Aclarando tu duda Claudia. No nena, su padre no hizo nada de eso. Lo que Konstantine quiso decir era que Mijaíl siempre dictaba ordenes, lo mandaba y lo convirtió en su marioneta, pero como es una historia de mafia, ellos usan palabras malsonantes o vulgares que es lo mismo. XOXO.
CAPÍTULO 121: CUIDARÉ TU ESPALDA.Artem estaba perplejo al ver a Liana allí, pero rápidamente salió de su estupor, fue hacia ella y la abrazó con fuerza.—Что ты здесь делаешь, моя любовь? (¿Qué haces aquí, mi amor?) —le dijo, mientras la besaba.Liana sonrió y correspondió al abrazo, mirando los cuerpos de Mijaíl y Konstantin.—Fui a casa y no estabas, así que contacté a Santino… Me dijo que estarías aquí, tenía que venir, Artem… no sé por qué, pero sentí la necesidad de hacerlo.En ese momento, Santino entró corriendo con su arma en la mano, seguido de sus hombres. Al ver la escena, alzó las cejas con sorpresa y luego miró a Artem, disculpándose rápidamente.—No pude detenerla y, por si acaso, la pistola no es mía —dijo, con una media sonrisa—. Alexei tenía razón, ella no nació para ser monja.Liana se rió y se apartó para mirar a Artem, pero vio el dolor en sus ojos. Comprendió que, después de todo, Mijaíl y Konstantin eran su familia.—Ellos no te merecían, cariño. Pero no estás so
CAPÍTULO 122: MI HERMANO ME NECESITA.Artem estaba en el amplio salón de la mansión que había pertenecido a su padre. La sala estaba impregnada de un aire solemne mientras los jefes de las familias Romanov y Corleone lo observaban con expectación. Santino permanecía a su lado, en silencio, observando cada gesto y reacción.—Ahora que has tomado el lugar de Mijaíl —dijo el jefe de los Romanov—, todos queremos saber cómo planeas manejar nuestras alianzas. Sabes que todo puede cambiar muy rápido.Artem se recostó en su silla, meditando por un momento antes de responder. Sentía el peso de la responsabilidad, pero no había vuelta atrás.—Nada será como con Mijaíl —respondió con frialdad—. Quiero lealtad, y a cambio, tendrán la mía. Pero si alguno intenta traicionar… saben lo que pasará.—¿Y qué pasa con nuestras operaciones conjuntas? —preguntó otro jefe, esta vez de la familia Corleone—. Con los problemas recientes, más de uno podría considerar buscar otros socios.Antes de que Artem pudie
CAPÍTULO 123: TODA MI FELICIDAD.UN MES DESPUÉS…Liana estaba sola en el baño, sentada en el borde de la bañera, sosteniendo la prueba de embarazo en sus manos. Sus dedos temblaban mientras la miraba fijamente, como si con solo desearlo pudiera cambiar el resultado. Su corazón latía a mil por hora, la ansiedad creciendo con cada segundo que pasaba.—Por favor… por favor… por favor —susurró con desesperación, sus ojos fijos en la pequeña ventana de la prueba.Desde que había empezado a tener sexo con Artem, nunca habían tomado precauciones. Jamás había tenido un retraso, pero esta vez, las cosas parecían diferentes. Su cuerpo había dado señales y por primera vez en mucho tiempo, su corazón se llenó de esperanza.Miró la prueba, y al principio, su corazón se aceleró al ver una franja rosa formarse lentamente. Contuvo la respiración, esperando la segunda línea… pero no llegó.Solo una franja.Nada más.Liana sintió cómo la esperanza se desvanecía, y sin poder controlar su frustración, lan
CAPÍTULO 124: AHORA SERE TU MAMÁ.Artem y Alexei estaban sentados en el jardín de su mansión, disfrutando de un rato de calma. El aire fresco y el canto de los pájaros brindaban una atmósfera relajada mientras ambos sostenían sus tazas de kvas, una bebida rusa tradicional, refrescante y sin alcohol. Alexei, que aún se recuperaba, estiraba las piernas mientras bebía con tranquilidad.—¿Y cómo van los ejercicios de rehabilitación? —preguntó Artem, rompiendo el silencio.Alexei se encogió de hombros, sonriendo con su típico aire despreocupado.—Bien, bien… son como unas vacaciones forzadas —bromeó, llevándose la taza a los labios—. Aunque, claro, preferiría estar haciendo algo más que ejercicios de pierna y brazo.Artem asintió, aunque su mente estaba en otra parte. Intentaba disfrutar del momento, pero la preocupación por Liana seguía en su cabeza. Alexei, siempre perceptivo, notó la expresión tensa de su amigo.—¿Me vas a decir qué pasa? —preguntó Alexei, dejando su taza a un lado—. ¿Ha
CAPITULO 125: ETERNO PECADOR.El baño estaba envuelto en una cálida neblina, el agua tibia se deslizaba lentamente por la piel de Liana. Su respiración era tranquila mientras sus manos recorrían cada centímetro de su cuerpo con lentitud, disfrutando del tacto de la espuma que se deslizaba por sus curvas.De repente, sintió un par de manos firmes rodear su cintura. Un escalofrío de anticipación recorrió su piel, y una sonrisa se formó en sus labios.—¿Qué te hizo tardarte tanto?Artem, con sus dedos ásperos que contrastaban con la suavidad de la piel húmeda, comenzó a recorrerla lentamente, deslizando sus manos por su abdomen y luego sus caderas. Bajó un poco más, hasta la plenitud de su abdomen, acercándose más a ella. Dejó un beso suave en el hueco de su cuello, que hizo que Liana se estremeciera.—Estaba asegurándome de que José estuviera cómodo y tranquilo —le susurró al oído, con voz baja y grave.Liana cerró los ojos con más fuerza, disfrutando de su toque. Las manos de Artem cont
CAPÍTULO 126: COMPLICIDAD DE AMIGAS.1 MES DESPUES...Liana estaba sentada en el jardín junto a Tatiana, disfrutando del aire fresco mientras los niños corrían y jugaban a su alrededor.—Deberíamos planear unas vacaciones —sugirió Tatiana de repente, con una sonrisa divertida—. París, Londres… sería maravilloso.Liana se rio, disfrutando de la idea.—Imagina, solo nosotras, sin nuestros maridos… libres para hacer lo que queramos —continuó Tatiana, en tono de broma—. Compras, vino, cafés en las calles… sería perfecto.Liana se echó a reír, sacudiendo la cabeza.—Podría hacerlo —cedió—. Pero Artem querrá que lo llame cada cinco minutos.Tatiana asintió entre risas.—Tienes razón, Alexei dejaría los negocios sin pensarlo dos veces y me seguiría —bromeó, agitando la mano con un toque dramático—. Ya puedo verlo. Si le digo que me voy a Londres, tomaría su avión y aparecería en la tienda de modas antes que yo.—Lo mejor de todo —dijo Liana, riendo mientras se inclinaba hacia ella—, es que lo
CAPÍTULO 127: SOLO CONTIGO.Esa noche, Artem llegó a casa, cansado pero feliz de estar allí. Al entrar, sus ojos se posaron en Liana, quien lo esperaba con una sonrisa traviesa y un conjunto de ropa íntima que lo dejó sin aliento. Se veía increíblemente sexy, y la pequeña caja de regalo que sostenía en las manos solo añadía un toque de misterio. Sin pensarlo, se acercó a ella, la tomó de la cintura y la besó con hambre, como si no pudiera contenerse más.—¿Qué es esto? —preguntó, aun sin soltarla, mirando la cajita con curiosidad.—Un regalo —respondió ella, sonriendo coqueta.Artem soltó una carcajada suave y le acarició el rostro con ternura.—Aún faltan dos meses para mi cumpleaños treinta y seis —le dijo, divertido—. Pero no me molesta recibir este por adelantado.Con cuidado, abrió el regalo, sus dedos moviéndose con agilidad, pero cuando vio lo que había dentro, su expresión cambió por completo. Se quedó perplejo, levantó la mirada hacia ella, y sus ojos se llenaron de incredulid
CAPÍTULO 128: PERFECCIÓN.—¡Sí! —gimió Liana en voz alta, disfrutando de la lengua de su marido jugar con su clítoris. Su cuerpo se estremeció por el orgasmo, y Artem se deleitó con cada momento, saboreándola como si fuera el manjar más exquisito que jamás hubiera probado.—No hay nada en el mundo tan adictivo como tú.Liana escondió la cara en la almohada y sonrió. A medida que su respiración se volvía más lenta, de repente Artem le dio una nalgada que la tomó por sorpresa.—Esto apenas empieza, krasota —dijo con un tono dominante, agarrándola de las caderas y posicionándola con firmeza. Le dio otra palmada en el culo, arrancándole un pequeño chillido. —Te dije que no iba a poder controlarme —añadió, sus ojos ardiendo con deseo. —Ahora asume las consecuencias.Liana giró la cabeza para mirarlo por encima del hombro, con una sonrisa sensual en los labios.—No estoy pidiendo que lo hagas, esposo —respondió con un tono provocativo—. Dámelo todo.Artem apretó sus dedos en las caderas de L