Início / Romance / Mayhem / 1 | Regreso a los ángeles
Mayhem
Mayhem
Por: Gilover28
1 | Regreso a los ángeles

Zayn

Los Ángeles huele a recuerdos.

No importa cuántos años hayan pasado, cuántas mujeres haya tenido, cuántos tragos haya bebido para olvidar. La ciudad sigue teniendo el mismo aroma a nostalgia, a una vida que dejé atrás cuando pensé que nunca volvería.

Pero aquí estoy.

Mi jet privado aterriza en LAX a las siete de la noche. Afuera, la brisa es cálida, con ese toque húmedo que se cuela en la piel como una caricia. La terminal está llena de gente, rostros desconocidos que no significan nada para mí. Camino con paso firme, el sonido de mis zapatos resonando sobre el suelo de mármol pulido. He vuelto a casa, aunque nunca la consideré del todo mía.

Afuera, un chofer me espera con el auto encendido. Subo sin decir palabra y observo por la ventana el paisaje cambiante de la ciudad. Luces de neón, rascacielos iluminados, el tráfico interminable de Sunset Boulevard. La ciudad ha cambiado, pero en el fondo sigue siendo la misma. Una jungla de concreto donde el dinero compra todo, menos el tiempo.

Mi teléfono vibra en el bolsillo de mi chaqueta. Lo saco sin apuro y veo el mensaje de Jared.

Jared: Bienvenido de vuelta, cabrón. La cena sigue en pie. Ocho en punto. No llegues tarde.

Sonrío para mí mismo. Jared Carter. Mi mejor amigo, mi hermano de otra vida. No lo veo en casi cinco años, pero sigue hablándome como si hubiéramos estado juntos ayer. No ha cambiado. Me pregunto si algo más lo ha hecho.

El auto se detiene frente a un lujoso complejo de departamentos en Beverly Hills. Mi nueva residencia. No me molesto en desempacar. Lo harán por mí. Tengo otros planes esta noche.

Cuando llego a casa de Jared, la puerta está abierta. La risa se filtra desde el interior, acompañada por el aroma de carne asada y bourbon. Entro sin llamar y lo veo en la terraza, con una copa en la mano y una sonrisa en el rostro.

—Por fin te dignas a aparecer, hijo de puta.

—No me he ido tanto tiempo.

Jared suelta una carcajada y me jala para un abrazo rápido, dándome una palmada en la espalda con demasiada fuerza.

—Cinco años es una maldita eternidad. Si no fuera porque veo tu jodida cara en revistas de negocios, habría pensado que habías muerto en Nueva York.

Me rio y acepto la copa que me ofrece.

—Ya sabes cómo es. Negocios, mujeres, más negocios.

—Y ahora estás aquí. ¿Para quedarte?

Tomo un sorbo del bourbon antes de contestar.

—Quizá. Todavía no lo decido.

—Bueno, al menos esta noche no hay trabajo, sólo whisky y buena compañía.

Entonces la veo.

No la reconozco de inmediato. Al principio, es solo una figura moviéndose dentro de la casa, el reflejo de la luz sobre un vestido negro que se ciñe a un cuerpo que no debería haber crecido tanto.

Luego se gira. Y el mundo se detiene.

Mayhem.

La hija de Jared.

La niña que solía corretear por la casa, con los zapatos de tacón de su madre y risueños ojos oscuros.

Pero no es una niña ahora.

M****a.

Mayhem Carter es una mujer. Una mujer que no debería mirarme como lo hace en este momento. Con esos ojos llenos de reconocimiento, con ese destello de algo más.

—Zayn.

Su voz es suave, aterciopelada, con una seguridad que no debería tener. Se acerca con la cabeza en alto, el cabello cayéndole sobre los hombros en ondas oscuras. Sus labios se curvan en una sonrisa mientras me extiende la mano.

La tomo, porque no tengo otra opción.

Es sólo un apretón de manos. Pero juro que siento un maldito cortocircuito recorrer mi piel.

—Mayhem.

—Has tardado en volver.

Su comentario no tiene doble intención, pero la forma en que lo dice hace que mi mente divague a lugares donde no debería.

—El tiempo pasa rápido.

Ella ladea la cabeza, estudiándome con una expresión que me inquieta.

—No para todos.

Jared aparece a nuestro lado y rodea a su hija con un brazo protector.

—No puedo creerlo, hermano. ¿Recuerdas cuando era solo una enana que no te dejaba en paz?

Asiento, pero no me atrevo a decir nada. Porque ahora, Mayhem no es una enana.

Ahora es un problema.

La cena transcurre entre risas y conversaciones sobre viejos tiempos. Jared habla de su cadena de restaurantes, de su vida sin su esposa, de cómo ha intentado criar a Mayhem solo. Yo finjo que escucho, pero cada maldito segundo soy consciente de la presencia de su hija a mi lado.

Ella no es una de esas niñas que se esconden en la sombra de su padre. No. Mayhem es fuego, es seguridad, es una tormenta esperando por arrasar con todo a su paso. Y cada vez que su risa suena, cada vez que su pierna roza la mía bajo la mesa, siento que algo dentro de mí se rompe un poco más.

Al final de la noche, Jared se despide primero. Dice que está cansado y nos deja a solas en la terraza.

Mayhem se queda en silencio, jugando con la copa en sus manos. Luego, me mira con una expresión que no debería estar dirigida a un hombre como yo.

—Tú también has cambiado.

No respondo de inmediato.

Ella se inclina un poco hacia adelante, los codos sobre la mesa, los labios entreabiertos en una expresión que es puro reto.

—Pensé que serías más frío. Que no te importaría nada volver aquí.

—Y ¡bam!, aquí estoy.

Ella sonríe. Una sonrisa lánguida, peligrosa.

—Sí. Aquí estás.

Mayhem se levanta primero, alisándose el vestido antes de mirarme una última vez.

—Nos veremos pronto, Zayn.

La veo entrar a la casa, moviéndose con la confianza de alguien que sabe exactamente el efecto que provoca.

Cuando finalmente me quedo solo, respiro hondo y paso una mano por mi rostro.

Esto es un problema.

Un problema que no puedo permitirme.

Pero, por primera vez en años, algo en mi interior me dice que no podré evitarlo.

Continue lendo no Buenovela
Digitalize o código para baixar o App
capítulo anteriorpróximo capítulo

Capítulos relacionados

Último capítulo

Digitalize o código para ler no App