— ¡Estás rubio! — Grito su novia.
— Ya lo sé. — Susurró el, más para si mismo que para ella.Había olvidado que cuando su cuerpo acumulaba tantas cosas malas, y llegaba al punto de necesitar depuración, incluso eliminaba el tinte negro de su cabello.—¿Hacía cuánto tiempo que no pasaba aquello? — Pensó.Miro a su novia, quien aún estaba maravillada por aquel descubrimiento, y le tiró una toalla a la cara. — Deja de mirarme así. — La regañó.— Pero, mi amor... te ves maravilloso. — Dijo tomando su mano para acercarlo. — Pareces...— ¿Un ángel? — La interrumpió el, con un tono molesto.Becca pareció caer en cuenta de lo que había estado a punto de decir y guardo silencio, un minuto, cinco... diez... y tal vez mucho más. Se bajó de la encimera y se sacó la ropa, tan sucia como la que llevaba el, y decidió preparar el baño. Si ya la había cagado, de algún modo tendría que arreglarlo.Mientras ella arreglo la tina, pDurante la noche, Becca se despertó y en la oscuridad acarició el cabello del hombre que tenía al lado. Extrañamente este era más corto y rizado, lo que la asustó, y se obligó a incorporarse.Chris estaba en su cama en lugar de Luciano.Miro a su alrededor alterada, acostumbrando sus ojos a la oscuridad, y entonces vio que justo a él, estaban Cookie y Eli, completamente dormidas.Se levantó de la cama tranquilizandose.— Que horrible. — Pensó. — Casi muero de un infarto. — Susurro camino a la puerta.Al abrirla no pudo evitar escuchar el intenso sonido del piano de cola. La canción que estaban siendo interpretada demostrada indignación, dolor, y pena.Salió y cerró la puerta detrás de sí, pero no pudo evitar detenerse allí mismo para apreciar aquel sonido.En sus años de niñez, su tío Miguel se había esforzado en enseñarle aquel precioso arte de la música. Recordó entonces sus lecciones, todas impartidas desde el cariño
La mañana comenzó con el sol en lo más alto, brillaba con fuerza y calentaba todo el suelo qué su luz tocará. La brisa del mar era fresca pero no helada. Y la playa estaba completamente sola.— ¿De quién fue la idea de llegar aquí a las 7 de la mañana? — Preguntó Eli. — ¡No hay mucho que ver!— Si... pero, no hay nadie que me estorbe. — Respondió Becca. — El agua aún no ha sido orinada, y puedo ver más piedras en el fondo del agua — ¿Para que importaría todo eso? — Pregunto Cookie.— Ella... hace sus cosas de magia con materiales naturales que recolecta a donde va. — Explicó Luciano. — Así que, mientras más limpio esté el área de recolección, mejor para ella.Los extranjeros que hicieron preguntar más pero se sintieron avergonzados. Luciano se sentó en una silla de playa y miro como su novia se dejaba caminando por la orilla. La chica parecía muy concentrada y lo que sea que estaba buscando.Se quedó un rato allí sentado, espera
La mañana paso lentamente, mientras Rebeca dormía plácidamente en su cama. Siempre que iba al mar, descargaba por completo su energía y luego se dedicaba a dormir por largas horas.Mientras ella descansaba, los demás tenían un día normal, tranquilo y calmado. Cookie pasó todo el tiempo en la cocina, preparando deliciosa comida, del tipo que presentaba en su canal de Youtube. Así aprovechó el día para grabar algunas cosas.Elina estuvo editando videos desde su laptop, había grabado en todas partes, la casa, el departamento, la compañía, la montaña y pensó subir estas cosas una por una durante la siguiente semana, para cerrar con broche de oro usando el vídeo de la boda.Cris había decidido que aquel viaje era un descanso, así que ayudó a ambas en lo que pudo, mientras disfrutaba de la vista y las comodidades del departamento.Luciano, decidió dormir hasta tan tarde como pudo, y luego mirar televisión hasta que se le secaran
La siguiente mañana el ambiente estaba ligeramente lluvioso, el cielo se veía muy nublado y desde donde todos le estaban podían escuchar los fuerte del oleaje.Se colocaron ropa sencilla y bajaron a la calle dónde los estaba esperando un transporte como chofer qué Rebeca en no conocía. El tipo lo recibí en silencio y les colocó algo de música. El trayecto fue Pacífico y sus invitados durmieron todo el tiempo de regreso a la mansión, la joven no sabía si realmente estaban cansados o era algún tipo de truco que había hecho Luciano quién claramente estaba de muy mal humor.El solo miraba por la ventana como si estuviera buscando algo que disfrutar en el paisaje. Nunca volteo ni le dirigió la palabra.Un par de horas pasaron antes de que nuevamente estuvieran en la entrada de la mansión en la puerta estaba Carolina con una muy mala cara la mujer parecía estar apunto de reventar de rabia.— ¿Donde demonios te metiste? — Le gritó a Luciano. — Tengo
Rebeca caminaba entre las decoraciones y los adornos, cuando escuchó la voz de Carolina y Luciano en el salón.— ¿Realmente tienes que casarte con ella? — Preguntó la mujer.— Firme un contrato, que debo cumplir. — afirmó el. — Tengo 10 años esperando este momento, trabajando porque todo salga bien. Bien sabes que tengo muchísimo tiempo aguardando este instante.— Es solo que no entiendo, Lucifer. Podrías tener todas las mujeres que quieras en el mundo. Hermosas, poderosas, talentosas... ¿porque una tan sencilla? — Porque es la que yo quiero, la que elegí y me va a acompañar por el resto de mi vida humana. Te guste o no, tendrás que respetarla tanto como a mí, y cumplir tus obligaciones, apoyándola a ella también. — Habían muchas cosas que el no podía expresarle a Carolina. Su actitud los últimos tres días demostraron el punto de Rebeca, y el evitaría a toda costa cualquier confrontamiento.— ¿Porque no me tomas a mi? — Preguntó Car
La puerta sonó "toctoc" y luego Edith entro a través de ella. — Chicos, ya llegaron sus estilistas y sus trajes. Es hora de arreglarse.Rebeca salto de la cama con rapidez, estaba muy emocionada. — Vamos, es momento de dar el si acepto.— Aún falta, bebé. — Bostezó Luciano. — Solo me voy a levantar, porque luego de eso, nos perderemos un mes del mundo. — Bromeó.— Me alegra que no vayan a su boda enojados. — Dijo la anciana dejando la habitación.Luciano salió por la puerta, y tras de el, entraron Merly y su equipo de estilista, a consentir y arreglar a la novia.Luciano atravesó su propia casa en pijama, viendo cómo todo estaba en completo orden, tal como le gustaba. Una vez en su habitación, consiguió a Paolo y su equipo de trabajo. — Buenas tardes. — Los saludo.Luego de tomar un baño, Luciano se dejó hacer por el equipo de profesionales.***Isobel ya estaba en la enorme mansión culminando los
Luciano se aclaró la voz un poco avergonzado. — Yo... el día de hoy estoy extremadamente feliz porque en este instante nos acompañan nuestros hermanos de la vida, amigos y familiares a celebrar el momento más importante de nuestras vidas, antes que nada Solo quiero saludarlos y agradecerles por formar parte de este instante que quedará grabado en mi memoria hasta el final de los tiempos. — Dijo mirando al público. — Ahora, centrándome en ti mi preciosa princesa, quiero comenzar expresando que tengo muchísimas cosas que decir, prometer y asegurar, tantas que me sería totalmente imposible solo colocarlas en mi votos, por lo que la primera promesa que realmente voy a hacerte en este instante es que dedicaré cada segundo en mi vida a demostrarte cuanto te amo, a hacerte feliz, a darte todas aquellas cosas que yo sé en el fondo de mi corazón que tú te mereces, y que jamás estarás sola mientras estemos casados. A partir de este momento mi cuerpo, mi mente, mi alma y mi espíritu son comple
Los labios de ambos se acercaron lentamente, sin contacto alguno, podía sentir el calor de la piel y el olor del perfume del hombre, loción masculina y... ¿lavandas?Sus labios se presionaron un segundo y luego se abrieron lentamente. Antes de abrirse a la danza entre sus lenguas, escucharon la puerta del departamento abrirse y se separaron con mucha rapidez.*******— Buenas tardes, preciosa señorita. — Dijo una intensa voz melodiosa.Las palabras no salían de la boca de aquella joven. ¿Estaba intimidada? ¿Impresionada? Aquel era el hombre más bello y grandioso con el que se habría topado jamás en su vida. — Buenas tardes, señor Luciano. — Respondió.— ¿Señor? — Estaba sorprendido y tal vez ofendido. — Soy apenas 3 años mayor que tú... ¿Tu padre está aquí hoy?La congregación de su padre tenía sus propias oficinas en el teatro donde se reunían y uno de sus trabajos de medio tiempo era encargarse de organizar todo allí.— Lo siento, señor. Mi padre no está, de hecho, ya estoy cerrando