REGINANo comprendo por qué el peso de sus palabras me aplasta el pecho, no debería, tal vez es la forma en el que las dijo, pero, sin embargo, decido no mostrar el dolor que me apuñala al interior, Ronan Moretti no me interesa del mismo en el que veo que las mujeres lo desean, apenas y lo conozco, la única razón por la que estoy aquí, soportando esta humillación verbal, es por mi padre y mi vida, sí él dice que me las puede devolver, entonces que lo haga, estaré dispuesta a cualquier cosa con tal de volver a tener aquello que me hace feliz. —¿Hablas en serio? —la voz del mismo hombre con el que tropecé en el vestíbulo de la empresa Moretti, abre los ojos como platos—. Primo, ¿acaso estás ciego? Por qué lo que yo veo aquí, es una mujer hermosa, y cualquiera, incluso tú, podría enamorarse de ella, a más, ella es iden… —Cállate, Arsene —espeta con dureza Ronan. Una sonrisa burlona se cuelga del rostro de a quien ya identifico como otro Moretti. Luego se dirige hacia mí, toma mis mano
RONANPagaría todo el dinero que tengo en la fortuna que he hecho crecer con mi propio esfuerzo, por ver la cara llena de sorpresa de todos, pero solo me enfoco en la de mi padre, no es un hombre que demuestre sus emociones, algo que heredé de él y que desde muy pequeño me enseñó, pero sin lugar a dudas, es algo con lo que he aprendido a manejar, puede aparentar delante de todo el mundo, pero soy el único que puede leer sus pensamientos detrás de esa cara en blanco que siempre pone cuando oculta algo, no siquiera mi propia madre ha sabido descifrarlo en todos los años que lleva de casada con él. Lucas Moretti, es un hombre que gobierna con severidad rectitud, es un sádico en los negocios y nunca estuvo de acuerdo con ninguna de mis decisiones, por lo que solo tuve que salir adelante. —Tu prometida —sisea por lo bajo. Sus ojos se anclan con estudioso desafío sobre Regina, quien sigue colgando de mi brazo, con la espalda recta, su presencia, su tacto, me confunden, cuando la vi bajar
REGINACuando despierto, no recuerdo nada, solo que la madre de Ronan, Mía Moretti, me ofreció una copa de vino, a partir del primer trago, me di cuenta de que me había vertido algo, pero ya era demasiado tarde para escapar de sus efectos, lo siguiente que sé, es que las imágenes que aparecen en mi cabeza, lanzadas como películas antiguas, son vagos recuerdos de Ronan hablando con ella.Luego de alguien cargándome en brazos hasta mi habitación, después… nada, mi mente es una hoja en blanco que se balancea en la oscuridad de mis pensamientos. No hay registro de algo más, poco a poco me incorporo sintiendo el sabor amargo de mi boca, huelo a vino y la cabeza me duele. Como puedo, sintiendo que todo me sigue dando vueltas, logro llegar hasta la ducha, dejando que el agua caliente termine de despertar todos mis sentidos de nuevo, el vestido elegante que tenía puesto lo dejé tirado en el suelo con descuido, no me interesa, para empezar, desde el inicio, nunca me importó. Al terminar, cub
REGINAMe congelo. Las manos me empiezan a sudar, el alma se me cae a los pies y un escalofrío recorre mi espina dorsal, el aire se comprime en mis pulmones y el brillo malicioso en su mirada me sienta como patada en el estómago. Trago grueso, mis piernas tiemblan. —Hace tanto que no nos vemos —dibuja una sonrisa asquerosa. De pronto, todo el valor que creía haber recuperado en estos días, se esfuma, es cuestión de segundos para que siga siendo esa pequeña mujer convertida en ratón temeroso frente a un gran depredador como lo es Tomás Nelson. Aún siento latente en mi sistema su última amenaza. El año pasado tenía buenas intenciones, incluso llegamos a ser buenos compañeros, pero cuando me pidió que fuera su novia, y al negarme para después descubrir que yo era supuestamente una plagiadora, se convirtió en una de mis pesadillas. —¡Hola, Venus! —me saluda con un exceso de alegría, levantando la mano para que la choque. Paso de él, lo que menos necesito al inicio de mi jornada labor
RONANNo puedo dejar de pensar en ella, Regina Lombardi ha invadido mi cabeza, se ha robado cada uno de mis pensamientos desde que me besó, no, desde que la vi bajando las escaleras con ese vestido rojo que me hicieron mierda los nervios que tenía de llevarla a la cueva del lobo. No por las consecuencias que pudieran caer sobre mí, sino, porque un cordero tierno e inocente como él, es un manjar para hombres como nosotros, los Moretti. Estaba ebria cuando lo hizo, y estoy seguro de que no se acuerda de nada, de que le metí la lengua hasta la garganta, de que la toque pellizcando sus pezones duros, de que me puso la polla dura cuando me dijo que era su primer beso, joder, el primer hombre que había probado sus labios carnosos y suaves, soy yo, nadie más. Lo queme llevó a una simple cuestión; ella es malditamente virgen, ninguna polla la ha hecho sangrar, y por alguna extraña razón, quiero que sea mi polla la que le cause dolor. Hay ocasiones en las que la veo a ella en Regina, pero ot
REGINAMe parece que no he dejado de sollozar en ningún momento, cuando Tomás me pidió que corriera, eso hice, intenté esconderme en cualquier sitio, pedir ayuda, pero al parecer, todo el tiempo en el que no había aparecido, lo usó a su beneficio, arreglando una trampa, se encargó de que las líneas estuvieran cortadas, de que el guardia de la planta baja no se enterara de nada, y de que en la cabina de cámaras de seguridad, hubiera un fallo para que no lo pudieran ver, atorando uno de los elevadores, le faltó el segundo, que fue en el que llegaron Liam y Ronan. Intento procesar cada acción de su parte, Tomás estuvo a punto de abusar de mí, pero Ronan llegó y comenzó a golpearlo una y otra vez, alejándolo de mí, parecía un monstruo, no se detenía, sus ojos estaban llenos de rabia negra, de odio, era como si de pronto, no fuese el mismo hombre que me ha estado ayudando, Liam tuvo que intervenir, pero era demasiado tarde, cuando se vio, me dijo que nos casaríamos, y ahora estaba aquí, d
RONANMinutos antes…No he podido concentrarme en el trabajo, eso me cabrea de sobremanera, es decir, soy el mejor por muchas cuestiones, pero con Regina Lombardi en mi mente, me hace un incompetente, Tomás Nelson se pudrirá en la cárcel, de eso me he encargado, no le he dicho nada a Regina sobre la recuperación de sus diplomas, de su títulos y reputación, porque quiero que sea una sorpresa, solo no he encontrado el momento de dársela. Cuando llego a mi casa, noto que hay algo en el ambiente que no me gusta, y todo tiene sentido cuando Liam sale de las sombras como un maldito maniaco. —¿No tienes nada qué hacer? ¿A alguna chica a la que joderle la existencia? —sonrío con malicia. —No, estuve cuidando de la chica que te gusta, todo el tiempo —hay ironía en su voz. Mi sonrisa se borra. —El doctor tendrá los resultados de todos los exámenes por la mañana, en cuanto a ella —deja de lado su trago—. Me parece que eres tú quien le ha jodido la existencia a la pobre chica. —Habla claro.
REGINA—Blaine. Le escucho decir a Ronan, al tiempo que me suelta de la mano tan rápido, en cuanto los ojos de la rubia, se anclan en nuestros dedos entrelazados, no estoy segura si lo hace por inercia, o porque no quiso que ella nos viera de ese modo, creo que puede tratarse por la segunda opción. Hago un esfuerzo dimensional al tragarme el nudo que se forma en mi garganta, la punzada de dolor que atraviesa mi pecho, se expande como ola de calor por todo mi cuerpo. Siento miles de pares de ojos sobre mí, la supuesta prometida, ese es el punto, ellos no saben que es una farsa, y ahora estoy quedando como una cornuda delante de todas estas personas que no han hecho más que susurrar a mis espaldas y hablar mal de mí, creyendo que no las escuchaba, pero lo hice. Ronan camina hacia ella con pasos firmes, pero al mismo tiempo inseguros, detallo cada uno de sus movimientos hasta que siento cómo alguien rodea mi brazo con sutileza, no hace falta que voltee para averiguar de quién se trata