Logan no podía creer lo que veían sus ojos, ante él estaba la mujer que volteó su vida de cabeza, la chiquilla que le costó el peor castigo de su carrera.
—Es que no entiendo nada —Logan miró a su alrededor, no estaba soñando—. Esta es la casa de Maddison Palermo —expresó confundido.
—Sí, esa soy yo, tu esposa.
—Tú eres Maddison Palermo —entendió Logan por completo y la ira visceral que siente en este momento es tan grande que las palabras se le escapan—. ¿Cómo es posible que exista gente en este mundo tan baja y calculadora? —Espetó Logan con dientes apretados.
—Te estás describiendo a ti mismo obviamente —escupió Maddison y el bebé lloró de nuevo inquieto.
Paquita entró y cargó al bebé y salió con él de su habitación.
Logan vio a la anciana y fijó su mirada en el bebé sin dar crédito a lo que ven sus ojos.
— ¡¿Tú planeaste todo esto?! —Enfatizó Logan señalándola con el índice acusador.
Maddison chasqueó la lengua.
—Estás muy equivocado si crees que me vas a asustar con tus gritos.
— ¿Cómo es posible que puedas ser tan macabra? te hiciste pasar por otra persona, me engañaste cuando viste que no te quedaba otra manera de seguir manipulándome.
—Yo he sido la única víctima y manipulada en esta historia, por ti que eres un vil canalla.
— ¡¿Qué yo quiero manipularte?! Eres una víbora ponzoñosa —la acusó Logan.
— ¡¿Cómo diablos iba a saber que tú era Logan Hamilton?! ¡No me dijiste tu nombre!
—¡Tú tampoco me dijiste el tuyo! Yo no te di mi nombre para protegerte por si los subversivos nos atrapaban, te dije todo de mí y tú…
— ¡Mentira!, eres un descarado, acusabas a mi padre y a mí de ser estafadores, pero no dijiste que estabas casado con una Palermo.
—Te dije que me estaba divorciando.
—Ni siquiera me conocías, enviarme papeles de divorcio y una nota no es estar tramitando nada.
—Tú aceptaste casarte así, no pretendas hacerte la víctima.
— ¡Pero no me dijiste que pensabas casarte de nuevo! —Maddison limpió de sus mejillas las lágrimas traidoras, tragó el nudo de emociones contenidas en la garganta y él se quedó callado un instante y ella se acercó a él, se arrepentía de haberse bajado de sus tacones, pero igual lo enfrentó mirando hacia arriba—. ¿Cómo crees que quedé al enterarme que eras el teniente Lobo? Tus abogados le dijeron a mi abogada que estás comprometido desde un año antes de que estuviéramos en la isla. ¡Eres un malnacido! Te aprovechaste de mí…
Logan la agarró por el codo con fuerza para enfrentarla cara a cara.
—No me hables de aprovecharse que tu padre me arruinó la vida al obligarme a casarme contigo.
—Y por eso me arruinaste la vida a mí —espetó Maddison y quiso soltarse de él cuando el recuerdo los invadió a ambos.
RECUERDO
La tormenta era furiosa y amenazaba con destruir el refugio que construyeron con troncos y palmas en el corazón de una isla muy hermosa, pero lejos de la zona turística del Mar Caribe.
La luz de un rayo los iluminó lo suficiente para verse a los ojos en la terrible noche antes de que el sonido de una centella los hiciera vibrar; Maddison gritó muy asustada y se acostó en su pequeño catre con las manos en la cabeza para tratar de no oír.
—Hayley, por amor de Dios, no grites o tendré que salir de aquí, prefiero la tormenta que los gritos.
—Es que le temo a las tormentas.
Logan se sentó en su catre y ella se sintió mejor de sentir su calor corporal.
—Es solo lluvia, esperemos no tener tanta mala suerte y que nos caiga un rayo.
Un trueno sonó de nuevo y ella apretó los dientes para no gritar. Él acarició su espalda y se acostó detrás de ella, pasó los brazos por su cintura y la apretó contra su pecho, quedando acostados muy juntos en el pequeño catre improvisado.
— ¿Por qué odias las tormentas? —Preguntó el teniente.
—La noche que murió mi madre hubo tormenta, desde entonces siempre tuve miedo.
Logan la apretó contra sí.
—No tienes por qué tener miedo, estás conmigo.
Maddison le creía, con él se sentía protegida.
— ¿Por qué no te gustan los gritos? —Preguntó ella.
—Afganistán —contestó él.
Maddison volteó hacía él para poder hacer énfasis a su declaración, sintió su respiración en su rostro y de corazón dijo:
—Cualquier cosa que hayas visto o hecho durante la guerra era tu deber y quedó atrás.
Logan la separó un poco para mirarla.
—Crees que puedo tener absolución, pero no conoces mis pecados.
—Sé que no eres un mal hombre, me has salvado la vida tantas veces, estoy segura que si sigo viva es gracias a ti —Logan se quedó callado y conmovido ante semejante declaración, no sabía qué contestar y solo acarició con ligereza el pómulo ya recuperado de los golpes de Maddison.
Aunque ahora por la noche no podía verla lo hacía con el tacto de sus dedos que dibujan su mejilla y contorno de los labios.
Maddison con el corazón a millón por la cercanía de ese hombre que le hacía tener pensamientos impuros y sueños de toda índole trató de disimular.
—Bueno, cualquier culpa o pecado que tengamos lo estamos pagando en esta isla.
Logan sonrió.
—Me gusta esta isla, tengo una mujer hermosa en mis brazos y no quisiera estar en otro lugar ¿No te parece una noche romántica?
Maddison agradeció la oscuridad, ahora mismo seguro parecía un tomate, no sabía cómo responder a esas cosas que él le decía.
—No es como imaginé que deberían ser las noches románticas —murmuró ella con voz entrecortada.
— ¿Cómo es tu noche romántica perfecta? Supongo que en una mullida cama, con champagne y fresas, con el mar de testigo, pero con un techo sin goteras sobre la cabeza.
—No… no lo sé, no he tenido ninguna noche así jamás —reconoció Maddison abochornada.
Tu esposo es un verdadero idiota —declaró Logan.
Maddison se echó a reír y Logan la besó con ternura y paciencia compartiendo el primero de muchos besos.
FIN DEL RECUERDO
—No puedo creer el monstruo que eres —masculló Logan—, me usaste, planeaste quedar embarazada para aprovechar mi apellido y el diablo te la puso muy fácil cuando caí en la trampa, pero esto se acabó y no hay nada que puedas utilizar para evitar que me divorcie de ti.
Maddison cerró los ojos un segundo, las duras palabras equivocadas de Logan la hieren como hierro ardiente, pero ella no es ya la sumisa que recibía insultos sin defenderse.
—Tienes una deuda conmigo Logan Hamilton, porque entregué mucho de mi vida, tres años casada y más de un año en una prisión olvidada, ¿te quieres casar y ser feliz? ¡Pues no lo mereces!. ¿Ya le contaste a tu novia lo que pasó en la isla?
Logan no podía continuar allí, se sentía en una pesadilla.
—No tolero seguir mirándote, pero regresaré, porque esta es mi casa y ojalá no consiga al verdadero padre del niño cuando regrese, o tú conocerás lo que es estar en la miseria, porque no solo no te daré un centavo, te despojaré a ti de todo lo que tienes.
—He dormido con ratas como compañeras de alcoba, no puedes asustarme, fui al infierno y sobreviví.
Logan citó a su mejor amigo y compañero en un bar.
—De nuevo me embaucaron, nunca me libraré de los Palermo.
—Amigo, pero si tu esposa es tu Hayley, ¿no puedes considerar seguir con ella?
— ¿Acaso no escuchaste todo lo que te acabo de decir?
—Ella no podía saber que eras su esposo.
—Quizás sí lo sabía, aunque nosotros trabajamos para el gobierno y somos casi invisibles yo también soy empresario, ella pudo haber tenido alguna foto mía de antes que aceptara el dichoso matrimonio y me reconoció.
—Es una posibilidad, pero estamos entrenados, ella no hubiera podido engañarte tanto tiempo.
—Me deslumbró Vaquero, por ella quise dejar todo, aun en las condiciones tan precarias en la que estuvimos, cuando la hice mi mujer me atormentaba imaginar que la dejaba embarazada y que no nos consiguieran, le puso Asher a su hijo, hasta en eso quiere manipularme, yo le dije que ese era el nombre que llevaría mi hijo en honor a nuestro compañero.
—Lamento no haberte encontrado yo, tú no la pasaste bien después de abandonar esa isla, y ahora sabemos porque no pudiste encontrar a Hayley.
Logan se quedó pensando.
—Dice que estuvo en una cárcel también.
—Podemos averiguarlo, así sabremos que planea, mientras tanto ¿Qué harás con Cristina?
Logan tomó su bebida de un trago, pensando en su novia, la mujer que había demostrado quererlo esperándolo para casarse con él.
—Se pondrá furiosa, porque yo debo averiguar que planea Maddison Palermo, deberá esperar un poco más para casarnos.
—Lobo, Hayley fue más que una única mujer disponible en una isla.
—Yo sabía que algo ocultaba, quise sacarle lo que era y terminamos en un rollo sexual, es lo normal, más si ella lo planeó —Logan negó con la cabeza—. Ni en mil años hubiera sospechado que Hayley era Maddison.
—Pero Hayley no existe y ahora no solo tienes esposa, tienes un hijo, Cristina querrá tus huevos en bandeja, no le alcanzará quitarte la cabeza.
Maddison conversaba con Daniel y Paquita, él se estaba quedando con ella desde que regresó, su amigo había quedado en la calle desde que la madrastra de Maddison lo despidió y Maddison le debía tanto que el hecho de que viviera en su enorme hogar y la acompañara más que un favor para él, era ella quién más lo agradece.
—Señora, ¿cree que su marido regrese? —Inquirió Paquita.
— ¿Quién sabe? —Contestó Maddison y tomó a su pequeño en brazos—. Espero que no regrese, Logan Hamilton no es el hombre que quiero que mi hijo tenga como padre, yo quiero que mi hijo sea bueno.
Paquita bajó la cara.
—Señora, creo que antes debería conocerlo, él es su esposo después de todo.
La doña era muy maternal con ella y siempre la aconsejaba y sabía todo de la situación de Maddison desde el principio.
—Paquita, aún no sé si ese hombre es el verdadero culpable del contrabando de Palermo Shipping, mi padre no sería capaz de tratar con terroristas.
— ¡Jumm! Su padre sabía que en esos barcos transportaban cosas ilícitas y por ello recibió mucho dinero.
—Pero de haber sabido que era cómplice de terroristas no hubiera aceptado.
—Él aceptaría venderle el alma al diablo si su esposa quiere una joya nueva.
—Yo averiguaré todo respecto a esos contrabandos —dictaminó Maddison.
—Señora ¿Qué pasaría si Logan Hamilton es inocente?
— ¡Ja! Inocente, ¿acaso has olvidado todo lo que hizo?
—Pero usted lo ama.
—No Paquita, yo me enamoré del teniente Lobo, un hombre que no existe.
—Sí existe, dentro de su aborrecible marido —acotó la anciana.
—Estoy de acuerdo con Paquita, quieres darle una lección, pero podrías quedarte con él —replicó Daniel.
— ¿Por qué será que no me sorprende tu actitud calenturienta? —inquirió Maddison riendo.
—Es que por lo que me has contado no es aborrecible, si no muy sexi.
El teniente Logan Hamilton alias Lobo abrió la puerta y se fue encima de Daniel.
—Te dije que era mejor que no consiguiera a tu amante aquí.
Daniel dio un grito asustado.
Logan no estaba completamente borracho, pero si estaba bastante mareado, aún estaba débil por el tiempo que estuvo recluido. —Por todos los cielos ¿Te has vuelto loco? Suéltalo. Logan tenía a Daniel inmovilizado con una llave, el rostro de Daniel estaba muy rojo por la falta de aire y de nuevo Paquita se llevaba al niño. —A mí no me verás la cara de idiota —declaró Logan. —Eres un idiota, él es Daniel ¿lo recuerdas? Te hablé de él. —Tu amigo gay, no te creo. —Presénteme a un amigo suyo y se lo demuestro —susurró Daniel con el poco aire que le quedaba. —Suéltalo, imbécil —exigió Maddison y Logan lo soltó. —Clásico, un portentoso hombre se me echa encima y quiere matarme, eso es un nuevo nivel en mi racha de mala suerte en el amor —se quejó Daniel frotando su cuello lastimado. — ¿Qué hace aquí a estas horas? —indagó Logan. —Él vive aquí —le informó Maddison con desenvoltura. — ¡Y dices que no es tu amante! Daniel dio otro grito y se puso detrás de
Logan trataba de poner sus ideas en orden. —Contéstame Logan —exigió Cristina. —Para mí, Maddison Hamilton era un cero a la izquierda, la herramienta de un codicioso, y pude ver qué es tan enferma y retorcida como su padre. Cristina sintió alivio al notar el desprecio de Logan. —Entonces solo debes demostrar que ese niño no es tuyo y podremos casarnos. Logan cambió el peso de un pie al otro. —Cristina; si ese niño es mío… Cristina agrandó los ojos y apretó los puños. —No me digas que… —Sí es mi hijo yo estaré en su vida —decretó Logan interrumpiéndola. —Pero no puedes darle el gusto a esa mujer… —El niño no tiene la culpa de que su madre sea una sinvergüenza manipuladora. — ¿Entonces continuarás casado con ella si ese niño es tuyo? —No procederá el divorcio como lo planee, debemos ir a juicio, pero sin duda nos divorciaremos eventualmente, no se trata de eso —Logan hizo una pausa poniendo sus dedos índice y pulgar en el puente de la naríz—. Si es
Logan estaba muy furioso. — ¿Es que no tienes la más mínima decencia? —espetó Logan ahora en voz baja, pero letal. — ¿Qué es lo que estoy haciendo que sea indecente? —Inquirió Maddison poniéndose de pie. —Mi padre no está en su sano juicio, ¿qué es lo que pretendes? Él no puede firmar ningún documento, ni te servirá para chantaje. —Mire señor, no sé quién demonios es usted, pero está perturbando mi descanso y el de mi hijo —inquirió Charles levantándose y poniéndose frente a Logan, le pasó el bebé a Maddison—. Muchacha, ve a acostar a Logan en su cuna y usted mequetrefe, ¿acaso no tuvo padre que lo enseñara como se trata a una dama?, porque yo se lo puedo enseñar. Maddison se apartó y Logan apretó la mandíbula y cerró los ojos, su padre le dio un empellón y él lo soportó en silencio, los enfermeros tuvieron que meterse en medio. Logan con la cara roja y ojos brillantes por lágrimas contenidas vio a Maddison con odio y ella siente pena porque no se imagina lo que se
Maddison sintió su bilis subir por su garganta, ¿cuántas veces se habían expresado de ella como lo hizo la novia de Logan? Había perdido la cuenta, su madrastra, su hermanastra lo hicieron desde que ella era una niña, minimizándola a la menor oportunidad. «Pero ya no más, no soy la misma Maddison» —La verdad, dependerá de la fecha, estoy muy ocupada en los próximos días. —Necesito hablar contigo, sin que este escuche —bramó Logan viendo a Daniel de mala gana. —Pues yo no hablaré frente a ella —contestó Maddison y caminó hacia dentro de la casa—. Sígueme. —Pase usted mister músculos ¡grrrr! —murmuró Daniel y puso el maletín de trabajo cubriendo su cara cuando Logan le pasó por un lado— Ay santa Lina aleja su mala vibra. Para Logan la actitud de Daniel era puro teatro. Maddison paró al llegar a la sala y Logan la alcanzó, estaban solos. —Ya te dije que no tenía mala intención con tu padre —acotó ella y cruzó los brazos en el pecho. —No me importa lo que pase
Maddison siempre fue una chica de carácter dócil, prefería ceder antes de enfrentarse, igual su comportamiento nunca era cuestionable. Pero ahora ella había cambiado. — ¡Esto es el colmo! —Bramó Maddison—, mira mujercita, mi hijo no es ningún bastardo y si repites algo semejante será lo último que digas. Es más largo de mi casa —exclamó Maddison chasqueando los dedos. —Eres un perra buscona, roba maridos… —Aquí la única buscona eres tú, la roba maridos y la sinvergüenza, porque yo soy la esposa de Logan Hamilton y tú debiste pensarlo antes de hacerte la amante de un hombre casado. —No me hagas reír, él no te ama, eres su peor pesadilla y tus encantos no te servirán porque él me ama a mí y siempre lo ha hecho. Maddison arqueó las cejas y cruzó los brazos con actitud sobrada. — ¿Estás segura de eso? —Es suficiente, vámonos Cristina —exigió Logan y se dirigió a Maddison—, ya sabes lo que te dije, nos vemos en la corte —le dijo a Maddison, pero no pudo verla. M
Maddison sintió mucha rabia con Logan. —Lo que tú me debes no es cuantificable en dinero; lo que tú me debes es tiempo, Logan Hamilton, ahora sabes lo que es estar casado, nos vemos en casa, “querido”. Daniel tuvo que pasar por un lado de Logan para montarse en el vehículo de Maddison. —Ay san Clemente, vuélveme transparente —Daniel cerró la puerta antes de que Logan la pagara con él, lucía con ganas de matar a alguien con sus propias manos. Arrancaron y Maddison iba a alta velocidad, exclamando furiosa. — ¡Libertad!, quiere su libertad, él marcó mi vida y me pide libertad, que se aguante, tres, no mejor cuatro, no que sean diez años, porque pasé en una prisión de oro tres años y más de un año en el infierno y eso no me lo puede pagar con dinero… —Maddy, detén el vehículo —musitó Daniel y Maddison estacionó en un lugar disponible de la calle y lloró con mucha amargura. Daniel la abrazó dándole consuelo. —Solo está desesperado por sacarme de su vida después que
Logan y Vaquero se levantaron cuando vieron llegar a Cristina, detrás de ella venía un apuesto moreno contemporáneo con ellos. —Te tardaste, ¿algún problema? —Indagó Logan viendo a Cristina. —No, nada, todo está perfecto —indicó Cristina muy rápido. Logan iba a insistir, pero prefirió dejarlo pasar. —Noah, tanto tiempo —Logan le ofreció la mano al moreno recién llegado. —Logan, hermano —lo saludó con un abrazo Noah—, que gusto tenerte de vuelta, espero que encuentres todo aquí de tu agrado en la empresa. —Seguro que sí, Noah, sé que contigo dejé mis propiedades en las mejores manos. —Traté de estar a la altura, pregunta a Cristina si tiene queja. Cristina rio de forma exagerada, lucía afanada y con las mejillas sonrojadas. —En el trabajo Noah, claro está —respondió nerviosa. —Por supuesto, de eso hablaba —Noah se echó a reír y miró a Vaquero que los miraba serio sin mostrar ninguna emoción en el rostro—. Mucho gusto, Noah Gibson, para servirle. Noah
Cristina se quitó a Noah de encima cuando escuchó ruidos en el baño. —Eres un malnacido Noah, nos han escuchado. Noah acomodó su pantalón y con cautela abrió la puerta del cubículo. —No hay nadie —comentó divertido y Cristina le dio un empujón y salió a acomodar su maquillaje. Noah se agachó a recoger el pintalabios. — ¿Acaso la esposa de Logan no tenía los labios rojos? Cristina volteó a ver el labial. —Noah, sí la que nos escuchó fue esa estúpida se lo dirá a Logan. Noah se echó a reír. —No seas cobarde, alguien nos escuchó teniendo sexo y se fue para darnos intimidad, es todo. El teléfono de Cristina sonó y era Logan. —Nunca más Noah, ahora Logan está en la ciudad y es definitivo, no arriesgaré mi relación con Logan Hamilton por un polvo de oficina. Cristina quiso dejar plantado a Noah y este la agarró por el codo y la acercó a él violentamente. —No Cristina, si te follé en la oficina y en este baño con Logan Hamilton a pocos metro