Al sentir su lengua Michael se estremeció, había tenido una vida sexual bastante activa con una gran cantidad de mujeres muy experimentadas, pero ninguna le había hecho sentir lo que Sofía acababa de hacerle sentir con su pequeña y húmeda lengua.(¡Maldición!, si sigo así no aguantaré hasta casarme de verdad con ella, ni siquiera la traidora de Ashley me hizo sentir así)Cerró sus ojos y se dejó llevar por el placer que Sofía le provocaba al lamer sus pezones, mientras él masajeaba su entrada.De repente, una descarga de electricidad circuló por toda su piel causándole escalofríos, Sofía había empezado a succionar sus aureolas, primero una y luego otra, lo estaba volviendo loco.(¿De verdad eres virgen? Con esa habilidad pareces mas experta que yo. Y pensar que Justin disfrutaría de esto como si lo mereciera.)-Sofía... -¿Mmm?Ambos se miraron fijamente, ella con su aureola en la boca y el con su mano en su entrepierna. Sin pensarlo dos veces, tomó a Sofía de la cintura, la cargó y la
Después del encuentro íntimo entre ambos Sofía se quedó dormida, mientras Michael bajó a su oficina a intentar trabajar, sin embargo, llevaba más de media hora sin poder concentrarse. (Carajo, no puedo concentrarme, no dejo de pensar en ella... ¿Qué hago aquí? Nathan tiene razón, si quiero conquistarla tengo que esforzarme, debo hacer todo lo que un esposo atento y amoroso hace por su esposa)Con prisa dejó su oficina y subió a su habitación, entró en la cama y tomó a sofía entre sus brazos, tratando de seguir los consejos de su abogado para hacer que Sofía se enamorara de él, aunque en realidad él sabía que sólo quería estar cerca de ella.(En realidad mi consejo es más para que tú te enamores de ella) No podía apartar su cuerpo del de ella después de esa sesión de placer que habían tenido juntos. Quería sentirla, abrazarla, besarla, quería que fuera suya total y completamente suya. A la mañana siguiente despertó con Sofía entre sus brazos y su miembro erecto, con rapidez la ap
Al llegar a casa Michael fue directo a su habitación, no saludó a su nana ni preguntó por Sofía, la urgencia de verla era mayor que su necesidad de saber qué había hecho en todo el día. -Sofía. ¿Estás dormida? Al no recibir respuesta encendió la luz y observó a la chica completamente dormida. Decepcionado suspiró.(Se me ha hecho un poco tarde, esperaba encontrarte despierta) Se desvistió y entró en la cama, abrazó a Sofía a su cuerpo y se quedó dormido.(Nathan: Maldición, Sofía no verá la mancha en la camisa tengo que buscar la manera de crear fricción entre esos dos) A la mañana siguiente Michael despertó de nuevo con Sofía entre sus brazos, ya se le estaba haciendo costumbre, llevaba sólo tres días casado pero daba la impresión de que habían pasado al menos dos años juntos, se sentía seguro y cómodo durmiendo con ella, el calor de su cuerpo y la suavidad de su piel lo hacían querer quedarse pegado a ella todo el tiempo.(Me hubiera gustado haberte conocido antes... Tal vez
*En la oficina*-Alicia, es tarde me voy...-Pensé que se quedaría hasta tarde señor.-No. Mi esp... (Casi meto la pata, nadie puede saber que tengo esposa aún. Aunque... decir que mi esposa me espera en casa me hace sentir importante y me alegra por muy extraño que parezca)-No. Estoy cansado, ha sido una semana larga.-Bueno, que pase buenas noches señor. -Hasta mañana Alicia.(Qué raro, creí que iba a decir Mi esposa... Pero el señor no está casado)Michael salió de prisa después de casi ser descubierto por su secretaria, al llegar a casa subió las escaleras pero antes de entrar a su habitación su Nana lo detuvo.-¿Ni siquiera trajiste flores?-¿Eh?Le dió un zape en la cabeza y lo regañó.-Tu esposa lavó tu ropa y tú ni siquiera le traes flores...-¿Sofía lavó mi ropa?Los ojos del hombre se encendieron como farolas, mordió su labio inferior y sonrió, considerando que llevaban poco tiempo casados no esperaba que Sofía se tomara el matrimonio en serio tan rápido. Eso alegró su cor
Después de casi tres años Michael decidió pasar un domingo en casa, esto se debía a la presencia de Sofía, normalmente pasaba los domingos en casa de sus hermanos, venía de una familia de cinco hermanos; dos hombres y tres mujeres, eran bastante cercanos pero seguramente no aprobarían su venganza, así que no los incluyó y ocultó a Sofía de ellos. Nana, me quedaré en casa, quiero pasar tiempo con Sofía, no nos hemos visto en estás últimas semanas y quiero compensárselo. (Nana: Vaya que tienes mucho que compensar) -Está bien niño, pero antes debemos hablar. -¿Qué pasa Nana? -Creo que la niña está enojada, no sé si es porque llegas muy tarde y no le prestas mucha atención o si habrá alguna otra razón, pero está enojada y es contigo. -¿Por qué lo dices? -Las flores que envías las tira a la basura. Ya no volvió a lavar tu ropa después de aquella ocasión y cuando le pregunto si pasa algo entre ustedes sólo sonríe y dice "no hay nada entre nosotros Nana", ¿qué significa eso? El ro
-Pero, ¿de qué demonios estás hablando? No entiendo nada. (¿Otro contrato? Está es mi oportunidad... Pero, ¿qué es eso de pedírselo a mi puta?) -¿A qué te refieres con mi puta? -¿Ah no sabes? Inmediatamente corrió al armario, tomó la camisa con la mancha de labial en el cuello, (la había guardado desde que la encontró para enfrentarlo en algún momento) y se la aventó en la cara. Michael no sabía que decir, ni siquiera recordaba cuando había usado esa camisa, menos que tuviera un beso en el cuello, el jamás permitía ese tipo de acciones a sus amantes, era un hombre demasiado cuidadoso, además desde que se casó con Sofía había dejado de frecuentar a otras mujeres, si esa mancha estaba ahí debía ser antigua desde antes de su matrimonio. -Sofía, puedo explicarlo. -Ah ya recordaste. -No, espera no he recordado nada. Sólo quiero explicarte, déjame explicarte. -No hay nada que explicar, no te voy a creer, no serías el primero que explica sus amoríos con mentiras. -Sofía.
Después de reescribir el contrato fue donde Sofía y se lo entregó, esta lo releyó dos veces más y satisfecha firmó. -Bien. ¿Ahora me dejas explicarte? -¿Para qué?, de todas maneras no volverás a hacerlo, si lo haces te cortaré el pene.(¿Qué? Mi pene... Esta mujer está loca. Pero me encanta.)Tragó saliva y dijo. -Descuida no pienso perder mi pene, tienes mi palabra, no te engañaré ni siquiera con el pensamiento. -Mas vale que lo recuerdes. Una sonrisa pícara asomó en su rostro pero evitó mirar a Michael para que no lo notara. No sabía si el hombre cumpliría con su parte del contrato pero su obediencia ante sus exigencias le causaron gracia, incluso la había llamado mi señora. (Este hombre, intenta seducirme con su lambisconería.) Tras la firma del contrato Michael pasó todo el día en su oficina atendiendo negocios por teléfono y Sofía en su recámara leyendo un libro. Ninguno salió para comer, de tanto discutir habían perdido el apetito. Por la noche, Michael regresó a la
Mientras la lengua de Michael exploraba la boca de Sofía, esta intentaba quitarle la camisa con desesperación. Una vez que los botones ya no eran estorbo, comenzó a recorrer la espalda y el abdomen marcado de Michael, este la levantó con sus brazos y la llevó hasta el baño colocándola de nuevo en el frío tocador.-El pantalón, quítatelo.Ordenó Sofía gimiendo y jadeando, deseaba con todas sus fuerzas sentir el miembro duro de su esposo.Obedientemente Michael se quitó el pantalón y los bóxers dejando al descubierto su grueso y erecto pene. Al verlo las pupilas de Sofía se dilataron y sonrió maliciosamente.Se abalanzó sobre él y comenzó a besarlo, mientras su mano traviesa bajaba por el abdomen de su esposo.-Sofía...Michael tomó uno de los pechos de Sofía y lo metió en su boca succionando una y otra vez como si estuviera muy hambriento.-Sí, ¡mmm!, ¡uuh! Sí...-¡Ahh!, mmm, Sofía... uuh!Mientras succionaba los pechos de Sofía la mano de Michael fue directo a su entrada, con su dedo