Los pensamientos de Ángela iban a toda velocidad y en distintas direcciones. Sabía que no tendría ninguna pareja. No quería líos, ni suegras locas y manipuladoras, mucho menos un hombre infiel. Por otra parte pensaba que peor no podría irle. Jesús amaba a Vincent, realmente lo adoraba y no tenía quejas al respecto en su desempeño como padre. Si su hijo era feliz, ella también debía serlo. Si su hijo quería que ocurriera una boda, tal vez tendría que ocurrir. Vincent amaba al niño y la hacía sentir apoyada al menos en ese aspecto, aunque en los demás sentía que la asfixiaba con su sobreprotección y propuestas incómodas. -Está bien, tu ganas pero espero que entiendas que no te amo ni te amaré. No esperes conmigo un matrimonio real porque eso no va a suceder- Advirtió y él sonrió pensando en los métodos que usaría para convencerla de lo contrario *SEMANAS DESPUÉS Mientras el embarazo seguía su curso y comenzaba a notarse, Jesús estaba más que feliz por presenciar las ecografías y ver
Ángela se había mantenido lo más alejada que había podido de Vincent en todo su embarazo. Las últimas semanas ella había tenido más contracciones de las que debía y la amenaza de que él parto se adelantara la había hecho permanecer en reposo absoluto. Jesús y Vincent se desvivían en atenciones con ella y aunque se negara a sentir más que odio por el padre de sus hijos esa era una tarea cada vez más difícil de lograr. Sentía como su corazón se aceleraba por su cercanía y aunque muchas veces quisiera aventarle todo lo que estuviera a su alcance, acababa sintiendo profundos deseos de besarlo. Finalmente el día del parto llegó y Vincent acabó presenciando la misma escena que con Scarlett, aunque se había descompensado allí. Era estresante ver nacer a un sobrino, pero a su propio hijo aún peor. -Felicidades es una niña- El doctor les dió aquella noticia y aunque Ángela se sentía feliz también estaba triste porque sabía lo injusta que la sociedad podía ser con una mujer La familia de Vi
SCARLETT ALLENNací en cuna de oro, en una excelente familia intachable. Mi padre Nicholas, alguien ultra conocido por sus vínculos políticos y futuro alcalde de Washington DC.Encontrar mi lugar en el mundo no fue tan sencillo. Mi sueño era ser cantante, me imaginaba cantando en un escenario y que miles de personas cantaran mis canciones. Estudié canto y me preparé para ser una estrella, pero no fui amada por el público. Soy una mujer hermosa de piel clara y cabello castaño oscuro. Mis ojos son verdes, del mismo color que los de mi madre. Soy alta, delgada y con curvas hermosas. Gracias a mi belleza y elegancia las mejores marcas quisieron que fuera el rostro visible de ellas en los anuncios publicitarios. Fracasé como cantante, pero después triunfé como modelo desfilando en las mejores pasarelas y vistiendo prendas costosas de los mejores diseñadores del mundo. En uno de los desfiles conocí a Mauro Bennett, un cantante súper famoso. Él era compositor y además había hecho colaborac
SCARLETT ALLENMi madre hablaba animadamente con varias damas de la alta sociedad. Ella me lanzó una fugaz mirada reprobatoria porque no iba con el protocolo haberme inmiscuido en su reunión privada si no pensaba participar en ella, pero no tenía nada que decir. Tampoco podía decir "sigan hablando, no me interesa pero cualquier cosa es ideal para evadir a Horacio". -¿Cuál es tu edad querida?- Una señora interrumpió la conversación sobre las decoraciones del próximo evento y dirigió su atención a mi. ¡Era mi oportunidad de participar y que mi madre no me reprobara! -Yo tengo...- Mis palabras fueron interrumpidas por otra de las mujeres -¿Es perfecta no lo crees?- Ella preguntó y en un punto me sentí orgullosa de ser reconocida por damas distinguidas que viven en las pasarelas para siempre usar atuendos sin repetirlos- Sería la esposa perfecta para FacundoCuando la frase acabó mi ego se desinfló un poco, ¿Por qué me ven como esposa de alguien de su círculo? Sería lo último que haría
SCARLETT ALLENRecordaba las palabras de mi madre en todo el camino a casa y la mirada que ella me dedicó supe que estaba cargada de una amenaza silenciosa que podría romper más de una vida y un sueño. Mi padre amaba la política y tenía demasiados proyectos que no podían irse a la basura. Por otra parte amaba a Mauro con todo mi ser y quería formalizar de una vez para que nadie pudiera verme de nuevo como un trofeo que quería poseer para llevar a reuniones sociales. Me resistía a ser un adorno social, no quería eso para mi vida. Quería ser feliz y construir un futuro con el amor de mi vida, con eso me conformaba y era más que feliz. Desperté varias veces en la noche sintiendo que me faltaba el aire y que mi corazón podría salirse de mi pecho. Sentía que caía en un pozo sin fondo, también que me corrían y no podía escapar viendo un callejón sin salida frente a mi. Jamás había tenido tanto miedo. No tomé mis sueños como un presagio de un futuro cercano, fue un error mío. Entre reuni
SCARLETT ALLENHabía recibido tantos comentarios sobre Mauro que comenzaba a dudar de su fidelidad y de todo lo que teníamos. Quería verlo perfecto, pero ¿Lo era? Mis padres no ganaban nada con mentirme, mucho menos mis amigas. ¿Por qué Mauro me mentiría? Todo era muy confuso. Fui a verlo llegando de sorpresa y lo encontré en medio de un desorden de papeles. Me dijo que estaba componiendo una nueva canción de la cual no podía saber aún nada. Él siempre estaba trabajando en algo y eso me gustaba, era un hombre que perseguía sus sueños e iba por ellos. Él tenía ambición para no ser un simple conformista y querer más.Me besó y me condujo al cuarto. Entre besos y toqueteos me desnudó, minutos después de haber entrado al apartamento ya estábamos entre sus sábanas desnudos haciendo el amor. Me dijo cuánto me había extrañado y necesitado, yo había sentido exactamente lo mismo. Tener relaciones con él era perfecto y hermoso, aunque no tenía experiencias previas para poder comparar. Nuestro
SCARLETT ALLENDormí llorando, o cansada de llorar acabé durmiendo, no lo sé ni me importa. La luz del sol lastimaba mis ojos que amanecieron rojos e hinchados. Quería dejar de sufrir por quien no valió la pena, ¿No era ese el consejo que le di tantas veces a mis amigas a lo largo de mi vida? ¿Dónde habían quedado mis palabras ahora? Técnicamente olvidadas en algún lugar lejano de mi mente. -No llores, él no vale la pena. No te merece- Le decía siempre a las chicas, ¿Por qué no aplicaba para mí?Dolía, demasiado. Confié en un hombre entregándole todo lo que pude, lo más puro que tenía, mi mente, mi cuerpo, mi corazón. Le di todo de mi, ¿Qué más hizo falta? Él admitió que fui poco menos que nada, un cuerpo y cara bonita, ¿Qué más aparte de eso?Él se casaba con una talentosa cantante haciendo que me doliera aún más haber fracasado como una. Yo no había podido capturar al público y aunque quise hacerme creer que fue un sueño frustrado del momento, siempre me dolió no lograrlo. Con los
SCARLETT ALLENEl primer día lejos del trabajo salí de casa para ver a las chicas. Sospechaba que mi madre estuviera planeando otra fiesta y yo no quería estar cerca de esas celebraciones dónde me sentía una atracción más que una parte importante de ella. Lía trabajaba junto a su madre quien tenía una importante marca de cosméticos y Judith vivía su vida de ensueño sin tener que mover un dedo. Estudiaba eso sí, su padre era dueño de una aerolínea y ponía el mundo a sus pies. Ella quería trabajar, pero no lo tenía permitido. Sabía que podría pilotar un avión en caso de emergencia, además comprendía distintos idiomas, lo que la hacía ideal para trabajar como aeromoza. Ellas me pidieron que preparara una maleta, aunque yo no me sentía con ganas de ir a ningún sitio. Quería descansar, aunque mi agotamiento era más mental que físico. Tal vez durmiendo un año completo o al menos hasta después de las elecciones todo cambiaría. Odiaba en que se había convertido la mansión donde vivía junto