Al día siguiente, después de desayunar, Chris y Sergio estaban en el salón jugando con sus carritos de juguete, sumergidos en su mundo imaginario, cuando Chris se detuvo.—Sabes, Sergio, hablé con mi papá y acordamos que te buscaríamos un padre, porque él no puede ser el papá de ambos. Es mío primero. Solo puedo ser tu amigo y jugar contigo si tienes otro papá.—Yo quiero jugar contigo, pero no pienso buscar a otro papá. Yo duré mucho tiempo sin una mamá y sin un papá, y aunque la señorita Lorenny me agrada porque ella me llevó con mi papá, no es mi mamá. Y tú tienes una, quédate con ella y dile que se case con otro papá para ti.A pesar de su inocencia, Chris reaccionó a las palabras de Sergio y se levantó rápidamente para enfrentarlo.—¡No puedes decir eso! Yo solo tengo un papá. No me lo vas a quitar. ¡Mejor vete a ese lugar donde tienes muchos amiguitos! Juegas con ellos, ¡no te quiero!La tensión entre los dos niños alcanzó su punto máximo cuando Sergio, enfadado, le lanzó su car
Lorenny yacía acostada en la cama, con la mirada fija en el techo. Había pasado horas viendo la televisión sin encontrar ninguna distracción significativa.—¿Por qué me dejé convencer por Darío en esta locura? Sabía que su maldito plan mal elaborado saldría perjudicándome, Damián es un hombre poderoso y naturalmente descubrirá una mentira tan tonta —, murmuró enfrascada en una pelea interna con la soledad de la habitación, cuando justo en ese momento, la puerta se abrió de golpe, y se levantó de un solo salto, sintiendo cómo su pulso se aceleraba.—¿Ahora qué? No he hecho nada para que entren a fastidiar —, les dijo de mala gana a los intrusos, sin embargo, ellos no mostraron ninguna reacción, simplemente la agarraron con brusquedad por los brazos y la arrastraron sin darle tiempo para ponerse el calzado.—¿Qué les pasa, par de brutos? —, gritaba mientras la llevaban a rastras hacia un automóvil. Los dos hombres se sentaron a ambos lados de ella, dejándola en medio.—¿Qué se supone q
Aylin no podía sacarse de la cabeza la respuesta de Helen, y su voz resonaba sin cesar en su mente. «Aylin, no debes sentir celos, Daniela Galvez es la madre de alquiler del hijo de Damián, y la está buscando porque ella huyó llevándose al niño». Cada palabra agravaba el nudo que se formaba en su estómago, haciéndola sentir como si estuviera a punto de desmoronarse.Se encontraba dentro de un coche, mirando a través de la ventanilla, con la mirada perdida en el paisaje que pasaba rápidamente. A su lado, los niños, Chris y Sergio, jugaban alegremente, puesto que estos ya se habían contentado, ambos infantes llenos de inocencia, acordaron que hablarían con Kevin para que este fuera su padre. «¿Qué dirá Damián, y si piensa que utilicé a Chris para llegar a él?», pensaba, a la vez que sentía cómo su corazón palpitaba con ansiedad y miedo. —Dios, tú sabes que yo no tenía idea de esto –, murmuraba para sí misma y, las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos, pero se apresuró a borrarlas
Lara observaba en silencio como Mauro levantó a Lorenny con cuidado mientras la misma soltaba quejidos lamentosos.Ahora su cuerpo inerte y pálido reposaba en el sofá, mientras sus quejas llenaban el aire, siendo una constante y desgarradora melodía que los perturbaba a todos.Luci la miraba con ojos preocupados, ya que la piel de Lorenny brillaba con un tono enfermizo y pálido, más aún que la de Lara, quien acababa de regresar del hospital.—Está más descolorida que un papel, ¿qué le habrá pasado a la tía, saben dónde se supone que ha estado en estos días?—No lo sabemos.Lara se encogió de hombros. Puesto que se había refugiado tanto en su bebida que, si Darío y Lorenny habían planeado algo, ella estaba completamente en la ignorancia.En ese momento, Darío entró a la sala, con el cabello despeinado, vistiendo un short de dormir. Y su pecho desnudo, junto con sus pies descalzos, le daban un aire desaliñado.Cuando Lara lo vio, hizo un gesto de asco, pero Darío, al ver a Lorenny en el
3 horas antes de que Aylin recibiera el video:Sentados en la barra de un elegante bar, al que solo la alta sociedad tenía acceso, estaban Kevin y Damián disfrutando de sus bebidas y de la música suave, pero Kevin, con su característico sentido del humor, rompió el silencio con una sonrisa pícara en el rostro.—Es bueno que hayas venido, amigo, porque a pesar de necesitar compañía, también necesitaba a alguien para que pague la cuenta.Damián, que se había mantenido callado mientras reflexionaba sobre sus propios pesares, sonrió.—Eres un descarado, y ni siquiera te molestas en ocultarlo —, replicó, divertido por la actitud despreocupada de su amigo.Kevin alzó el dedo índice y lo dobló varias veces mientras soltaba una risotada.Descansando sus codos en la barra, bajó la cabeza y jugueteó con su trago, haciendo que el líquido se mezclara en el vaso.Justo en ese momento, una voz femenina y elegante se hizo oír a espaldas de ambos hombres.—Mira Nicolleta, qué hermoso hombre, como me
En el salón se podían observar pedazos de jarrones rotos esparcidos, junto a otros adornos de cristales, que estaban destrozados; convirtiendo ese lugar tan elegante en una escena caótica y desordenada. En solo unos minutos los muebles estaban volcados y el ambiente era de total destrucción.La primera en llegar corriendo fue Aylin, quien se percató que la persona que encabezaba ese desastre era Mauro, junto a unos amigos que parecían vándalos y sin temor alguno, se acercó a él furiosa.—¡¿Qué rayos haces aquí?! ¿Cómo entraste sin que los guardias te detuvieran?Mauro acortó la distancia entre ellos, y la miró directamente a los ojos.—Los simples perros lambiscones que le sirven a mi tío no pueden detenerme. No tienen derecho. Yo también soy un Zadoglu, y como tal soy uno de los dueños de este lugar, aunque ese maldit⁰ incapacitado diga lo contrario.Aylin se sintió indignada de que Mauro se refiriera así a Damián y le gritó.— ¡Imbécil!Como respuesta, Mauro le propinó una bofetada.
Continuación: Por un momento, el corazón de Damián se removió ante la súplica de Mauro, sin embargo, volvió a endurecerse casi de inmediato cuando recordó todo lo que había hecho por ellos y cómo había sacrificado parte de su vida para protegerlos y darles todas las comodidades habidas o por haber y, aun así, enviaron asesinos tras él, ignorando todo lo que había hecho. —Si Dios entiende que tu madre merece vivir, se sanará milagrosamente —le aseguró con frialdad. —¡Sáquenlo de aquí!, pero no sin antes darle dos bofetadas —les ordenó a los guardias, sin mostrar ninguna pizca de compasión. —Prometí que respondería del mismo modo por cada agresión recibida —agregó y el rostro de Mauro se desencajó, aunque Damián fue duro con Lorenny, pensó que, con él, por ser su sobrino, no sería igual. Mientras Damián se dirigía hacia la puerta, con la intención de encontrarse con Chris, una empleada se acercó a él y le informó: —Señor Zadoglu, hay un señor y una señora que dicen ser los padres d
Por otro lado, Lara se mordía el labio inferior mientras sus ojos se desplazaban de un lado a otro, con la mente llena de preocupación debido a la ausencia de Mauro, lo cual la tenía en vilo. Y más, porque recordaba su tonta propuesta.«Ojalá que no haya ido con Damián», rogaba al cielo.En un gesto impulsivo tomó el vaso de ron que tenía frente a ella.«No quiero morir, y si sigo bebiendo, el cáncer me matará más rápido», pensó aterrada. Cerró los ojos con fuerza y apretó los puños a cada lado de su cuerpo.Con una respiración profunda y entrecortada, dejó el vaso en su lugar. Se puso de pie y caminó con pasos vacilantes hasta el cuarto de Darío. Al verla llegar, Darío sonrió y se acercó para darle un beso, pero ella evitó el contacto desviando rápidamente la cabeza.—Amor, ¿has considerado mi propuesta? —, le preguntó Darío emocionado.En cambio, Lara le clavó una mirada cargada de aborrecimiento. —No estoy aquí por lo que piensas. Te dije que ya no quiero nada contigo—, le recordó