No sean demasiado duras con la pobre Isabella jajajaja perdonenla, está medio pendeja jajajajaja
CAPÍTULO 164: UNA DECISIÓNMe siento como una completa imbécil. Y lo sé. Sé que metí la pata hasta el fondo porque nunca debí hacer que Ricardo dudase de lo nuestro. Ahora siento un nudo profundo en el pecho que amenaza con ahogarme en las profundidades. No puedo perderlo, no puedo arriesgarlo todo solo por lo que le pasa a Edward.Anoche apenas pude dormir, ahora intento maquillarme la cara para disimular las enormes bolsas y ojeras que tengo, pero no puedo hacer milagros.Dejo que Felip lleve al niño al colegio mientras yo tomo el rumbo hacia la empresa. Él no está, pero eso no significa que pueda dejar mi trabajo descuidado; aunque… después de lo que me dijo anoche, no sé cómo van a continuar las cosas.Hace unas semanas estaba a punto de pedirme matrimonio y ahora…Suspiro intentando no volver a llorar. Dejo mi auto en el estacionamiento y subo al piso de presidencia. Saludo a los empleados de lejos y me meto en mi oficina. No quiero ver a nadie.Me concentro en los documentos fre
CAPÍTULO ESPECIAL IVRebeccaSigo a Leona por el pasillo, obligándome a mantener la calma. Cada movimiento de su cadera exageradamente altiva me recuerda lo mucho que me irrita esa mujer. No está aquí por la empresa, ni porque realmente le interese el trabajo de Ricardo. Está aquí para fastidiarme, para jugar con mi paciencia, porque sabe que ahora estoy de nuevo con Cristhian. Es como si llevara una marca invisible, algo que la provoca a actuar como la arpía que es cada vez que ve que alguien tiene algo que ella no puede tener.Cuando entra en la oficina, lo hace con la elegancia forzada de alguien que quiere parecer importante. Me detengo en la puerta por un segundo, preguntándome por qué sigo soportando esto. Podría simplemente ignorarla, pero no. Ella no me va a intimidar.—Rebecca, cierra la puerta —ordena sin siquiera mirarme.Respiro hondo y la cierro, intentando no mostrar mi molestia. Me siento en la silla frente a su escritorio, pero ella no me presta atención de inmediato.
CAPÍTULO 165: LA FIESTASolo han pasado cuatro días desde que Ricardo no está, pero se siente como una maldit4 eternidad. He pasado noches en vela queriendo escribirle, pero al final acabo arrepintiéndome por miedo a que me diga algo que no quiero leer; o peor, que lo vea y me ignore.Él tampoco ha hecho el intento de llamarme o comunicarse conmigo, así que supongo que eso significa que no quiere hablarme.Pero lamentablemente no puedo poner mi vida en pausa. Hoy es la fiesta de bienvenida que Valverde organizó para John, y les prometí que iba a estar ahí con Jake. No puedo faltar.Me miro en el espejo, acomodando los últimos detalles de mi vestuario. Es curioso como la percepción de mí misma ha cambiado tanto en este año que ha pasado.La mujer débil, delgada, demacrada que fui cuando salí de la prisión se ha transformado en una muy distinta. En parte Ricardo ha sido responsable de este cambio, pero también mi propia actitud.El sonido de la notificación de mi celular me saca de mis p
CAPÍTULO ESPECIAL VRebeccaSigo a Cristhian por el pasillo, mis pasos rápidos hacen eco contra el suelo frío mientras la preocupación crece en mi pecho. Leona apenas puede mantenerse en pie. Su cuerpo tambalea y Cristhian, con dificultad, la sostiene mientras trata de guiarla hacia una habitación vacía. La expresión de Cristhian es de pura angustia y frustración. Sé que esto no es lo que él esperaba para este día; bueno, de hecho, nadie lo esperaba.—Becca, lo siento tanto —dice Cristhian cuando se da cuenta de que estoy detrás de él—. Esto es un ridículo total. No tendría que haber pasado.Lo miro y sacudo la cabeza.—No tienes que disculparte por esto. Me da igual lo que haya dicho delante de todos. —Hago una pausa y observo a Leona, cuyo estado claramente es más preocupante de lo que parece a simple vista—. Pero ella… ella no está bien, Cristhian. Está peor de lo que pensaba. Esto me recuerda... —Dudo antes de terminar la frase, pero él ya sabe lo que quiero decir.Leona está fuer
CAPÍTULO 166: DOS PERSPECTIVASIsabellaEl desenlace de la fiesta de bienvenida para John no fue nada satisfactorio. No sabía dónde meter la cara de la vergüenza y eso que ni siquiera tengo nada que ver con Leona. Aun así, arruinó una velada maravillosa.Sin embargo, Becca me contó sobre su estado de salud y aunque me caiga mal, espero que pueda recuperarse. Si me detengo a pensar, ella lo perdió todo. A sus padres, su hermano, y aunque todavía conserva parte de las acciones de la empresa, el dinero que ella tenía provenía de Leonardo. Sin él en el tablero de juego, se ha quedado prácticamente en la calle. Ricardo no es de los tíos que regalan fortunas a sus sobrinos y mucho menos a alguien como ella.Han pasado cinco días desde ese episodio. Becca y Cristhian se han encargado de pagarle los gastos médicos y sinceramente pienso que tienen un corazón demasiado inmenso. No sé si yo podría hacer algo así.Y lo pienso porque ahora mismo estoy de camino al hospital para hablar con Edward.
CAPÍTULO 167: ENFRENTAR LA VERDAD Entro en la habitación de Edward con mi corazón retumbando tan fuerte que incluso puedo escuchar el palpitar en mis oídos. Siento mis mejillas encendidas de la vergüenza y ni siquiera he dicho una palabra. No obstante, su mirada es sombría y oscura. Me está mirando como si yo fuese el enemigo. Debo suponer que está enojado por mis evasivas, por no haber venido a verlo desde que despertó. Tomo aire profundamente y exhalo para tratar de armarme de valor. —Hola Edward —saludo. —Vaya, pero miren quién decidió aparecer —canturrea con un tono de reproche. —Lo sé, lo siento. No había podido venir, entre el colegio de Jake y la empresa, hubo un problema grave con Leona y… —¿Y qué más? Vamos, quiero escuchar cuál es la excelente excusa que tienes para haberme ignorado, incluso por llamada, todos estos días. Un escalofrío me recorre el cuerpo. La manera tan despectiva de hablarme me hace temblar y ciertamente es dolorosa. No creí que estuviese tan enojado
CAPÍTULO 168: EL REENCUENTRONo pude dormir en toda la noche. Ni siquiera los abracitos de Jake pudieron consolarme. Decidí ser honesta con él desde un principio. No quiero seguir mintiéndole a la gente que quiero. Por supuesto le expliqué de la manera en la que un niño de casi seis años pueda entender, que su padre y yo nos hemos peleado.Su respuesta inocente me derritió por un momento. “Mami, cuando se pelean la profesora dice que si se piden perdón y se dan un abrazo, todo se soluciona”.Todavía sigo sonriendo con esa respuesta; ojalá todo fuese así de fácil. Ojalá solucionar los problemas de los adultos fuese tan inocente como cuando éramos niños.No obstante, hoy es otro día que será determinante. Hoy regresa Ricardo.Estaciono frente al aeropuerto para esperarlo. Realmente no sé si le va a caer bien que esté esperándolo aquí, pero no puedo aguantarme hasta que llegue solo a la casa. Necesito verlo, necesito de sus abrazos y de su calor, y sobre todo, necesito decirle que es el
CAPÍTULO 169: FELICIDADRicardoEs mía.Eso es todo lo que necesitaba para ser feliz, para volver a estar bien con ella. Aplacé tanto el pedir su mano que por un momento llegué a pensar que ya no lo haría. Me sentí inseguro y traicionado cuando ella prefirió no decirle la verdad a Edward, pero ahora sé que solo eran mis miedos hablando por mí, recordándome los traumas de la relación anterior.Isabella me ha demostrado una y otra vez que me ama, y estoy completamente seguro de que es a ella a quien quiero para pasar el resto de mis días a su lado.Mientras deslizo el anillo de compromiso en su dedo siento que mi corazón late tan rápido que va a explotar. Ella derrama un par de lágrimas de felicidad. Me pongo de pie y la tomo entre mis brazos.Sus labios se encuentran con los míos en un beso húmedo debido a sus lágrimas. Le hago girar en mis brazos y de pronto lo que parecía un silencio absoluto se rompe en un estallido de aplausos y suspiros.No pretendía hacer esto con público, pero q