Despertó en su cama, durmiendo boca abajo, gruesas lágrimas escapaban de su rostro. Hacia muchos años que no tenía este sueño. Trató de moverse, pero el peso de alguien se lo impedía, miró por encima de su hombro, y vio a Becca descansando sobre su espalda. La detalló un momento, piel morena, cabello rizado, tan largo como para caer en su espalda, buena, amable, honrada. Sus ojos se abrieron y lo miraron con intensidad. — Buenos días. — Dijo su vos somnolienta. — ¿ Porque estás llorando? — Pregunto preocupada.— Soñé... con muy viejos recuerdos. — Respondió el, agradecido de haberla encontrado, pensando en que no quería perderla de nuevo. Su novia lo abrazo con fuerza cómo si su vida se tratara de ello. El no se sentía para nada triste pero aún así se dejó abrazar.********Un rato más tarde bajaron a desayunar.Edith había preparado un desayuno especial para todos en casa. Ya que todos sus amigos eran extranjero
Luego de llorar intensamente en el salón del modista, Becca le pidió a Jhon Jairo que los llevará a la entrada del teleférico.Aún a veces se le escapaban las lágrimas al recordar el hermoso vestido.Por momentos, creyó que ya había vivido esa emoción junto a Luciano, pero se decidió abandonar ese pensamiento, aún cuando su corazón le decía que, hacía mucho tiempo, una vez en el pasado, ellos ya se habían ofrecido su amor el uno al otro.Al llegar a la entrada de teleférico la cola de entrada era exorbitantemente larga.Así que aún después de comprar los boletos, les tocó esperar un rato para poder tomar un funicular.Desde lo alto la vista de la ciudad de Caracas es exquisita. Cada zona de la ciudad se ve como si fueran pequeños edificios en una maqueta.El centro, Parque Central, Plaza Venezuela. Todos eran lugares extremadamente fáciles de reconocer para Becca, incluso podían verse los edificios de su universidad. Señalaba cada sector y le decía a sus
La mañana siguiente llovía y hacia mucho frio. El ambiente era bastante triste.— Preciosa, despierta. — Le dijo Luciano a su novia. — Hoy vamos a explorar la montaña.Al escucharlo, Becca se colocó una almohada en la cabeza, claramente no se quería levantar.— No me obligues a sacarte de la cama. — Dijo el en una amenaza "juguetona". — Vienen Eli, Cookie y Chris... será un gran día.— No quiero... — respondió ella.— Vamos, te traje chocolate y te prepare un baño— Dijo levantándola como una princesa.— Luci, yo solo quiero dormir. — Dijo ella rodeandole el cuello con los brazos. — Tenemos que bañarnos. — Comentó el hombre llevándola al baño. — Hay que estar presentables.— Me siento agotada Tomaron un muy largo baño de burbujas con un suave olor a rosas.Luciano se dedicó a consentirla mientras estaban en la tina. Lavó su piel y su cabello con extrema delicadeza. Becca miraba
El silencio en la habitación era asesinado por los suaves gemidos con la voz de Becca. Mientras Luciano jugaba y paseaba sus manos por su cuerpoPrimero le sacó lo poco que le quedaba de ropa, pero pronto jugó en los pezones de la chica, sin dejar las suaves mordidas a lo largo su cuello.Ella se sentía inmovilizada por el placer y eso que él aún no hacía gran cosa con su cuerpo. Pero desde la primera vez que se aventuraron a tener algo sexual, cada vez que las manos de Luciano tocaban su cuerpo ella se sentía igual. Desde el principio su contacto generaba el más grande éxtasis que su cuerpo podría soportar.Luciano se sacó la camisa, y comenzó a pasear sus manos por las piernas y muslos de la chica.— ¿Estás segura de que quieres que el control sea mío? — Preguntó contra sus labios.— No estoy segura... solo llévame al límite y después decidiré que hacer. — Contesto ella.— ¿Puedo probarte? Becca asintió y Luciano la lleno
El día era fresco y el sonido de las aves se colaba por la ventana. La luz del sol no era muy intensa, y el olor a pino inundaba el aire. Becca dormia a su lado, plácidamente.Lucisno se levantó de la cama a regañadientes, bostezo y se encaminó al baño, donde comenzó a preparar la tina. El agua, las flores, los jabones, las fragancias...Una vez todo estuvo listo, volvió a la cama.— Es momento de levantarse. Becca de cubrió con la cobija. — No quiero...— No es justo que este escapado del trabajo, y tú no quieras hacer nada conmigo, pequeña. — Le dijo.— Deja de decirme pequeña... — Respondió ella acurrucandose. — Yo solo quiero dormir.— Eso es porque ayer quisiste desvelarte pecando. — Dijo el con una risa divertida. — Vamos... sal de la cama.— No quiero... seguramente ellos escucharon todo... y ahora sí estoy muy avergonzada. — La muchacha apenas hizo un espacio para verlo por la sábana.
— ¡Estás rubio! — Grito su novia.— Ya lo sé. — Susurró el, más para si mismo que para ella.Había olvidado que cuando su cuerpo acumulaba tantas cosas malas, y llegaba al punto de necesitar depuración, incluso eliminaba el tinte negro de su cabello.—¿Hacía cuánto tiempo que no pasaba aquello? — Pensó.Miro a su novia, quien aún estaba maravillada por aquel descubrimiento, y le tiró una toalla a la cara. — Deja de mirarme así. — La regañó.— Pero, mi amor... te ves maravilloso. — Dijo tomando su mano para acercarlo. — Pareces...— ¿Un ángel? — La interrumpió el, con un tono molesto.Becca pareció caer en cuenta de lo que había estado a punto de decir y guardo silencio, un minuto, cinco... diez... y tal vez mucho más. Se bajó de la encimera y se sacó la ropa, tan sucia como la que llevaba el, y decidió preparar el baño. Si ya la había cagado, de algún modo tendría que arreglarlo.Mientras ella arreglo la tina, p
Durante la noche, Becca se despertó y en la oscuridad acarició el cabello del hombre que tenía al lado. Extrañamente este era más corto y rizado, lo que la asustó, y se obligó a incorporarse.Chris estaba en su cama en lugar de Luciano.Miro a su alrededor alterada, acostumbrando sus ojos a la oscuridad, y entonces vio que justo a él, estaban Cookie y Eli, completamente dormidas.Se levantó de la cama tranquilizandose.— Que horrible. — Pensó. — Casi muero de un infarto. — Susurro camino a la puerta.Al abrirla no pudo evitar escuchar el intenso sonido del piano de cola. La canción que estaban siendo interpretada demostrada indignación, dolor, y pena.Salió y cerró la puerta detrás de sí, pero no pudo evitar detenerse allí mismo para apreciar aquel sonido.En sus años de niñez, su tío Miguel se había esforzado en enseñarle aquel precioso arte de la música. Recordó entonces sus lecciones, todas impartidas desde el cariño
La mañana comenzó con el sol en lo más alto, brillaba con fuerza y calentaba todo el suelo qué su luz tocará. La brisa del mar era fresca pero no helada. Y la playa estaba completamente sola.— ¿De quién fue la idea de llegar aquí a las 7 de la mañana? — Preguntó Eli. — ¡No hay mucho que ver!— Si... pero, no hay nadie que me estorbe. — Respondió Becca. — El agua aún no ha sido orinada, y puedo ver más piedras en el fondo del agua — ¿Para que importaría todo eso? — Pregunto Cookie.— Ella... hace sus cosas de magia con materiales naturales que recolecta a donde va. — Explicó Luciano. — Así que, mientras más limpio esté el área de recolección, mejor para ella.Los extranjeros que hicieron preguntar más pero se sintieron avergonzados. Luciano se sentó en una silla de playa y miro como su novia se dejaba caminando por la orilla. La chica parecía muy concentrada y lo que sea que estaba buscando.Se quedó un rato allí sentado, espera