CAPÍTULO 29: HOLA, ARTEM.En el auto, Liana se sentía nerviosa, pero al final se armó de valor y habló.—Tatiana... —murmuró, sonrojándose—, ¿cómo es el sexo?Tatiana, sorprendida por la pregunta, casi pisó el freno, pero se recompuso rápidamente.—¿Qué?—Bueno, es que... tengo curiosidad. La última vez me hablaste de la tercera base y... y yo quiero llegar allí.Tatiana estaba sin palabras por un momento. Liana siempre lograba sorprenderla.—Bueno, el sexo es... —ella pensó cómo explicarlo—, es algo increíble cuando es con la persona que amas. Es como una conexión profunda, pero también puede ser divertido, apasionado y... un poco loco a veces. Claro, hay excepciones; a veces la gente tiene sexo sin amor, solo por diversión o curiosidad, pero creo que cuando hay sentimientos de por medio, todo se intensifica.Liana asintió, procesando la respuesta de Tatiana. Se preguntaba si ella quería tener sexo con Artem porque lo amaba o simplemente por curiosidad y deseo de experimentar. La dud
CAPITULO 30: ¿DESDE CUANDO TE GUSTAN LOS CANNOLIS? Liana observaba en silencio mientras Artem estaba bajo la ducha, el agua resbalando por su cuerpo musculoso, delineando cada fibra de su espalda. No podía apartar la mirada. Tragó saliva al ver lo que estaba haciendo. Su mano izquierda estaba apoyada en los azulejos, la tensión visible en cada músculo, mientras la otra mano se movía con firmeza sobre su erección. Los movimientos eran intensos, rítmicos, acompañados de pequeños gemidos. El corazón de Liana latía frenéticamente. Y en lugar de escandalizarse o avergonzarse, se sentía profundamente excitada. Había algo fascinante en ver a Artem, siempre tan rígido y distante, ahora vulnerable, rendido al placer. ¿Qué pasaba por su cabeza en ese momento? ¿Pensaba en ella... o en otra mujer? De repente, la respiración de Artem se aceleró. Y sus movimientos se volvieron más rápidos, más desesperados. Un segundo después, su cabeza se echó hacia atrás, mientras su mano continuaba moviéndos
CAPÍTULO 31: EL BRONCEADOR.—¿Qué demonios crees que estás haciendo? —bramó Artem, conteniéndose para no gritar.Liana abrió los ojos lentamente, mirándolo a través de sus gafas de sol con una calma desquiciante, como si la situación fuera de lo más normal.—¿Qué quieres decir? Solo estoy tomando el sol —respondió, con una sonrisa que parecía querer provocarlo.Artem resopló, presionando el puente de su nariz con evidente frustración.—¡Liana... estás prácticamente desnuda frente a mis hombres! —gruñó, señalando su bikini—. ¿Te parece bien andar así delante de ellos?Ella se alzó de hombros, sus ojos brillando con una pizca de diversión.—Son tus guardaespaldas. No les importo de esa manera.—Pues lo que veo es a mi esposa exhibiéndose de más —la recriminó, con los ojos clavados en su bikini diminuto.«Malditos trajes de baño deberían ser ilegales», pensó, tragando saliva ante la visión que lo tentaba.Liana alzó una ceja con arrogancia, desafiándolo.—¿Desde cuándo tomar el sol es un
CAPITULO 32: RENDIRSE A LOS DESEOS Él la miró atónito, sin saber qué responder. Y antes de que pudiera abrir la boca, Liana avanzó hacia él. —Te vi, Artem. Te vi dándote placer... por mí. El rostro de Artem palideció un instante, pero luego apretó los labios, tratando de mantener el control de la situación. —La próxima vez, pondré seguro en la puerta. Liana se rió suavemente, sin perder esa mirada seductora. —Ese no es el punto. —Dio un paso hacia él, reduciendo la distancia entre sus cuerpos—. Una cerradura no va a hacer que dejes de desearme. Artem negó con la cabeza, pero las palabras de Liana lo desarmaban. Su respiración se volvió más agitada, tratando de contener la tormenta de emociones que ella desataba en su interior. —Lo haces, Artem —continuó ella, con la voz firme, pero cargada de deseo—. Me deseas tanto como yo te deseo a ti. Sin previo aviso, dejó caer su traje de baño al suelo, sus senos ahora desnudos delante de él. Artem tragó duro, sus ojos fijos en l
CAPÍTULO 33: UNA Y OTRA... Y OTRA VEZ...Liana caminaba nerviosa por la habitación, su respiración más acelerada mientras la expectativa la consumía. Llevaba un sensual camisón de encaje negro, una elección que había hecho Tatiana en su última salida de compras. La tela era delicada y transparente, dejando poco a la imaginación. El escote profundo acentuaba sus curvas, y el borde de la prenda apenas rozaba la parte superior de sus muslos, haciéndola sentir vulnerable y poderosa al mismo tiempo.Mientras caminaba de un lado a otro, sus pensamientos eran un torbellino de deseos y temores. Sentía cómo el calor se acumulaba en su vientre, la ansiedad y el deseo entrelazándose. Quería esto, lo había deseado desde que Artem la había mirado por primera vez de esa manera tan intensa. Pero ahora que el momento estaba tan cerca, su corazón latía con fuerza y los nervios invadían cada parte de su ser.Se detuvo frente al espejo una vez más, revisándose. Se alisó el camisón, asegurándose de que t
CAPITULO 34: PERVERSA COMO HERMOSA.—Hueles tan bien, malyshka —murmuró, su aliento caliente rozando su piel sensible—. Podría quedarme aquí toda la noche, saboreando cada parte de ti. —Sus manos abrieron los labios de su coño, antes de deslizar lentamente la lengua hacia su clítoris, donde sus palabras se volvieron aún más sucias—. Quiero que te corras en mi boca, que me empapes con tu jugo, malyshka. Quiero que grites mi nombre hasta que no puedas más, y luego lo haré de nuevo, hasta que no puedas ni mantenerte en pie. Artem no le dio tiempo para procesar sus palabras. Su lengua se deslizó otra vez sobre su clítoris con movimientos lentos y expertos, y Liana sintió cómo una ola de placer la invadía de inmediato. Su cuerpo tembló, y ella tuvo que sostenerse de los hombros de Artem, cerrando los ojos mientras pequeños jadeos escapaban de su boca. Sin apartar su mirada de Liana, levantó una de sus piernas y la colocó sobre su hombro, dejando su sexo completamente expuesto para él. Li
CAPÍTULO 35: ¿ME DEJAS VERLA?Artem soltó una risa suave que hizo erizar cada vello del cuerpo de Liana.—¿Vas a decirme o no? ¿Con cuántas mujeres he estado?—Hmm... —él la miró con una sonrisa pícara mientras sus dedos seguían acariciando su espalda, bajando por el hueco de su columna—. ¿Te importa tanto, krasotka? —Se inclinó hacia ella, dándole un rápido beso en los labios.— ¿No es más importante si te gustó cómo te hice venir?Liana dejó escapar una risa divertida por la picardía de su respuesta.—Si quieres saberlo, fue... mejor que mis desastrosos intentos —confesó entre risas, sorprendiendo a Artem, quien arqueó una ceja, claramente intrigado.—¿Intentaste darte placer?Liana suspiró, avergonzada, apartando la mirada por un momento antes de asentir.—Sí... una vez... cuando estaba en el convento —admitió, mordiéndose el labio. Artem tragó, divertido pero al mismo tiempo ansioso por saber más.—¿Y cómo lo hacías? —preguntó, con un tono bajo y sensual, como si estuviera a punto
CAPÍTULO 36: RELACIONES OCULTAS.A la mañana siguiente, Liana despertó sola en su habitación. No tenía idea de si Artem había pasado la noche allí o si se había marchado en algún momento. Después de que él le enseñara cómo masturbarlo, le había dado el segundo mejor sexo oral de su vida, y sin darse cuenta, se había quedado dormida.Sin embargo, había una sonrisa complacida en sus labios. Había logrado su cometido, aunque no del todo, pero era un buen comienzo. Estaba decidida a obtener de Artem todo lo que deseaba. La única pregunta que resonaba en su mente era si él estaría dispuesto a entregárselo.Con un suspiro, tomó su teléfono y marcó el número de Tatiana. Tenía que ponerla al tanto de lo que había sucedido.Mientras tanto, en el despacho de Alexei, Artem observaba unas fotografías con el ceño fruncido.—¿Estás seguro? —preguntó, mirando a su amigo.—Sí —respondió Alexei—. Stefano es gay, pero ha mantenido su relación en secreto. Es lógico, en la organización de Rossi esa incli