CAPÍTULO 138: UN MOMENTO DE CALMARicardoEs un día extraño, uno de esos que te dejan con una sensación de incertidumbre en el estómago. Edward sigue en coma, pero los doctores dicen que está mejorando. Ha pasado lo peor, o al menos eso me han dicho, aunque el futuro sigue siendo incierto. No hay garantía de que se despierte pronto, ni de que cuando lo haga sea el mismo de antes. Me pregunto si alguna vez lo será, si podrá recordar todo lo que ha sucedido, si alguna vez volverá a caminar. Pero eso es algo que solo el tiempo dirá.Hoy, sin embargo, hay algo más en el aire. Isabella se acerca a mí con esa sonrisa que me deja sin aliento. Para mí esto es algo nuevo, no me acostumbro a estar bien con ella. Ya no tengo que rechazarla, ya no necesito ser distante, pero me cuesta adaptarme.—Oye… —empieza a decir—… Sé que dentro de una semana será tu cumpleaños.—No. —Mi respuesta es absoluta, no doy espacio a la negociación.—Pero Ricardo… —protesta.—No es momento para hacer fiestas, con to
CAPÍTULO 139: ENAMORADAUna sonrisa se forma en mi rostro al escuchar a Ricardo. Mi corazón se acelera pensando en la idea de volver a ser suya.Han pasado dos semanas desde lo que ocurrió con Edward y aunque todavía me siento culpable, sé que no puedo paralizar mi vida para siempre. Jake ha estado tranquilo, se ha adaptado, aunque a veces se ha mostrado rebelde e introvertido. Pero es comprensible. Aunque me quiera mucho y me trate como su madre, sé que en el fondo no la está pasando bien.—Está bien —le digo con un tono suave y seductor—, pero primero tenemos que llevar a Jake a casa.Ricardo asiente, pero noto una ligera incomodidad en él. Sus ojos se desvían un instante, como si algo lo preocupara, pero no dice nada.—Bien, vamos —responde.Nos despedimos de los invitados, agradeciendo sus buenos deseos y la compañía en una noche que, a pesar de todo, ha sido un pequeño respiro de normalidad. Jake, quien ya está cabeceando de sueño, se acurruca en mis brazos mientras lo llevamos a
CAPÍTULO 140: COMPLICACIONESRicardoEl calor de su cuerpo junto al mío es casi como estar en el mismo paraíso. No sé por qué me contuve tanto tiempo de esto, por qué la alejé de mí tantas veces. Pero ahora que la tengo entre mis brazos no pienso dejarla ir. Quiero a Isabella a mi lado para siempre.Respiro apacible, sintiendo los rayos del sol atravesar la ventana y dar de lleno contra mi cara, pero no abro los ojos todavía, me quedo ahí en la suavidad de la cama y sintiendo su respiración suave a mi lado.De pronto siento que algo me bloquea la luz. Mis parpados se oscurecen y lo que sea que me está estorbando no se mueve. Abro los ojos con cuidado y no puedo evitar saltar hacia atrás en la cama al ver al hijo de Isabella mirándonos con una seriedad que da escalofríos.—¿Por qué estás acostado con mi mamá? —pregunta.La forma de mirarme y el cuestionamiento me ponen realmente incómodo. No esperaba esto.Isabella se despierta y cubre su pecho para que el niño no la vea desnuda.—Jake
CAPÍTULO 141: VISITA AL HOSPITALNo sé cómo sentirme con respecto a Jake. Pensé que todo estaría bien entre nosotros, pero me doy cuenta de que me hice ilusiones demasiado rápido. No puedo pedirle que entienda las cosas como un adulto, no puedo pedirle que simplemente acepte a Ricardo como su nuevo padre y se olvide de quien lo ha cuidado desde que era un bebé.A pesar de que lo recuperé, a pesar de que he encontrado la paz y he dejado la venganza atrás; el daño irreversible que me hicieron Camila y Leonardo no se sana tan fácilmente. Perdí demasiadas cosas, hay muchas otras que hubiesen sido diferentes.Pero no puedo lamentarme ahora por lo que pudo haber sido. Debo enfrentar mi realidad tal y como es ahora. Suspiro, al tiempo que me estaciono en el aparcamiento del hospital.—Ya llegamos —le anuncio a Jake. Él está tranquilo, mira por la ventana como si este fuese un paseo por el parque.—Mamá, ¿ya no quieres a mi papá? —pregunta.Siento una punzada en el corazón. Él pensaba que nos
CAPÍTULO 142: EL ANILLO DE COMPROMISORicardoHablar con Cristhian siempre me deja más tranquilo. Él es como la conciencia que no tengo.—Sí, estoy seguro. Quiero que Isabella vuelva a ser mi mujer, quiero que sea mía de nuevo en todos los sentidos —le digo conteniendo una sonrisa en los labios.—Cuenta conmigo para lo que necesites.—Gracias Cris, de una vez te digo que quiero que seas mi padrino. Podrías venir con Becca de acompañante —le digo con un ligero tono insinuante.Él se ríe, pero rápidamente sacude la cabeza y suspira.—No creo que eso ocurra. Ella no quiere verme y para serte sincero, yo tampoco sé si quiero verla.—¿Por qué? ¿Qué ocurrió? Pensé que ustedes dos andaban bien.—Sí, yo pensé lo mismo. La ayudé con el problema de su exmarido, están a punto de condenarlo por ser un maldit0 maltratador, pero… no sé qué es lo que ella quiere realmente de mí.—¿A qué te refieres? —pregunto, inclinándome hacia delante en el escritorio.—Pasé unos días en su departamento y todo est
CAPÍTULO 143: UNA NOCHE CASI PERFECTAMe dejo caer en el sillón después de haber pasado toda la tarde jugando con Jake. Su risa todavía se repite en mi mente, pero debajo de la alegría siento un peso en mi pecho. No puedo evitar pensar en la futura decepción en sus ojos cuando finalmente comprenda que no me casaré con Edward. Siento que debo compensarlo de alguna manera, aunque no sé si alguna vez será suficiente.—¿Necesita algo señorita? —me pregunta Julia con una sonrisa amable.—Sí, una copa urgente de vino —le digo con la misma sonrisa. Ella se ríe y asiente.—Ahora mismo se la traigo.Julia se ríe y desaparece hacia la cocina. Me recuesto, cerrando los ojos por un momento, mientras intento encontrar algo de paz. Sin embargo, un sonido suave y distante llama mi atención. Música. Al principio, creo que es una melodía proveniente de algún vecino, pero la intensidad crece, y la curiosidad me vence. Me levanto y camino hacia la ventana, asomándome con cuidado.Lo que veo me deja sin
CAPÍTULO 144: INTERFERENCIARicardoMe subo al auto, lleno de frustración y rabia. La noche que había planeado cuidadosamente para Isabella, la que debió ser inolvidable, ahora se arruina por algo que pensé haber dejado atrás hace mucho tiempo: Débora. Nuestro capítulo estaba cerrado, ¿o no? Desde el momento en que intentó forzar algo entre nosotros, nuestra relación, si alguna vez se le pudo llamar así, terminó para siempre.Sin embargo, ahora estoy aquí, dirigiéndome al hospital por un intento de suicidi0. Incluso para Débora, eso parece un extremo al que nunca pensé que llegaría.Cuando llego al hospital, me invade una profunda incomodidad y frustración. Camino hacia la recepción, donde una enfermera me dirige hacia la habitación donde está Débora. Mis pasos son pesados. Tengo una horrible sensación de obligación por algo que no quiero tener. Esto no es lo que había planeado para esta noche. Yo debería estar con Isabella, no aquí, lidiando con la estupidez de Débora.Antes de entra
CAPÍTULO 145: DISCULPASRicardoEstaciono el auto frente al rancho y dejo escapar un largo suspiro que parece salir de lo más profundo de mi frustración. Miro al retrovisor y ahí está, el hijo de Débora, durmiendo plácidamente en el asiento trasero. No tiene idea de todo lo que ha pasado esta noche ni de lo que significa su presencia aquí. Yo, por otro lado, estoy agotado, molesto y confundido, preguntándome cómo demonios terminé cuidando al hijo de una mujer con la que ya no quiero tener ningún vínculo.Apago las luces y, para mi sorpresa, veo la silueta de Dan, parado como un maldit0 fantasma frente al auto.—Aquí estoy, señor, tal como me pidió —dice en cuanto salgo del auto.—Gracias, Dan. Lleva al niño adentro y acomódalo en una de las habitaciones de huéspedes.Dan mira al pequeño dormido con una mezcla de sorpresa y curiosidad.—¿Ese no es… el hijo de Débora?Aprieto la mandíbula, intentando no perder la paciencia.—Sí. Pero será mejor que no preguntes, solo hazlo.Sé que no de