Abrumada

Cuando cayó en la cama ya estaba amaneciendo, se arropó y no tuvo la necesidad de encender la luz, inmediatamente se quedó dormida.

Por la tarde despertó desesperada, no podría respirar, algo se lo impedía. Creyó tener una paralisis del sueño, así que se sentó de golpe y vio a Hades caer de su cara a sus piernas. El perrito le ladró enojado, y ella suspiró aliviada.

— ¿Estas bien? — Luciano se incorporó despeinado y ojeroso.

— Si, Hades me estaba asfixiando. Me asusté. — Le dijo ella antes de verlo y echarse a reír.

Era la primera vez que lo veía tan destruido. — No te rías tan fuerte, mujer... — la reprendió el.

— Iré a ver a mis amigos, cielo. — Le dijo ella.

El asintió y siguió durmiendo.

Becca bajo al cuarto de sus amigos, donde escucho risas. María, Ulises e Isobel se reían a carcajadas en una cama. — ¿Que es tan divertido?

— Ayer fue una locura, nena. — Decía Isobel entre risas. — La gente está encantada con las fotos.

— Tu callaste a su ex de una manera admirable. Esa mujer n
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