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Maldito Arrogante
Maldito Arrogante
Por: Lorena Rodriguez
¡No me quiero casar!

- Abuelo por favor no me haga eso, yo no me quiero casar con una desconocida.

Le rogaba Leonardo al señor Miguel Bustamante, quién le está obligando a casarse para poder nombrarlo como heredero de sus múltiples empresas.

- Pues si no lo quieres hacer no lo hagas, pero yo ya di mi última palabra y está en ti si acatarla o no.

Le respondió el abuelo.

- Papá ayúdame a convencer a mi abuelo para que me herede los negocios sin necesidad de obligarme a hacer algo de lo que yo no estoy de acuerdo.

Suplicaba Leonardo a su padre en aquella oficina donde están reunidos los tres.

- Hijo, sabes que a mí no se me da muy bien esto de los negocios y por eso me estoy jubilando temprano y tú eres el indicado para que sigas con el legado de las empresas "Imperial's" .

Ya conoces a tu abuelo y sabes que no dará marcha atrás a esta condición que te a puesto, porque él quiere que al momento de que tú tomes el mando de las empresas seas un hombre que además de proteger los negocios, también tengas una familia por la que luchar y se te quite lo inmaduro.

- Sí papá yo te entiendo pero entiéndeme tú a mí también, que yo si me caso debe de ser con mi novia Marcela.

- Pues cásate con ella mi muchacho y desde ese día le cederás el puesto de presidencia a tu primo Daniel. Yo no te voy a obligar a que hagas algo que no quieres hacer.

- Abuelo y usted tanto que desea que me case, entonces porque no me permite hacerlo con Marcela, ella es mi novia desde hace un tiempo y es con ella que me gustaría formar un hogar y una familia.

- Ya te lo dije Leonardo, para mañana quiero que me tengas la respuesta. Pero eso si, piensa bien lo que vas a decidir, si seguir en la empresa o retirarte de ella.

Dijo el abuelo y se levantó de su silla para salir de la oficina.

Recuerda que tu primo Daniel no se puede hacer cargo de los negocios porque él está castigado de por vida por abusar de una niña y al no haber un representante en la familia, las empresas pasarán a manos de desconocidos que probablemente nos hundirán en deudas al manejar mal nuestro presupuesto.

- Está bien abuelo haremos las cosas como usted diga y me casaré con la desconocida, pero no crean que este matrimonio funcionará.

Respondió Leonardo finalmente dándose por vencido y el abuelo sonrió satisfecho.

En un pequeño pueblo en las afueras de la ciudad de Tegucigalpa, vive un anciano junto a su nieta a la cual pretende casar con el nieto de su anterior jefe, el señor Miguel Bustamante como promesa de que él se la cuide.

- Abuelo yo sé que usted quiere lo mejor para mí, pero soy muy joven para casarme. Le decía Aixa a su abuelo, ya que este le ha comentado que él está enfermo y tiene que viajar a otra ciudad por unos meses para ponerse en tratamiento para su enfermedad y ella no puede quedarse sola aquí.

- Mi niña, tú y tu hermano son lo más importante para mí y quiero que siempre sean felices.

- Pero entonces por qué no le dices a tu amigo que me dejas a cargo de su familia por mientras tú regresas y así no me caso con ese chico.

- Porque ellos andan en busca de una esposa para su hijo y me propusieron que por mientras yo esté alejado, tú te cases con el muchacho para que estés dentro de la familia y goces de muchos beneficios.

Te lo ruego Aixa acepta lo que te estoy pidiendo, ¿o es que no quieres que vaya y me recupere de esta enfermedad?

- Si quiero que te recuperes abuelo, pero entonces llévame contigo para seguir cuidando de ti.

- No te preocupes por mí cariño, vive tu vida y sé feliz como tu hermano. A mí me cuidarán los médicos mientras esté interno.

- ¿Pero cómo quieres que sea feliz si quieres que me casé con un desconocido?

- Aprenderás a quererlo y serás feliz mi niña, hazlo por este pobre viejo enfermo y harás que me recupere con mucho más ánimo.

- Prométeme que cuando regreses de tu viaje me traerás nuevamente contigo si las cosas entre ese hombre y yo no salen bien.

- Todo saldrá bien mi niña y tarde o temprano me lo agradecerás.

El abuelo no quiso hacerle la promesa a su nieta porque sabe que él no regresará porque es un viaje sin retorno.

El abuelo no le quería comentar a su nieta de que él tiene una enfermedad terminal y no quiere que se quede sola cuando él muera, ya que su hermano mayor está en otro país.

Él se lo comentó a su amigo y este le planteó que la casara con su nieto, y le prometió que la cuidará mientras tenga vida y le dará un buen futuro, todo por la amistad que ellos formaron cuando el abuelo de Aixa trabajó en la empresa del abuelo de Leonardo.

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