- ¡Dios mío! ¿pero qué te ha pasado Leonardo? Preguntó Aixa preocupada y salió al encuentro de su esposo cuando lo vio todo magullado.
- Nada grabe mi amor-. Le respondió el joven, pero ella ni se fijó que él le llamó así.
Los guardias lo entraron a la casa, lo acomodaron en el sofá y luego él les ordenó que se marcharan a hacer lo que les pidió.
Aixa corrió por el botiquín de primeros auxilios a traer lo que se necesita para limpiarle la sangre.
- Pero qué haces tonta, acaso he pedido de tu ayuda-. Habló Leonardo muy histérico.
- Te ves muy mal, por favor deja que te cure.
- Vete a dormir yo estoy bien, no necesito que tú estés al pendiente de mí.
- Bueno me iré pero si necesitas algo por favor no dudes en hablarme y yo vendré corriendo.
- Ya lárgate mujer, pareces lora solo hablando. Ya te dije que tú para mí no vales nada, así es que no te molestes en querer ayudarme.
Aixa se fue a su habitación y aunque no q
Aixa regresó con la cena para su esposo y con el hambre que Leonardo tenía no le pudo despreciar tan apetitoso menú y se comió toda la comida delante de ella y cuando terminó ni siquiera le dio las gracias. Pero cómo Aixa ya lo conoce como es de engreído ya no le importa si él le agradece o no. Luego le curó la herida que tiene en la cabeza y le cambió la venda qué el médico le puso por la mañana, y a regañadientes Leonardo le permitió que le ayudase a subir a su habitación para descansar. Aixa se retiró de la habitación no sin antes recordarle que si necesita de su ayuda puede hablarle nuevamente, Leonardo no protestó y tampoco agradeció la amabilidad de su esposa. - ¿Por qué será que esta chica me trata tan bien, si sabe que yo la trato como la porquería que es? Yo la odio, la odio porque por su culpa yo ya no me voy a casar con Marcela, no sé en qué momento esta muchachita se cruzó en el camino de mi abuelo para que él la eligiera como mi esposa. Seguramen
- Aixa vistete con ropa decente porque iremos a cenar fuera de casa porque mi primo Daniel te quiere conocer. - ¿Es necesario que vayamos a otro lugar Leonardo? yo bien puedo cocinar aquí-. Respondió Aixa, y es que a ella le da pena ir porque es la primera vez que saldrán juntos y teme que los nervios le jueguen una mala pasada. - Dije que saldremos, así es que no me contradigas y haz lo que te ordeno. - Está bien gruñón-. Respondió la chica y salió corriendo para su habitación antes de que él le dijera algún insulto por contradecirlo. Leonardo se quedó de pie en la sala viendo como corría, seguramente huyendo de él y por primera vez se le formó una sonrisa al ver a su esposa malcriada. Una hora después Leonardo fue a tocar la puerta de la habitación de la chica porque ya era hora de irse y ella no ha bajado aún. - ¿Y ahora qué quieres? me has despertado de mi sueño. Preguntó Aixa aún sin abrir la puerta. - ¿Cómo que estás durm
- Lo lamento si te sientes así y créeme que te entiendo. Pero recuerda que a mí también me han obligado a estar con una desconocida y eso para mí no es para nada agradable. Si tú estás de acuerdo podemos hacer que las cosas cambien entre nosotros y llevarnos bien por mientras se da el traspaso de los bienes. - Pero eso me lo dijiste hace unos días atrás y al final siempre saliste con ignorarme y ser el mismo arrogante que se molesta con sólo de verme en esta casa. - Vamos ya no llores y llama a mi abuelo, te prometo que esta vez si cumpliré. Aixa tomó el teléfono móvil que le dio Leonardo y habló con el señor Bustamante, al terminar de hablar le regresó el teléfono a su dueño y esperó a que este se fuera a su habitación, pero Leonardo no se fue sino que se acostó a su lado y la atrajo hacia él para abrazarla y asi se quedaron dormidos. - Hoy no prepares el desayuno, te llevaré a desayunar afuera y luego nos vamos para donde mi abuelo.
Aixa no se percató de que había quedado un trozo de leña con una parte salida de la chimenea y a medida que se iba quemando este se movió y cayó al suelo de madera provocando que minutos después comenzara a tomar fuego, por fortuna Aixa se despertó a tiempo y al ver lo que estaba ocurriendo, comenzó a clamar por ayuda pero alli en ese lugar nadie le ayudaría porque no estaba poblado. - Dios ayudame, no permitas que muera en este lugar. Ayuda, alguien me escucha, vengan a ayudarme. Fueron las últimas palabras de clamor apenas audibles que mencionó la joven Aixa. El humo ya le estaba haciendo efecto a la pobre chica e hizo que se desmayara sin tener la oportunidad de escapar a tiempo. Leonardo se fue a su casa después de dejar a Aixa en la cabaña, iba muy enojado y no paraba de maldecir a su esposa por haberse atrevido a rasguñar a su preciada madre. Por la mañana se fue a traerla antes de irse para la empresa y la tendría que amenazar c
- Señores me llevaré a la muchacha para la ciudad a que reciba atención médica porque aunque se ve que no tiene señales de quemadura alguna, pero sus pulmones pueden estar dañados por el humo que debió haber inhalado-. Dijo Leonardo a los señores cuando salió de la pequeña habitación luego de asegurarse que efectivamente es su esposa la chica que ellos han rescatado. - Si muchacho llévatela, gracias a Dios que te envió a este pueblo para que la ayudes-. Dijeron los señores agradecidos, pues ellos no sabrían que hacer si a la chica se le complicaba su salud. - En unos días vendré de nuevo a visitarles y les traeré noticias sobre la joven-. Dijo Leonardo, pues tiene planeado volver y traerles alguna recompensa por haberle salvado la vida a su esposa. - Que Dios les acompañe buen hombre-. Respondieron los señores. Leonardo se marchó con su esposa en brazos, pues ella aún está dormida por los remedios para relajarse que le dio la anciana. La subió
- ¿Que no se supone que tu esposo es millonario y por ende puede comprarte cuantos celulares quieras por mientras tú no tengas un empleo? Preguntó su hermano con fastidio. - Sí hermano eso lo sé, pero lo que pasa es que yo le pedí que hasta la próxima semana me lo comprara porque yo ya tenía planeado venir a pasar estos días con mi abuelo antes de que se vaya a internar al centro médico. Respondió Aixa. - Bueno entonces al rato te llevaré a que elijas uno, porque no es bueno que estés sin comunicarte con el abuelo. - Está bien hermano y gracias por seguirme consintiendo aunque esta ya no sea tu responsabilidad. - Mi hermanita del alma, tú siempre serás una de mis prioridades en la vida aunque ya estés casada, no lo olvides. - Te lo agradezco Aldair. - Prométeme que vas a continuar con tu estudio, para que cuando ya tengas una carrera seas una mujer independiente que no le anda pidiendo al marido hasta para comprar un lá
- ¿Y tú qué haces aquí?Preguntó Aixa al ver que era la misma chica que hace unos días le llegó a reclamar aduciendo que era la novia de Leonardo.- Pues aquí viviré porque mi novio así me lo pidió-. Respondió Marcela.- ¿Novio? Jajaja ya es hora que aceptes que lo has perdido y que ahora Leonardo es mío-. Dijo Aixa, pues según ella esos son puros inventos de Marcela.- Lo que ella te ha dicho es la verdad Aixa, a partir de hoy ella va a vivir aquí conmigo como mi mujer y tú en esta relación no serás más que una intrusa-.Dijo Leonardo y Aixa se sorprendió cuando él habló porque ni siquiera lo había visto, ella pensó que Marcela había llegado sola y entrado con una llave que anteriormente le había dado Leonardo.- Dijiste que ibas a cambiar Leonardo, y ahora me sales con lo mismo-. Dijo Aixa con mucha tristeza y decepción.- Tu crees que un hombre como yo va aguantar estar con una simple pobretona como tú, ya ubícate muchachita y desp
Hoy es el cumpleaños del padre de Leonardo, y su abuelo les llamó para decirle que a partir de las siete de la noche los quiere en la casa para agradecer por un año más de vida de su primer hijo. - Aixa debes de estar lista para las seis y veinte minutos de la tarde, por favor no te atrases, porque si yo vengo y aún no estás preparada entonces te quedarás porque ya sabes que yo no perderé el tiempo por estar esperándote-. Dijo Leonardo dirigiéndole la palabra a Aixa por primera vez en muchos días. - Como tú digas-. Respondió Aixa, y se preocupó porque entonces hoy deberá de pedir permiso en la casa donde trabaja para llegar temprano y vestirse. Por otro lado, la persona que el señor Miguel Bustamante contrató para los cuidados del abuelo de Aixa después de que Aldair se marchó; le comunicó a Don Miguel que el señor se está poniendo bastante mal, peor que cómo ha estado reaccionando estos días atrás. - ¿Será que debo de decirle a la pequeña Aix