-Mi... ¿Mi esposo? -Así es, ¿por qué te sorprende? Le dije al gordo Jack que te lo informara en cuanto subieran al avión.

-¡Pues no lo hizo!

-Bueno, eso ahora ya no tiene importancia, mi nombre es Michael Adams y soy tu esposo, como te habrás dado cuenta firmaste un contrato que te prohíbe divorciarte de mí, así que más vale que te acostumbres y empieces a amarme porque no te dejaré ir.

Sofía estaba atónita, durante todo el día había pensado que su esposo era aquel hombre gordo y sudoroso que había negociado con su madre y además la había golpeado, no obstante, descubrió que no era así, al parecer todo había sido una farsa para engañar a su madre, si Irina hubiera sabido que este Adonis era quien estaba pagando por ella la habría ocultado hasta por debajo del agua antes que dejarla ir con él. Para Irina Sofía no merecía ser feliz, menos con alguien como él; guapo, atractivo, elegante, adinerado y sexy...

-¿Amarlo? Yo ya tenía a alguien antes de venir aquí y usted me apartó de él. ¿Por qué habría de amarlo? ¡Jamás amaré a alguien como usted!

-¿Qué hay de malo conmigo? Yo soy inteligente, adinerado, apuesto, sexy y elegante, ¿no te parece suficiente?

(Qué ego tan grande, ¿piensa que con eso me conquistará?)

-Preguntó Michael con voz seductora acercándose a Sofía lentamente hasta acorralarla contra la pared mientras colocaba sus grandes y suaves manos al rededor de su cintura.

-Dime. ¿Acaso crees que no merezco que me ames?

Le susurró al oído mientras ella permanecía inmóvil, el hombre estaba tan cerca que podía sentir su respiración lenta y controlada, de repente algo comenzó a rozar su parte íntima y un escalofrío recorrió su cuerpo, no podía creer lo que estaba sintiendo, jamás había estado tan cerca de un hombre, ni siquiera de su actual novio, así que esta experiencia era nueva para ella, no había duda, lo que la estaba rozando era el miembro erecto del que ahora sabía era su esposo.

-Yo... ¡No! ¿Cómo podría merecer mi amor? Usted me ha alejado de la persona que amo y me esclavizará a usted por el resto de mi vida, no se puede amar a alguien que es capaz de hacer eso. ¡Hay tantas mujeres en el mundo, pudo haber comprado a cualquiera, estoy segura de que ahora mismo puede tener a cualquiera!, ¿por qué tenía que ser yo?

(Lamentablemente en este momento no puedo decírtelo y es probable que cuando lo sepas me odies, pero nada me hará cambiar mis planes, (Ni siquiera una mujer hermosa como tú)

-Porque puedo, simplemente por eso.

Respondió acercando sus labios a los de Sofía que tenía el seño fruncido.

Ya no era la chica asustada que había sido vendida unas horas atrás, ahora era una mujer furiosa que exigía respuestas. Sin embargo, la cercanía de aquel hombre la hizo ponerse nerviosa, era la primera vez que lo veía, pero su cuerpo se comportaba como si lo conociera de toda la vida, reaccionando a cada uno de sus estímulos, un calor le subió de la planta de los pies hasta la cabeza, sentía su estómago revolotear y su parte íntima comenzaba a humedecerse.

De pronto las manos de Michael empezaron a recorrer la espalda baja de Sofía suave y lentamente hasta llegar a sus firmes y redondeados glúteos apretándolos con fuerza.

-Mmm.

Sofía no pudo aguantar más y soltó un gemido que encendió inmediatamente a Michael, este aprovechó el momento e inclinó su cabeza para besar su barbilla y bajar por su cuello.

(Qué me pasa, lo acabo de conocer)

-¡Mmm, aah, aah!

Debido a su excitación Sofía no podía dejar de gemir al sentir los cálidos y húmedos besos de Michael recorrer su cuello, inevitablemente colocó sus manos en la espalda baja del hombre y comenzó a manosearlo.

-¿Te gusta lo que sientes?

Preguntó excitado.

-Puedo hacerte sentir más que eso si prometes que intentarás amarme.