CAPÍTULO 166: DOS PERSPECTIVASIsabellaEl desenlace de la fiesta de bienvenida para John no fue nada satisfactorio. No sabía dónde meter la cara de la vergüenza y eso que ni siquiera tengo nada que ver con Leona. Aun así, arruinó una velada maravillosa.Sin embargo, Becca me contó sobre su estado de salud y aunque me caiga mal, espero que pueda recuperarse. Si me detengo a pensar, ella lo perdió todo. A sus padres, su hermano, y aunque todavía conserva parte de las acciones de la empresa, el dinero que ella tenía provenía de Leonardo. Sin él en el tablero de juego, se ha quedado prácticamente en la calle. Ricardo no es de los tíos que regalan fortunas a sus sobrinos y mucho menos a alguien como ella.Han pasado cinco días desde ese episodio. Becca y Cristhian se han encargado de pagarle los gastos médicos y sinceramente pienso que tienen un corazón demasiado inmenso. No sé si yo podría hacer algo así.Y lo pienso porque ahora mismo estoy de camino al hospital para hablar con Edward.
CAPÍTULO 167: ENFRENTAR LA VERDAD Entro en la habitación de Edward con mi corazón retumbando tan fuerte que incluso puedo escuchar el palpitar en mis oídos. Siento mis mejillas encendidas de la vergüenza y ni siquiera he dicho una palabra. No obstante, su mirada es sombría y oscura. Me está mirando como si yo fuese el enemigo. Debo suponer que está enojado por mis evasivas, por no haber venido a verlo desde que despertó. Tomo aire profundamente y exhalo para tratar de armarme de valor. —Hola Edward —saludo. —Vaya, pero miren quién decidió aparecer —canturrea con un tono de reproche. —Lo sé, lo siento. No había podido venir, entre el colegio de Jake y la empresa, hubo un problema grave con Leona y… —¿Y qué más? Vamos, quiero escuchar cuál es la excelente excusa que tienes para haberme ignorado, incluso por llamada, todos estos días. Un escalofrío me recorre el cuerpo. La manera tan despectiva de hablarme me hace temblar y ciertamente es dolorosa. No creí que estuviese tan enojado
CAPÍTULO 168: EL REENCUENTRONo pude dormir en toda la noche. Ni siquiera los abracitos de Jake pudieron consolarme. Decidí ser honesta con él desde un principio. No quiero seguir mintiéndole a la gente que quiero. Por supuesto le expliqué de la manera en la que un niño de casi seis años pueda entender, que su padre y yo nos hemos peleado.Su respuesta inocente me derritió por un momento. “Mami, cuando se pelean la profesora dice que si se piden perdón y se dan un abrazo, todo se soluciona”.Todavía sigo sonriendo con esa respuesta; ojalá todo fuese así de fácil. Ojalá solucionar los problemas de los adultos fuese tan inocente como cuando éramos niños.No obstante, hoy es otro día que será determinante. Hoy regresa Ricardo.Estaciono frente al aeropuerto para esperarlo. Realmente no sé si le va a caer bien que esté esperándolo aquí, pero no puedo aguantarme hasta que llegue solo a la casa. Necesito verlo, necesito de sus abrazos y de su calor, y sobre todo, necesito decirle que es el
CAPÍTULO 169: FELICIDADRicardoEs mía.Eso es todo lo que necesitaba para ser feliz, para volver a estar bien con ella. Aplacé tanto el pedir su mano que por un momento llegué a pensar que ya no lo haría. Me sentí inseguro y traicionado cuando ella prefirió no decirle la verdad a Edward, pero ahora sé que solo eran mis miedos hablando por mí, recordándome los traumas de la relación anterior.Isabella me ha demostrado una y otra vez que me ama, y estoy completamente seguro de que es a ella a quien quiero para pasar el resto de mis días a su lado.Mientras deslizo el anillo de compromiso en su dedo siento que mi corazón late tan rápido que va a explotar. Ella derrama un par de lágrimas de felicidad. Me pongo de pie y la tomo entre mis brazos.Sus labios se encuentran con los míos en un beso húmedo debido a sus lágrimas. Le hago girar en mis brazos y de pronto lo que parecía un silencio absoluto se rompe en un estallido de aplausos y suspiros.No pretendía hacer esto con público, pero q
CAPÍTULO 170: NI UN MINUTO MÁSNo sabía que el amor podía sentirse tan intenso, tan envolvente. Mis mejillas están adoloridas de tanto sonreír, pero no me importa. Ricardo me lleva en sus brazos, y siento cómo la tensión sexu4l y el deseo crecen cada vez más. Me aferro a su cuello, y nuestros ojos se encuentran en una conexión que trasciende las palabras. El amor y la adoración que siento por él me hacen perder la noción del tiempo.Cuando entra en la habitación, tropieza ligeramente con la alfombra, nos reímos, pero eso no apaga las ganas que nos tenemos.Ricardo me deposita con una suavidad deliciosa sobre la cama, sus ojos recorren mi cuerpo como si quisiera memorizar cada parte de mí. Lentamente, se comienza a desvestir, pero no puedo esperar. Lo jalo de la corbata hacia mí, mis dedos ansiosos rozan su piel mientras deslizo la camisa por sus brazos, sintiendo el calor que emana de su cuerpo. Extrañaba esa sensación de su piel contra la mía, ese magnetismo que nos atrae y que ahora
CAPÍTULO 171: NO ES MALORicardo y yo estamos emocionados por nuestro próximo matrimonio. Quince días parece muy poco tiempo, pero él me asegura que lo tendrá todo resuelto. Por eso, no nos contenemos en enviar una invitación pronta a todos nuestros amigos para hacer una fiesta y celebrar nuestro compromiso.Apenas le llega la invitación a Becca y a Lucía las tengo llamándome al mismo tiempo por el celular.—¡AL FIN! —me grita Becca por el auricular. —Me echo a reír, ella lo sabía, por supuesto—. Necesitamos hablar ahora mismo, ¿vas a venir a la oficina? —pregunta.—No, no puedo, Ricardo quiere que nos casemos en quince días.—¡¿Qué?! Pero eso es muy poco tiempo, no sé qué me voy a poner. ¡Ah! Estoy muy emocionada. Iré a tu casa entonces. Lucía también.Cuelgo, esperándolas con ansiedad.Cuelgo el teléfono con una sonrisa en los labios, aun sintiendo la emoción de Becca y Lucía en mis oídos. Todo está sucediendo tan rápido que casi no tengo tiempo para procesarlo. Quince días para una
CAPÍTULO 172: LA CALMA…La felicidad que siento es casi irreal, como si estuviera viviendo en un sueño del que no quiero despertar. Ricardo y yo estamos abrazados en la cama, su mano acaricia mi vientre con una ternura que nunca había visto en él. Aún no puedo creerlo: estoy embarazada. Esta vez, en vez de miedo o dudas, hay un brillo en sus ojos que me llena de seguridad. Sé que, finalmente, hemos alcanzado la felicidad que tanto habíamos buscado.—¿Cómo te sientes? —pregunta con una voz suave y cariñosa mientras se inclina para besar mi frente.—Feliz... pero nerviosa —admito, mordiéndome el labio mientras mi mente viaja al pasado—. La última vez que estuve embarazada... tú... —No puedo evitar que mi voz tiemble un poco. Ricardo se da cuenta y me mira, sus ojos llenos de culpa.—Fui un idiota, Isabella —dice con firmeza, aunque noto un ligero tono de culpa—. No hay otra forma de decirlo. Me asusté, no sabía cómo lidiar con el compromiso, con lo que sentía por ti... —Hace una pausa,
CAPÍTULO 173: …ANTES DE LA TORMENTAEl aire en mis pulmones se siente pesado, como si estuviera respirando bajo el agua. Mi cuerpo tiembla mientras trato de procesar lo que está sucediendo. ¿Cómo pudo Edward llevarse a Jake sin que yo supiera nada? Mi hijo está con él, y algo dentro de mí me dice que no está bien.Antes de que mi mente se desmorone por completo, veo el coche de Ricardo detenerse frente al colegio. Baja rápidamente y corre hacia mí con el rostro lleno de preocupación. Me envuelve en sus brazos, y de inmediato siento el calor y la seguridad que siempre me ha dado, pero esta vez no es suficiente para calmar mi desesperación.—Isabella, tranquila —dice en voz baja, sujetando mi rostro con ambas manos—. Respira, por favor. Esto es malo para el bebé. No podemos permitirnos que te pongas así.Intento concentrarme en su mirada, en la calma que trata de transmitirme. Es como si una parte de mí quisiera ceder a su tranquilidad, pero otra parte se resiste. Mi hijo está desaparec