Si realmente les gusta mi trabajo, podrían darle una buena calificación, y dejar algún comentario? Eso me ayuda muchísimo. Espero que los próximos capítulos sean también de su agrado.
En la mañana el sol entro por la ventana y la alarma del teléfono de Luciano sonó.Becca se sentó, buscando el teléfono en la cama, y el apenas y abrió los ojos.— Luci, es momento de pararnos... — Dijo ella.— Que molesto es eso... ya quiero que sea la luna de miel, y no tenga que ir a trabajar. — El se levantó refunfuñando. — Hoy vamos a hacer el recorrido de la torre empresarial. Mañana vamos a tomarnos el día. ¿Quieres? — Le dijo ella camino al baño.— Está bien. Se levantaron y arreglaron para la ocasión. Luciano se colocó un traje color vino, de camisa color ébano, y se dejó el cabello suelto. Becca, se colocó un pantalón de vestir Azul y un sueter blanco.Luego se reunieron en el comedor, donde Edith ya les tenía preparado el desayuno.Becca le besó una mejilla, y Luciano fue directo a comer, pero se veía de mejor humor que cuando llegaron.Pasada una hora, ya estaban en el auto camin
Advertencia, este capítulo podría describir contenido sensible.La siguiente mañana Becca despertó escuchando como la puerta se abría, Luciano no estaba a su lado, puesto que ya pasaban de las 10, y probablemente se habían ido a trabajar.Miro a quien entraba por la puerta. Pensó que sería Edith o alguna de sus amigas, pero no. Era una preciosa muchacha joven, de cabello castaño y piel pecosa.— Buenas tardes señorita Rebeca, yo soy Lucila, tengo 26 años y soy psicóloga, tengo ya 3 años de experiencia laboral, y desde hoy, seré su nuevo terapeuta, si gusta. — Dijo acercándose. — Hola, Lucila... supongo que Luciano estará preocupado por mi... — Sonrió Becca de forma sutil — Gracias por venir.— Estoy agradecida de haber sido elegida. El dijo, que pensaba que si tú terapeuta era una persona joven como tú, tal vez estarías más cómoda. — Comentó abriendo las cortinas y ventanas para que entrara la brisa. — También dijo que fuéramos con calma, pero que no nos al
Despertó entre la hierba, viendo las nubes azules navegar en el cielo. — ¿Donde estoy? — Pensó.Caminó por un amplio valle dónde la hierba, las flores, los arbustos, los árboles y riachuelos estaban inmaculados.El viento era fresco pero no helado y el sol y su calor eran apenas una leve caricia.Este lugar era lo que ella siempre había imaginado como un paraíso.Pequeños animales corrían y jugaban entre los pastizales y los árboles. Ninguno de ellos parecía tenerle miedo, permitían que la joven se acercara y los acariciara, como si el contacto humano y animal jamás hubiese sido algo de que temer.Pero ella sabía que no pertenecía a este sitio. Así que comenzó a andar entre toda aquella flora y fauna, maravillosa y fantástica, rumbo a una salida.Después de unas cuantas horas en aquel precioso paraje, se fijó en cómo el atardecer se apoderó del cielo y este comienza a oscurecerse.Decidió entonces acurrucarse a los pies
Despertó en su cama, durmiendo boca abajo, gruesas lágrimas escapaban de su rostro. Hacia muchos años que no tenía este sueño. Trató de moverse, pero el peso de alguien se lo impedía, miró por encima de su hombro, y vio a Becca descansando sobre su espalda. La detalló un momento, piel morena, cabello rizado, tan largo como para caer en su espalda, buena, amable, honrada. Sus ojos se abrieron y lo miraron con intensidad. — Buenos días. — Dijo su vos somnolienta. — ¿ Porque estás llorando? — Pregunto preocupada.— Soñé... con muy viejos recuerdos. — Respondió el, agradecido de haberla encontrado, pensando en que no quería perderla de nuevo. Su novia lo abrazo con fuerza cómo si su vida se tratara de ello. El no se sentía para nada triste pero aún así se dejó abrazar.********Un rato más tarde bajaron a desayunar.Edith había preparado un desayuno especial para todos en casa. Ya que todos sus amigos eran extranjero
Luego de llorar intensamente en el salón del modista, Becca le pidió a Jhon Jairo que los llevará a la entrada del teleférico.Aún a veces se le escapaban las lágrimas al recordar el hermoso vestido.Por momentos, creyó que ya había vivido esa emoción junto a Luciano, pero se decidió abandonar ese pensamiento, aún cuando su corazón le decía que, hacía mucho tiempo, una vez en el pasado, ellos ya se habían ofrecido su amor el uno al otro.Al llegar a la entrada de teleférico la cola de entrada era exorbitantemente larga.Así que aún después de comprar los boletos, les tocó esperar un rato para poder tomar un funicular.Desde lo alto la vista de la ciudad de Caracas es exquisita. Cada zona de la ciudad se ve como si fueran pequeños edificios en una maqueta.El centro, Parque Central, Plaza Venezuela. Todos eran lugares extremadamente fáciles de reconocer para Becca, incluso podían verse los edificios de su universidad. Señalaba cada sector y le decía a sus
La mañana siguiente llovía y hacia mucho frio. El ambiente era bastante triste.— Preciosa, despierta. — Le dijo Luciano a su novia. — Hoy vamos a explorar la montaña.Al escucharlo, Becca se colocó una almohada en la cabeza, claramente no se quería levantar.— No me obligues a sacarte de la cama. — Dijo el en una amenaza "juguetona". — Vienen Eli, Cookie y Chris... será un gran día.— No quiero... — respondió ella.— Vamos, te traje chocolate y te prepare un baño— Dijo levantándola como una princesa.— Luci, yo solo quiero dormir. — Dijo ella rodeandole el cuello con los brazos. — Tenemos que bañarnos. — Comentó el hombre llevándola al baño. — Hay que estar presentables.— Me siento agotada Tomaron un muy largo baño de burbujas con un suave olor a rosas.Luciano se dedicó a consentirla mientras estaban en la tina. Lavó su piel y su cabello con extrema delicadeza. Becca miraba
El silencio en la habitación era asesinado por los suaves gemidos con la voz de Becca. Mientras Luciano jugaba y paseaba sus manos por su cuerpoPrimero le sacó lo poco que le quedaba de ropa, pero pronto jugó en los pezones de la chica, sin dejar las suaves mordidas a lo largo su cuello.Ella se sentía inmovilizada por el placer y eso que él aún no hacía gran cosa con su cuerpo. Pero desde la primera vez que se aventuraron a tener algo sexual, cada vez que las manos de Luciano tocaban su cuerpo ella se sentía igual. Desde el principio su contacto generaba el más grande éxtasis que su cuerpo podría soportar.Luciano se sacó la camisa, y comenzó a pasear sus manos por las piernas y muslos de la chica.— ¿Estás segura de que quieres que el control sea mío? — Preguntó contra sus labios.— No estoy segura... solo llévame al límite y después decidiré que hacer. — Contesto ella.— ¿Puedo probarte? Becca asintió y Luciano la lleno
El día era fresco y el sonido de las aves se colaba por la ventana. La luz del sol no era muy intensa, y el olor a pino inundaba el aire. Becca dormia a su lado, plácidamente.Lucisno se levantó de la cama a regañadientes, bostezo y se encaminó al baño, donde comenzó a preparar la tina. El agua, las flores, los jabones, las fragancias...Una vez todo estuvo listo, volvió a la cama.— Es momento de levantarse. Becca de cubrió con la cobija. — No quiero...— No es justo que este escapado del trabajo, y tú no quieras hacer nada conmigo, pequeña. — Le dijo.— Deja de decirme pequeña... — Respondió ella acurrucandose. — Yo solo quiero dormir.— Eso es porque ayer quisiste desvelarte pecando. — Dijo el con una risa divertida. — Vamos... sal de la cama.— No quiero... seguramente ellos escucharon todo... y ahora sí estoy muy avergonzada. — La muchacha apenas hizo un espacio para verlo por la sábana.