo defiendas más hermanita —dice mientras alza su mano haciendo un gesto de despedida
Ella se despide también. Y corre rápidamente a tomar el taxi que ya tiene citado fuera del hospital.
Solo le toma media hora llegar hasta la empresa. Y justo con 15 minutos antes de lo acordado.
Y como siempre los ojos azules de su jefe la reciben rápidamente
—¡Gracias al cielo! — exclama el mientras le tiende un montón de carpetas- asegúrate de revisarlas y mandarlas a los departamentos respectivos.
—¿T-tantos...?—murmuro ella
—Si. —y luego señalo hacia su escritorio —tengo otra pila mía por allá, y tranquilo te pagare extra por todo esto— entonces se marchó.
Si Tessa tenía que reconocerle algo a Julian, era que él no explotaba a sus trabajadores. Era justo, y cualquier sobrecarga u hora extra de trabajo siempre era recompensada con una suma bastante generosa de dinero.
Las horas pasaron rápido y Tessa estuvo trabajando hasta que el reloj llego a las 6:30 de la tarde.
Ella bostezo cansada por tanto papeleo. Incluso tuvo que digitar ciertas cosas, e imprimirlas nuevamente. Ni siquiera noto que alguien había entrado en su sitio de trabajo hasta que oyó la voz a sus espaldas
—Gran trabajo, James— y su jefe se encontraba colocándose su chaleco. —está nevando afuera
Ella miro hacia la ventana. Julian tenía razón
—Claro. Ya terminé
—Me lo imaginaba. Por cierto, ¿puedo preguntarte algo?
—Son las seis de la tarde, ¿aún estoy trabajando?
—No es una pregunta de trabajo
Ella asiente —claro, dígame, señor Anderson.
—Uno de mis trabajadores te vio hoy por casualidad.
—¿Ver? — murmuro sin comprenderlo
—Estabas en el hospital. Ese fue tu asunto urgente, ¿estas enfermo? ¿o tienes a alguien enfermo allí?
Ella se quedó sin palabras. ¿Qué debía contestar? ¿decir la verdad? ¿decir una mentira?
Analizo sus opciones. Acercarse al tema del hospital, era acercarse al verdadero James. Y eso no estaba entre sus planees.
—Solo un amigo.
—¿Algo grave? — volvió a repetir su pregunta
—No. No... —desvió la vista, no era tan descarada para mirarlo en plenas narices mientras le mentía —nada grave
—Ya veo. No dejes que eso te distraiga del trabajo
Ella regreso a mirarlo molesta ¿Quién ser humano era tan insensible?
Ella se paró de un golpe, incluso el mismo Julian vacilo cuando noto la profundidad de sus ojos castaños mirándolo de forma escrutadora. No. No solo era eso. Lo estaba juzgando.
—¿Puedo pedirle algo? —murmuro ella en su lugar manteniendo la calma
Julian espero. Una señal directa de que esperaba que continuara.
—Fuera del ambiente laboral. —dijo Tessa —Usted y yo no tenemos nada que ver. No se meta en mis asuntos. Aguantarlo a usted siendo insensible con temas de enfermedades a mis amigos que me competen no está entre mis labores y no se me paga por ello.
Los ojos fríos de Julian lo miraron sin inmutarse. —Bien. —entonces camino pasando por el supuesto James hacia la puerta de salida.
Tessa pensó que él se iría por completo, pero... —discúlpame
Ella parpadeo.
—No debí decir eso. Y como gustes. No me meteré en tu vida fuera de la empresa— entonces siguió caminando con las manos en los bolsillos de su abrigo.
Y sus palabras siguieron rodando en su mente.
Discúlpame...
Discúlpame...
Discúlpame...
Y lo raro aquí, es que ella nunca lo había escuchado decir aquello. Ni una sola vez. Como una nueva palabra descubierta en el vocabulario de vida que conllevaba ser Julian Anderson.
Y sin embargo, ¿Quién diría que ese hecho tan descuidado lo llevaría a Julian a descubrir la verdad?
Julian no era un sujeto sin corazón o sentimientos como todo el mundo suponía. De hecho, las palabras de James lo habían golpeado y afectado mucho más de lo que quería admitir. Después de todo, había llegado a considerarlo y siempre pensó que había algo en el que le gustaba bastante. Asi que, una simple llamada a uno de sus guardias hizo que averiguara a quien había visitado James en el hospital el día de ayer. Quizás podria ofrecer alguna especie de bonificación como contribución a su empleado, una ayuda económica. La única forma en la que el sabia pedir perdón de manera real. Sin embargo, cuando la llamada llego "¡¿Qué?! ¡¿Cómo que está en el hospital?!" y su voz sonaba alterada por el intercomunicador en busca de explicaciones. Julian miro hacia su reloj. Quizás su empleado tuvo algún accidente automovilístico de camino a la oficina y por eso aun no había llegado. "No lo se. solo eso me dijeron señor Anderson, que el joven James Jhonson esta internado aquí. No tengo más informaci
Genial. Una desempleada más. Como si no hubiera ya bastantes en el mundo.—Maldición...—murmuro con su caja de pertenencias alrededor de sus brazos. Solo tenia que regresar ahora y aplicar a otros trabajos. No podía perder tiempo si quería mantener las pensiones del hospital.Llamo un taxi y se marchó rápidamente sin mirar atrás.Aun recordaba la extraña sensación de los labios de su jefe sobre los de ella. No lo entendía. ¿Por qué la habia besado? Y mas aun, cuando ella lo empujo quitándoselo de encima y se lo pregunto, el no respondió. No dijo nada a parte del "vete."—Mierda...—murmuro por lo bajo. No era de las personas que solía decir malas palabras, pero ahora mismo, la situación lo ameritaba.Cuando llego hasta su casa, se bajó del carro y se adentró rápidamente. Lo primero que hizo fue cepillarse los dientes, quizás con la intención de que aquella molesta sensación desapareciera. No era como se supone debía haber sucedido todo.—¿Qué voy a hacer?— la desesperación empezaba a l
—No.—Si.— le contradice el. —Esa es la condición para que conserves el puesto. Solo fingiéremos —dice de forma despreocupada — asi el mundo sabrá que tengo pareja y asi dejaran de venirme mujeres desesperadas por ocupar un lugar que no deseo que ocupe nadie por ahoraPor ahora...Tessa nunca lo había escuchado decir algo asi—Entonces... ante las cámaras...—Ante las cámaras estaré saliendo con Tessa Jhonson. Me acompañaras a reuniones, fiestas, bailes, cualquier encuentro de la alta sociedad. Yo te proveeré de todo, vestimenta, maquillaje, joyas. Todo. Y claro se te pagara por todos esos servicios. Y mientras tanto en mi dia a dia en la oficina, seguirás siendo James.Tessa parpadea incrédula —¿no cree que es una locura?—¿Y quién mejor para hacerlo sino es usted?— le sonríe¿Le sonrió?¿Acaso Julian se estaba burlando de ella?—No bromee—No lo hago. Tómalo o déjalo. Es una situación que nos beneficia a ambos, seguirás cuidando de tu hermano, y a cambio seguirás a mi lado brindándo
Tessa estaba consternada. Cuando el vestido llego a la puerta de su casa no lo podía creer. Nunca había visto algo tan bonito en toda su vida. No es que ella fuera una persona materialista, y no a todas las mujeres tendrían porque gustarle los vestidos, pero para alguien que había estado usando estos últimos meses solo pantalones, saco y corbata pues esto era un gran cambio. Un pequeño paso para el hombre, y un gran paso para su closet.Lo alzo admirándolo —lo amo...—murmuro, y casi se le hacen unas lágrimas. Y sí. Claro que estaba exagerando.Aunque se sentía raro tener entre sus manos tanto dinero. Este vestido costo miles de dólares. Que horror. Ni aunque le sobrara el dinero se veía comprando algo asi por cuenta propia o iniciativa.Algo de pronto vibro en su bolsillo. Ella lo tomo y vio el mensajeEra Julian."¿Estas listas?"« ¿Acaso este tipo no comía? » Pensó Tessa « ¿no iba ni al baño? »Ella tomo el celular entre sus manos y tecleo "pensé que eso era más tarde""Lo se. Pero
Tessa sentía incomodo los tacones, hasta sentía que el vestido le apretaba. Quizás no porque realmente le apretara, quizás solo era porque estaba muy nerviosa, y eso era notorio.—Solo tienes que relajarte— le susurro Julian por lo bajo mientras desfilaban por el salón.Ella lo fulmino con la mirada —no es divertido mentir—No mentí—Dijiste pequeña reunión. "pequeña Julian"—Esto es pequeño— contesto inocente mientras se encogía de hombros.Quizás debió haberlo visto venir.—Ponte esto —Julian le tendió un anillo y un collar—¿Qué es esto?—No tienes joyería encima. Eso se vería raro.—Claro...— entonces de manera disimulada Tessa se apresuró a ponerse la cadena y el anillo en el dedo.Mientras más avanzaban Tessa no pudo evitar notar que toda la gente tenía grabada en sus rostros esa mirada petulante y orgullosa. No es que toda la gente rica fuera de esa manera. De hecho, gracias a ser asistente de Julian conocía a muchos, y algunos de ellos la habían sorprendido de muy grata manera
¿Por qué te comprometerías con alguien que no conoces? Aun si era fingido, era muy pronto. Primer dia y Julian ya lo habia arruinado todo.—¿Y... amor, ya tenemos fecha?— le sonrió Tessa de manera forzada y ojos acusadoresJulian a mas de estar preocupado o intimidado, solo respondió —Tu di el dia y yo me caso, TessaElla vacilo. ¿Cómo podía hablarle con tanta informalidad y confianza? Habia algo entre ellos dos ahora, cierta intimidad entre ellos que antes no habia. Un nuevo lazo forjado.—El anillo es hermoso —comento el chico rubioFue entonces cuando Tessa siguió la dirección de su mirada hasta su mano. No podía creerlo. Que tonta fue. Este era el plan desde un inicio. Julian puso las piezas, y ella solo cayo en el juego. Por eso le dio el anillo. Era la prueba de su "compromiso"Vaya que Julian tendría mucho que explicar una vez salieran de allí. Si las condiciones habían cambiado, entonces ella también impondría sus propias reglas.—Ya veo. Disculpe si he molestado a su pareja.
Las mañanas en la oficina eran casuales y llenas de trabajo. Lo usual de siempre. Julian Anderson recibía más documentos que cualquier otra persona allí. A veces Tessa se preguntaba que, si ese era el requisito para ser millonario, preferiría una vida normal. La cantidad de trabajo que manejaba él no era ni medio normal. No sabía como manejaba realmente el estrés que da saber que cada decisión tomada puede ser la victoria o una derrota para la empresa. El caos o la salvación. Y todo en tus manos. Ella agradecía no ser él.Aunque la relación de ellos había cambiado un poco en lo que involucraba el trabajo. Julian había cumplido su palabra. Él era más… amable.—¿Podrías entregar esto al departamento de abajo por favor?— pidió —Claro.—¿Qué hay de la reunión de hoy?Tessa miro hacia el reloj -debería de ocurrir pronto. ¿Tiene todo ya listo?Julian alzo unos documentos un poco distraído mientras no dejaba de verla.—Debería dejar de hacer eso. — dijo—¿Hacer qué?—Mirarme tanto — contest
—Esa es una real tontería—¿Y crees que yo quiero esto?—Pues no te veo renegando Julian.—Claro que lo hago. Trato de pensar como mandarlo directo al lugar de donde salió—Esto no cambia en nada el plan o ¿sí?—Bueno...—Julian.—hablo severamente—Hay algunas cosas que aclarar aun...—¿Cómo el hecho de que se quedara aquí?—Si. Ya te lo dije —suspira —Viene a supervisar mi relación hasta que contraiga matrimonio. Solo entonces se largaráTessa entrecierra los ojos mientras como un acto reflejo, y casi sin darse cuenta a apretado los papeles contra si en sus brazos. —pero... lo de la boda era mentira—Bueno, quizás debamos de hacer de la mentira una realidad— propone elElla abre los ojos como platos —¿perdona?—Lo he estado pensando. Quizás no basta con esto—Julian. No sigas cambiando las cosas. No es justo.—Podríamos decirle que la boda es dentro de tres meses.—¿Y que pasara exactamente dentro de tres meses?—¿Qué te parecería la oportunidad de ganar más dinero?—Bromeas, ¿no?Ju