Capítulo 9: Pequeños y rosas

-¿Qué quisiste decir con que le atrae tu cuerpo?, ¿te lo dijo?

-Mmm no lo sé, cuando esté más seguro de lo que significa te lo diré. Ahora a trabajar.

(Maldito bastardo, cuéntame ya, no me dejes con la duda).

Después de la charla volvieron a la oficina y trabajaron hasta las nueve, en casa Sofía había tenido un día bastante tranquilo, hizo sus tres comidas, pasó tiempo en el jardín y luego en la oficina de Michael leyendo libros. Su estancia en el lugar y su nuevo estatus civil no le parecía tan malo, ni siquiera se sentía como la esposa de alguien. Lo único que no le gustaba era todo lo que tenía prohibido hacer.

(Parezco una esclava no la esposa de alguien).

Esperó a Michael hasta las ocho y media, cuando vio que no llegaba decidió subir y tomar una ducha para dormir fresca.

(Espero que no se le ocurra llegar justo ahora).

Justo cuando ella entró al baño y se desvistió Michael llegó a casa.

-Nana, buenas noches... ¿Dónde está Sofía?

-Arriba, subió a ducharse. Estuvo esperándo
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