Claudia le había prometido a Jesús que se despediría de Vincent en su nombre y así lo hizo. Ella sabía dónde vivía y encontrar el apartamento suyo no fue muy difícil. -Hola, ¿Puedo pasar?- Claudia miró el lugar y él se apartó-Si, pasa. ¿Gustas algo de beber o tienes miedo de ser envenenada por mi?- Ella lo observó sin entender -¿Disculpa?-Ángela jamás quiso un vaso de agua porque desconfiaba de mi- Ella comprendió y sonrió, era algo que su amiga haría -Acepto un café- Sonrió en agradecimiento y se sentó- Gracias -Es raro verte aquí, ¿Ángela y Jesús están bien?- Claudia no sabía cómo responder eso, pero optó por ser sincera -No en realidad. Ángela y Jesús se mudaron. Los llevé al aeropuerto- El no pudo ocultar su sorpresa ni el dolor que sintió porque sabía que era el único responsable por esa decisión -¿Dónde están? Quiero su dirección- Claudia negó-No se la nueva dirección. Se fueron pero allí se establecerían y luego me avisarían para ir a visitarlos. Jesús sabe que no eres
Ángela había comprado aquella novela y luego de leer los primeros capítulos había acabado llorando, reviviendo los momentos que había tenido que afrontar años atrás. Odiaba sentirse de ese modo y la sensibilidad que producía en ella. Jesús comenzaría las clases en un colegio nuevo y extrañaba a sus antiguos compañeros. Sentía miedo de no ser aceptado allí y también una gran expectativa por lo que su madre le había dicho que sería una nueva aventura. -¿Tienes todas tus cosas?- Le preguntó Ángela y lo peinó prolijamente -No todas mami. Todos los niños van con su mamá y su papá a su primer día de clases. Desearía tener papá- Aquel comentario tan sincero le rompió el corazón a su madre-Algún día tendrás alguien a quien llamar papá, ¿De acuerdo?- Quiso sonar segura, aunque su voz delató toda su inseguridadÁngela había recordado cómo fue convivir pocos días con Vincent, compartir cada aspecto de su vida y también cuando estuvieron juntos. Sabía que probablemente si no hubiese existido
Ángela veía como Jesús esperaba ansioso el desayuno y ella solo sentía que no había modo de que pudiese comer correctamente. Solo deseaba dormir o estar en la soledad de su cuarto pensando en todo y en nada a la vez. Cuando el timbre sonó, ella apagó enseguida la cocina para que el desayuno no se quemara, pero Jesús salió corriendo a atender. -¡Amor no corras, no abras la puerta!- Le gritó desde la cocina y se apresuró para cuidar a su hijo. No sabía que clase de loco pudiera llegar y se sentía temerosa de que alguien le hiciera daño a Jesús. Luego de aquella historia comenzaba a sentir cierto nivel de paranoia por creer que alguien de su pasado podría aparecer frente a su puerta Jesús no la obedeció y abrió la puerta. Ángela pudo ver cómo su hijo se aferraba a Vincent. Él estaba empapado, pero aún así a Jesús no le había importado. -Te extrañé mucho- Lo abrazó aún más fuerte y Ángela sintió dolor al ver que su hijo aún seguía deslumbrado y encariñado con Vincent-Hola Ángela- Se
Vincent se quedó en el cuarto de Ángela. Negarse a dormir con él de nada le había servido. Él había llegado con ideas muy claras y precisas que incluían invadir cada aspecto de su vida. Jesús con el paso de los días se mostraba muy feliz y Ángela se sentía desplazada en varias cosas que antes solo eran de los dos. -Me gustaría tener un hijo como tú- Vincent despeinó a Jesús en un gesto cariñoso-¿Quieres ser mi papá?- Lo miró con sus ojitos cargados de emoción -Solo si tú mamá me lo permite, ¿Entiendes? Deberías ayudarme a convencerla- Jesús asintió emocionado y Ángela en la distancia había escuchado aquella conversación que le demostraba que Vincent era un tramposo manipulador que cada vez le ocasionaba más problemasSe avecinaba una discusión nueva y Vincent lo sabía. Angela no le había permitido más que dormir en su cama y eso lo había hecho a regañadientes murmurando mil maldiciones en el momento. -¿Cómo te atreves? ¿Quieres matarme de un disgusto? ¡Tu no paras y debes parar!-
Ángela sentía que podría desmayarse. No sé sentía lista para tantas sorpresas en una fracción de segundo y tenía tanta rabia, tristeza, miedo, preocupación. -Cuando mi padre se entere de todo esto destrozará a quienes se hayan metido contigo- Ángela lo observó convencida de que el abuelo de su hijo por nacer era mafioso -Legalmente haré lo que sea preciso, pero no quiero asuntos ilegales, te lo advierto. Demasiados problemas en mi vida tengo como para sumar uno más y de esas magnitudes- Advirtió con temor y Vincent solo se rió con fuerza -Mi padre sigue la ley, hasta sabe la constitución de memoria y mi madrastra le haría la vida de cuadritos si se involucra en cosas ilegales, luego toda la nación. Aunque puedo asegurarte que le teme más a mi madrastra que a un montón de políticos- Él volvió a reírse y Ángela lo miró sin entender nada-¿Tu padre trabaja en el gobierno? Es increíble que una persona con valores pueda tener un hijo tan prejuicioso y estúpido como tú- Se cruzó de brazo
Ángela no daba crédito a todo lo que había ocurrido ese día. Se sentía tan agotada después de haberse desmayado, tenía la sensación de que toda su energía había sido drenada. -¿Estás más tranquila?- Vincent se acercó con cuidado -Me siento cansada pero no hice nada en todo el día- Él le sonrió, Marcus le había comentado que Scarlett se sentía así en los primeros meses y el había notado que en el último tiempo solo se había vuelto peor -Mi cuñada estaba igual. Yo estuve intentando avanzar contigo en su embarazo, por eso me perdí mucho tiempo. Estuve cuando le faltaba poco para dar a luz y casi acabo inconsciente cuando ví la cabeza de mi sobrino asomándose- Sintió un fuerte escalofrío y ella rió, aunque después demostró su pánico -Imaginar un bebé saliendo de mi, eso es aterrador y apuesto que demasiado doloroso. Pediré que me hagan una cirugía, te lo aseguro- Vincent sonrió al notar que ella comenzaba a aceptar la idea de ser madre -Dejemos que pase el tiempo. Aún tenemos muchos
Los pensamientos de Ángela iban a toda velocidad y en distintas direcciones. Sabía que no tendría ninguna pareja. No quería líos, ni suegras locas y manipuladoras, mucho menos un hombre infiel. Por otra parte pensaba que peor no podría irle. Jesús amaba a Vincent, realmente lo adoraba y no tenía quejas al respecto en su desempeño como padre. Si su hijo era feliz, ella también debía serlo. Si su hijo quería que ocurriera una boda, tal vez tendría que ocurrir. Vincent amaba al niño y la hacía sentir apoyada al menos en ese aspecto, aunque en los demás sentía que la asfixiaba con su sobreprotección y propuestas incómodas. -Está bien, tu ganas pero espero que entiendas que no te amo ni te amaré. No esperes conmigo un matrimonio real porque eso no va a suceder- Advirtió y él sonrió pensando en los métodos que usaría para convencerla de lo contrario *SEMANAS DESPUÉS Mientras el embarazo seguía su curso y comenzaba a notarse, Jesús estaba más que feliz por presenciar las ecografías y ver
Ángela se había mantenido lo más alejada que había podido de Vincent en todo su embarazo. Las últimas semanas ella había tenido más contracciones de las que debía y la amenaza de que él parto se adelantara la había hecho permanecer en reposo absoluto. Jesús y Vincent se desvivían en atenciones con ella y aunque se negara a sentir más que odio por el padre de sus hijos esa era una tarea cada vez más difícil de lograr. Sentía como su corazón se aceleraba por su cercanía y aunque muchas veces quisiera aventarle todo lo que estuviera a su alcance, acababa sintiendo profundos deseos de besarlo. Finalmente el día del parto llegó y Vincent acabó presenciando la misma escena que con Scarlett, aunque se había descompensado allí. Era estresante ver nacer a un sobrino, pero a su propio hijo aún peor. -Felicidades es una niña- El doctor les dió aquella noticia y aunque Ángela se sentía feliz también estaba triste porque sabía lo injusta que la sociedad podía ser con una mujer La familia de Vi