Ronnie pensó que no existían los hombres perfectos hasta que conoció a uno, trabajaba para él. Tenía todo lo que esperaba de su hombre ideal, según su blog de apuntes, claro.
Sabía que no podía estar nunca con él porque estaba casado y tenía una familia perfecta ya hecha, pero eso no impedía que pudiera envidiar a la afortunada y registrar en su casi inseparable blog de apuntes todo lo que le gustaba de él y de todo lo que espera encontrar en el hombre de su vida. Pero un día ocurre su peor pesadilla, alguien descubre su blog de notas y su contenido, esa persona es el pulmón de su jefe. Para evitar que se lo cuente a su jefe, que de seguro la despediría, está dispuesta a aceptar sus condiciones por más odiosas que le resulten. está obligada porque ese pulmón es nada menos que el hermano menor de su jefe. Él no reúne ni la mitad de los requisitos de su hombre perfecto aunque sea atractivo y sus compañeras suspiren por él, solo tiene que fingir y soportar sus ocurrencias, ¿qué podía salir mal? No podía enamorarse de alguien que no alcanzaba sus expectativas ¿o sí?
Sean bienvenidos oficialmente a la cuarta y última entrega de la saga #hermanos Harris, esta vez nos adentramos en la vida de nuestro querido Nicolás. Por fortuna no es necesario leer los otros libros para ponerse al día, sin embargo se los recomiendo.
En fin, gracias por estar aquí. Espero disfruten de la historia.#Hermanos Harris
Libro I: Enamorada de un misógino. (Daniel Harris)
Libro II: Enamorada de un amnésico. (Daniel Harris)
Libro III: Llámame acosadora. (Jessica Harris)
Libro IV: Me enamoré del hermamo equivocado. (Nicolás Harris)
Atractivo Apuesto Atento Responsable &
Con mi blog a mano avancé hacia el despacho de Daniel, no quería arriesgarme a que aquellas malvadas lo vieran y descubrieran mi secreto, nadie podía saber de su existencia.Puse en orden el despacho de mi jefe, cada documento donde correspondía. Sobre el escritorio había fotografías enmarcadas, en una estaba él con su esposa, era tan hermosa, tenía el pelo largo y negro, él también lo tenía de ese color, pero corto. En otra estaban sus adorables y lindos gemelos con una sonrisita clavadita a la de su padre, compadecía de los corazones que serían rotos cuando fueran grandes. Y en la otra fotografía como era de esperar, estaban los tres hermanos juntos, nunca había llegado a conocer a Jessica, su hermanita, pero escuché que ahora vivía fuera de la ciudad con su amiga. Con
Salí del cuarto de baño con el albornoz secándome el pelo con la toalla después de darme una ducha totalmente relajante. Me acerqué a la cama donde tenía mi bolso, me senté sobre ella y abrí el bolso, quería coger mi cuaderno y releer todo lo que tenía apuntado, eso me relajaba y me hacía suspirar y desear tener a alguien en mi vida. Rebusqué dentro del bolso y no aparecía, ¿Por qué? Pensé, probablemente se había quedado en el salón. Me levanté de la cama y Salí de mi cuarto en dirección a la sala de estar donde hacía unos minutos había dejado a Maya. Se había quedado dormida en el salón. Me acerqué con cuidado hacia ella y le desperté con delicadeza para no asustarla. Abrió los ojos y me miró.—¿Ronnie? — le sonre&
Nicolás llevó la mano a su bolsillo donde sacó su celular que acababa de sonar por el mensaje que le había enviado. Leyó el mensaje y noté que fruncía el ceño, no sabía de quién era el mensaje porque no conocía mi número. Volvió a repasarnos con la mirada buscando al responsable del mensaje hasta que topó con mi mirada la cual le decía todo, me miró algo sorprendido, seguro que no se esperaba que yo fuera la responsable de aquello, qué vergüenza.—Podéis regresar todos a vuestros puestos —anunció de pronto sorprendiéndonos a todos.—¿Ya? —preguntó Mario—queremos saber de quién es el cuaderno.—Así es, ¿ya sabe de quién es? —apoyó otra curiosa entre la multitud. Nicolás volvió a
Pov NICOLÁS HARRISAquello iba a ser divertido, fue lo que pensé cuando descubrí que precisamente la secretaria de mi hermano era la responsable de aquella cursilería. Me resultaba imposible creerlo o en caso contrario no me habría molestado en reunir a casi la mitad de los empleados para debatir aquello. Si mi padre se enteraba habría una bronca entre nosotros como casi siempre, pero Luis lo sabía, sabía que no perdería tiempo en hacérselo saber, menudo desgraciado, no lo aguantaba. Pero por fortuna para mí, tener una discusión con mi padre era lo más normal del mundo, aunque sin Daniel aqu&i
Pov RONNIKA BELLWOODEstaba en mi escritorio preocupada esperando. Cuando salí de la sala de reuniones quise prestar atención a lo que Nicolás le iba a decir a su padre, quería saber si acabaría hablándole de mi blog, pero no podía mantenerme cerca, podían verme, fue lo peor que su padre tuviera que encontrarnos allí y era gracias a Lucas, ahora empezaba a entender su falta de confianza de parte de Nicolás. Hablando de Nicolás, me había desacreditado allí dentro, no puedo creer que estuviera equivocada en todo lo que pensaba de él, tenía claro que le faltaban cosas de su hermano que no tení
Ya fuera del edificio decidí caminar un rato mientras pensaba en todo lo que me había sucedido aquella mañana. Tomé un taxi y me fui derecha a casa.Maya y Max estaban sentados en la terraza tomando el desayuno mientras jugaban al dominó, la idea debía haber sido de ella. Intenté poner buena cara mientras los saludaba.—Dime que no te han despedido esta vez—dijo Maya consiguiendo que pusiera los ojos en blanco.—¿Por qué siempre piensas que me han despedido?—¿Entonces no te han despedido?—No, no me han despedido. —tuve que asegurarla mientras me sentaba a la mesa con ellos.—Eso quiere decir que has encontrado tu blog sano y salvo—dibujó una sonrisa— ya me preocupaba que lo haya encontrado alguien y piense decírselo a Daniel.Evité mirarla mientras decí
Maya estaba impresionada cuando le conté que Daniel me había dado el permiso de utilizar la tarjeta para pagar la visita al médico y todo lo demás.Después de arreglarnos en la mañana y de tomar el desayuno, con mi auto, un Porsche, nos dirigimos al hospital.Nos recibió su médico y la atendió durante un par de horas, el niño estaba bien, Maya solo tenía que estar relajada sin alteraciones y cumplir con todo lo que le estaba exigiendo el doctor al pie de la letra.Después de la cita decidí llevarla a dar una vuelta por la ciudad. Como a ella también le encantaban los libros como a mí, estacioné junto a una librería. Curioseamos algunas obras y decidimos comprar algunas novelas que nos llamaron mucho la atenci&oacut