[CAPÍTULO CUARENTA Y OCHO]

                                                    Pov RONNIE BELLWOOD

Poco a poco fui abriendo los ojos, me froté los párpados y miré alrededor. Entonces me acordé de que había pasado la noche no solo en la casa de Nicolás, sino también en su cuarto.

Lo vi sentado sobre un escabel atándose los cordones de sus zapados. Estaba ya cambiado y no me había despertado.

—Buenos días— Saludé mientras me incorporaba en la cama. Me miró y me sonrió. Concluyó con la atadura y se puso en pie para luego acercarse a mí.

—Muy buenos días, — dijo sentándose en la cama frente a mí. Estaba tan guap
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