Capítulo 2. El compromiso
Entró a su habitación y miró la fila de vestidos que habían acomodado en la cama, desde luego que cada uno de ellos resaltaría su figura y qué decir de la variedad de exquisitos zapatos que hacían juego.
Una gran variedad de maquillaje estaba sobre su mesa noche. Abigaíl conocía el gusto de su hija, le encantaba probar todo tipo de maquillaje, era una experta en esa línea.
Miró todo eso y no pudo más que llevarse la mano a la baca para evitar que escucharan sus carcajadas. Descartó por completo todo eso, ella tenía el atuendo perfecto para su compromiso.
–Bueno, es tiempo de hacer mi mejor papel.
Bajó las escaleras, aunque todo le molestaba, su frenillo de la adolescencia se le encajaba en la encía y le causaba un tremendo dolor en los dientes, pero era lo que había.
– ¿Qué es todo esto? Kaia, no puede ser, necesito que te vayas a cambiar, escogimos lo mejor para esta noche.
Abigail no pretendía reírse del aspecto de su hija, pero no pudo aguantar, sabía lo que pretendía su hija, y aunque estaba desaprobando todo eso, se notaba que le había puesto mucho empeño y el truco le había salido a la perfección.
– ¿Qué? esta soy mi verdadera yo, ¿te acuerdas cuando iba a la escuela y decías que estaba hermosa?
–Hija, a tu padre se va a infartar, eso es solo un disfraz, nunca has sido así.
–Esto lo llevé durante un año y era insoportable y lo sigue siendo.
Se sacó el frenillo dental y descansó un minuto en lo que legaban Maximus y su hijo, del que ni siquiera sabía el nombre. Darío bajó las escaleras y no pudo disimular la gran impresión que se llevó al ver a su hija sentada en la sala con ese aspecto tan lamentable.
–No hay tiempo, Maximus acaba de llegar.
Kaia estaba sentada derecha en la silla de la sala, esperando a que entraran los invitados de honor, su madre había sacado la vajilla de porcelana y los cubiertos de plata. Definitivamente esto sería una gran celebración.
–Kaia, hija, solo espero que te comportes, no solo estás haciendo enojar a tu padre, esto es muy importante para la empresa,
–No le estoy haciendo daño a nadie, mamá, así como lo dijiste es solo un disfraz.
Darío ya no pudo decir nada, solo se dirigió a la puerta de la mansión a permitir que entraran los invitados.
–Bienvenido, Maximus, estás en tu casa.
Un hombre apuesto entró por la puerta de la casa, se notaba que ya estaba entrando a la tercera edad, y una mujer muy hermosa le acompañaba tomada de su mano.
–Gracias, Darío, me disculpo por mi hijo, Vincenzo, no pudo venir, algo lo detuvo en la empresa, pero aquí estoy con mi esposa, Dafne, para seguir con lo acordado.
Entonces supo que su prometido se llamaba Vincenzo, como el mafioso de la serie. Pero no había podido venir, lástima que se estuviera perdiendo de todo eso. Pero su futuro suegro no se iba a escapar de nada. Y así fue.
Estaba encantada cuando vio la expresión de los señores que acababa de entrar a su casa, y enseguida supo que no iban a casar a su hijo con ella así. Su rostro no estaba nada favorecido con el maquillaje y lo que se había hecho en la nariz y los dientes.
Maximus, se sorprendió, pues las fotos que habían recibido, nada tenían que ver con el rostro de esa chica. Sacó una de las fotos y la comparó. ¿Esa era ella, la hija de Darío? Dafne, también se había dado cuenta que la chica había cambiado mucho con los años.
Mientras, Darío estaba casi rechinando los dientes, su hija pretendía ponerlo en ridículo, Abigaíl al ver su dilema, intervino para que su esposo no dijera nada incorrecto. Todos se sentaron en los sillones que estaban dispuestos en la sal en lo que servían el almuerzo.
–Yo fui la que escogió esas fotos, aunque no son las más recientes eran las únicas que tenía a la mano.
Maximus desconcertado no pudo hacer otra cosa que desviar la mirada y tragar en nudo que se había formado en su garganta, ya no podía hacer nada, pero vaciló solo por un instante.
–Las fotos no tienen nada que ver con mi belleza, este es mi verdadero rostro.
Dafne quería hacer sentir mal a la chica, pero definitivamente nada tenía que ver con su belleza, aunque eso era lo de menos, su hijo se iba a tener que conformar con la mujer que habían elegido para él. Ella en particular deseaba que se alejara de una mujer que no le convenía, así que estaba de acuerdo con la mujer que sería su nuera.
–No, no hay problema, el compromiso sigue en pie, ya mañana que se conozcan los novios, he destinado una habitación para ustedes, para que no haya retraso en la ceremonia.
Las fosas nasales de Kaia se ampliaron más de lo que las tenía, el algodón que había utilizado la expandía demasiado que ni siguiera la podía mover, en secreto deseó que La señora al verla, declinara del compromiso y desde luego que de la boda, ya solo le quedaba su segundo paso.
–Muy bien, entonces pasemos a la mesa.
Kaia se puso de pie cuando todos se levantaron para ir al comedor. Darío no podía creer lo que veían sus ojos, su hija se había transformado en una mujer de varios kilos de más. Casi lleva sus manos a la cabeza, pero miró a Maximus que no hizo ningún comentario al respecto.
La comida se dio de manera casual, todo giró en torno de los detalles de la boda. A Kaia, le era indiferente todo lo que escuchaba, si así Maximus y Dafne, iban a permitir que su hijo se casara, su plan no había dado resultado, pero iba a seguir con su acto, su disfraz le iba a ayudar a mantener a ese esposo indeseado, lejos de ella.
“Me casaré”
Capítulo 3. Charla padre e hijoDafne se mantuvo todo el camino a su mansión totalmente callada, no sabía cuál iba a ser la reacción de su hijo al ver mañana a la novia. Pero eso ya no era su problema, seguirían con lo acordado, no se podían echar para atrás.–Ya sé que no era lo que nos esperábamos, esas fotos eran las únicas que Abigail pudo conseguir, en pocos años la niña fue ganando peso, pero es muy bonita.Maximus se había quedado con la impresión de lo que había visto en las fotos, pero la realidad era otra. Su hijo no tenía alternativa, se casaría con Kaia y punto. De lo contrario quien se haría cargo del conglomerado sería, Hermes. Su primo estaba haciendo todo lo posible por ser el nuevo CEO del conglomerado Leonardi.–Prefiero verlo casado con esa niña, que ver como desperdicia su vida con Raissa.A Dafne nunca le había gustado que Vincenzo se hiciera novio de lesa mujer, a pesar de que era la hermana de su nuera, su primer hijo, Alessandro, se había casado con Aitana Thal
Capítulo 4. Unas horas antes de la bodaKaia se levantó como cualquier otro día, no estaba emocionada como lo estuviera una novia ilusionada por el día de su boda. Lo tenía todo preparado para su gran espectáculo final. El rostro de Kaia era liso y delicado, sin el maquillaje que se había puesto el día anterior, era una total belleza.–Date prisa hija, tenemos que llegar puntuales a la mansión Leonardi, espero que tengas todo listo.En su interior, Kaia pensó con desprecio, ella solo lo hacía por el bien de la empresa de su padre, parpadeó con su mirada inocente. Era una joven chica de veinte años, que se había hecho la ilusión de iniciar sus estudios de la universidad y ahora se dirigía hacia el altar para casarse.–Desde luego que sí, mamá, solo que no estés tan ansiosa, hoy es un día como cualquier otro.Ella entrecerró los ojos y miró a su madre que caminaba de un lado para el otro, Kaia tenía una pequeña sonrisa en sus labios, tenía listo todo lo que iba a utilizar ese día, por e
La hora de la boda había llegado, se escuchaba todo un revuelo en el jardín de la mansión, aunque solo se había invitado a un grupo selecto, muchos se habían quedado con las ganas de asistir a la gran boda de Vincenzo Leonardi. Todos querían ver los jardines decorados de la mansión para ese evento y desde luego el glamour y la elegancia de la decoración. Muchas revistas habían ofrecido grandes sumas de dinero para poder estar presente en ese magno evento. Aunque no se sabía nada de la novia, se especulaba que será una belleza, ya que Vincenzo siempre salía como modelos y actrices de renombre, aunque solo se sabía que eran solo amistades. No dejaban de ser mujeres espectaculares. –El vestido es fabuloso, te dije que sería una maravilla, cuando Dafne me mandó las fotos tenía ganas de llorar y ahora, no sé si me pueda contener en cuanto te lo pongas. El vestido en realidad rompía con todas las expectativas de Kaia, nunca se hubiera imaginado que fuera hecho a medida, lo miraba en la c
Vincenzo estaba enojado por la apariencia de su esposa, de ninguna manera hubiera aceptado casarse con una mujer como ella. Si Raissa no lo hubiera engañado, ahora sería ella su esposa.No podía disimular el disgusto en su rostro, pero ya no podía hacer nada.Los invitados se acercaron a felicitar a los novios, algunos se quedaron estupefactos y ya no quisieron avanzar, la novia era en verdad horrible, espantosa, tenía capas y capas de maquillaje, y usaba unos tonos horrorosos en los ojos, ni qué decir del tono de lápiz labial, estaba todo regado y era muy llamativo.Estaban indignados de como esa mujer terriblemente fea, se había casado con el hombre más guapo de toda Italia, Vincenzo Leonardi era considerado un casanova, que tenía a todas las mujeres hermosas a sus pies y había caído tan bajo al casarse con ese esperpento.–Felicidades para ambos.Algunos solo le dieron la mano a la novia, no se atrevieron a darle un beso en la mejilla. Solo lo hacían como señal de respeto hacia los
Raissa ha hecho que todos hablen de su entrada triunfal, pero obviamente ellos no sabían por qué fue a la fiesta de boda de su exnovio. Subieron al auto de Vincenzo y llegaron a un lugar donde pudieran estar fuera del ojo de los curiosos.Un dejo de malicia apareció en los hermosos ojos de Raissa, se bajaron del auto y ella lo siguió con pasos cortos y ligeros.Pasaron unos minutos y los dos estaban en completo silencio. Ahora Raissa no sabía cómo decirle a Vincenzo, que había cometido un gran error, pues un hijo no estaba en sus planes y menos para el padre del bebé, ahora menos que nunca.–Vincenzo, estoy embarazada.Al corazón de Vincenzo le dio un vuelco del enojo, sintió como si le estuviera cayendo un balde de agua fría, tanto que le había dicho a Raissa que se cuidara, porque esa relación nunca iba a tener futuro, pero por lo visto no le había escuchado, nunca le prestaba la atención debida. –Te dije muy bien que tuvieras cuidado, no creo que mi primo se quiera hacer cargo de
Kaia estaba disfrutando de la noche, no le importaba lo que pasara afuera de la discoteca, el mundo se podía estar cayendo a pedazos, se levantó de su silla dispuesta a bailar, llevando a Fabrizio de la mano hacia la pista.Los dos estaban tan borrachos que no se podían sostener, Kaia se había quejado por largo rato de Vincenzo y juraba que nunca lo iba a reconocer como su esposo, se había ganado su desprecio.–Pero es tu esposo y por algo tus padres te han casado con él.– ¿Acaso estás de su parte?, mira la humillación que me ha hecho pasar, él debe beber una taza de su propio chocolate.–No, no estoy de su parte, no me hagas pensar demasiado, así que sigamos divirtiéndonos, mira de todo lo que se está perdiendo tu esposo.–Es un patán de lo peor, espero que todos se enteren de esto.Cuando Vincenzo llegó a la discoteca, los guardias de seguridad lo estaban esperando afuera. Entra y ve un gran espectáculo, su esposa está a punto de besarse con ese sujeto.Algo lo cegó por completo, n
Kaia miró al atractivo hombre, que respiraba con rapidez, vio cómo se quitaba el saco y luego empezó a desabotonarse la camisa, ella no quería mirar, pero era tan atrayente. Vincenzo se quitó la camisa de una forma elegante y la dejó caer al piso.– Detente – Kaia lo quiso detener.Vincenzo suspiró, él siempre se había considerado un hombre calmado, pero esta vez deseaba tocarla y que ella lo tocara a él.Hoy fue su boda y a pesar de no sentir nada por su esposa, el que se haya salido de la casa a una discoteca con otro hombre, eso equivalía a desafiarlo por completo. Vincenzo tomó la barbilla de Kaia y levantó su pequeño rostro, bajó la cabeza y le dio un beso, mordiéndole los labios.Eso había sido tan sensual, le agradó la sensación que sintió en sus labios. Al tenerla a su merced. Pasó su enorme mano por las costillas de su esposa, y la apretó un poco, sintiendo coma respiraba con dificultad.Ella cerró los ojos, aunque intentaba resistirse, esa era mucha tentación, se le escapó u
Vincenzo tenía un dolor de cabeza terrible. Fue al despacho y empezó a hojear unos documentos que le había dejado su padre. Eran los documentos de la propiedad conjunta de Darío Paidousi. No sabía si era correcto, pero ya se había casado con esa mujer que no había visto nunca. Firmó las hojas sin tanto enredo, eso parecía que se estaban aprovechando mutuamente.Suena el teléfono de Vincenzo y ve que es su madre, tiene que contestar, de lo contrario le puede ir peor.–Hola, madre.– ¿Cómo es posible que hayas hecho eso, Vincenzo? Él seguía en el despacho trabajando en proyectos que tenía que atender en esos días, nada lo detenía, era su pasatiempo favorito y no dejaría que su primo se lo arrebatara como todo lo que le había quitado.–No ha pasado nada, mamá, ya estoy de regreso en casa.–No es justo que tu padre se haya cansado en decirte, que esa relación con Raissa no es la correcta, sabes el peligro que está corriendo tu puesto en el conglomerado.–Pásamelo por favor, esta vez me