PIERO SANTORINIMuchas veces me pregunté que me deparaba el destino, que sería de mí y mi familia. Ahora que mi padre y Petro no se encontraban a mi lado, que descansaban en paz quizás. Que Ginebra estaba cada vez más lejos de mí, que Pierina había perdido al padre de su hijo y el gran amor de su vida. Me preguntaba, ¿Valió la pena realmente hacer todo lo que hice en el pasado por construir esto? ¿Qué construí realmente? No podía negar que en su momento realmente deseaba aquello, deseaba ser temido, respetado y poderoso. No había logrado más que ganarme enemigos y perdidas, ¿Qué sentido tenía haber conseguido poder y respeto si había perdido lo más importante? ¿De qué me servía tanto dinero y objetos materiales si no tenía con quién disfrutarlo? ¿Qué hacía con miles de millones de dólares si no podía disfrutar de una vida sin atentados? Sin tener que cuidar mis espaldas las putas veinticuatro horas, sin poder salir solo y no escoltado por hombres. Tan miserable era mi vida que no podí
GINEBRA.Mis pensamientos eran una condena absoluta, descansaba en una habitación mientras me encontraba encerrada, luego de la llamada que hice a Georgiano. Dom no me creyó nada así que me golpeo para que le confesará a quién había llamado. Era un idiota, sabía que no podía hacer mucho esfuerzo físico porque me encontraba débil por la pérdida, sin embargo, logre defenderme un poco. Me había sacado de la casa inconsciente y me llevó a otro lugar, por lo que no sabía dónde nos encontrábamos. Me desesperaba el estar encerrada pero peor aún con ese psicópata, era una habitación muy pequeña y bastante cerrada. Tenía una pequeña rendija por donde entraba poco viento y luz.Seguía teniendo recuerdos de mi familia y de mi vida anterior, había un fantasma, un chico sin rostro y me abrumaba por intentar recordarlo lo antes posible pero no funcionaba. Un flashback inundó mi mente:*FLASHBACK*Amaba lo detallista que era ese rubio de ojos claros, al entrar a nuestra habitación vi una caja de ca
PIERO SANTORINI.—Georgiano, ¿sabes algo?—pregunté al encontrarme con él.—No, mis hombres rastrearon la dirección desde donde me llamó. Pero al ir ya no estaba, se la han llevado. —respondió.—¡Joder!—exclame con rabia—, ¿alguna otra pista?—Ninguna, el imbécil es astuto.—respondió.—¿Qué hacemos?—pregunté mirándolo con desdén.—No puede haberla llevado muy lejos, debemos buscarla.—respondió lo obvio.—Harry, ¿crees que puedas rastrearla?—pregunté esperanzado.—Necesito mi computadora, puedo hacer lo que hicimos en Suiza—respondió.—Perfecto, la mandaré a traer.—dije.Salí de la habitación del hotel clandestino en el que me había quedado en encontrar con Georgiano, busqué mi teléfono y llamé a Damián.—¿Dígame señor?—respondió.—Envíame la computadora de Harry a la dirección que te envié por mensaje de texto—ordene. —, ¿Pierina está bien?—Sí, está durmiendo.—respondió—, ya le envío lo que me pidió. —Perfecto.—respondí cortándole la llamada.Estaba por entrar nuevamente, cuando una
GINEBRA.Me desperté asustada temblando del frío, la habitación era muy oscura y no había ningún foco. O fuente de luz. Me acobije más aún con las sábanas sucias que me había dado el imbécil de Dom, me dolía la cabeza y sentía mucho frío. Así permanecí por largas horas hasta que amaneció, la poca luz que entraba por la rendija de la pared me calentó olvidándome totalmente del frío que sentía en unas horas anteriores. Estaba muy aburrida y fastidiada, debía encontrar la manera de escaparme, después de todo esa era mi especialidad. Pensé una y otra vez en alguna idea, pero era complicado, me tenían con los pies amarrados por lo que no podía moverme mucho. ¿Cómo hacía para liberarme? Dom era minucioso, no me dejaba nada que pudiera usar en su contra. La puerta se abrió como siempre creí que sería Dom el que me traería la comida, pero para mi sorpresa era otra persona, un chico castaño muy alto y fornido.—Escúchame bien, ayudaré a Piero a rescatarte—avisó en susurros muy cerca de mí—, te
GINEBRA.Regresamos al hotel en el que se estaban quedando, abracé como por una hora a Pierina. Todos juntos cenamos y hablamos de todo lo que había sucedido en este tiempo, conocí a Harry un chico muy inteligente y bastante divertido.—Es un gusto por fin conocerla, he escuchado mucho de usted—dijo el chico.—El gusto es mío, espero que cosas buenas—divertí. —, papá, ¿Y Gian?—En Sicilia, no podía exponerlo. Nos están cazando, hija. —respondió como si fuese lo más obvio y realmente tenía razón.—Tienes razón, pero muero por verlo—respondí.—¿Cómo que nos están cazando?—preguntó Pierina sorprendida mirando fulminante a Piero.—Gracias Georgiano, ahora se alterará—respondió Piero, mientras Pierina le lanzaba un salami a la cara. —, hay un enemigo que no conocemos, tampoco sabemos nada de él.—¿Y? ¿Es peligroso?—preguntó.—No lo sabemos aún, ha intentado matar a Ginebra en la estación del tren y fue quién intentó matar a Georgiano en Budapest.—respondió el mencionado.—Vale, otro psicóp
GINEBRA.Estábamos viajando con rumbo a Sicilia, estaba muy contenta por finalmente ver y abrazar a Gian. Piero, Pierina, Harry y la niñera venían conmigo. Me sentía muy feliz, por fin estaba en casa y con mi verdadera familia. Le estaba tomando un gran cariño a Harry, era un chico muy tierno y muy sensible. Sé que aparentaba ser fuerte y duro, pero la realidad era que desde niño le tocó vivir así, en la calle y luchando solo. Peor en prisión, que si era blando lo volvían mascota. Amaba que Piero lo había sacado de ese lugar, sin duda alguna cada día me demostraba el enorme corazón que tiene. Pierina por su parte estaba evitando a toda costa el tema de ella y Damián, lo cual se me hacía muy extraño. La niñera de Alessandro era muy tímida y reservada por lo que poco conversábamos. El jet aterrizó y mis nervios estaban a flor de piel. Era extraño sentirme así si era mi familia, pero eran nervios por la emoción de finalmente verlo de nuevo después de tanto tiempo. Nos bajamos y camin
64.GINEBRA.—¿Por qué me preguntas eso, Ginebra?—preguntó sorprendida—, ese hombre respira por y para ti.—Lo sé, pero ¿crees que sería capaz de hacer algo así?—pregunté—, tú eres la hermana, lo conoces mejor.—Si lo estas considerando es porque pasó algo, dímelo—exigió saber—, porque juro que sí lo está haciendo le cortare los testículos. Uno por uno. ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀—Lo escuche hablando por teléfono—suspire y le conté todo lo que había escuchado—, ¿crees que estoy exagerando?—¿En verdad escuchaste todo eso?—preguntó molesta y sorprendida—, iré a buscar las tijeras.—Sí hablaba a escondidas en la cocina, no fui capaz de decirle nada—respondí.—La verdad me preocupa, porque él te ama mucho—respondió—, no se cansó de buscarte, nunca se rindió.—Lo sé y lo amo demasiado—respondí—, Pierina, ¿él estuvo con alguna mujer en todo este tiempo? Digo, es hombre sé que tiene necesidades. ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀⠀
PIERO SANTORINI.Me dolía actuar de esa manera con ella, sabía que su mente estaba a mil por hora. Pero ¿Qué podía hacer? No podía explicarle todo, no aun, primero necesitaba entender que era lo que estaba sucediendo. Ni yo entendía muy bien la situación, menos ella. Todo podría complicarse y terminar peor, así que con todo el dolor de mi alma subí al jet. Sin voltear a mirarla siquiera, la vi correr despavorida a la casa. Georgiano la recibió en el pórtico, seguro querría matarme si ella le contaba lo que estaba sucediendo. ¿Tan mal se escuchó mi llamada? Liam me había llamado después de mucho tiempo, hablar con él me llenó de paz. Amaba a ese niño, no me pareció raro que me llamará ya que estaba con su padre. Pero la situación se tornó mucho más extraña cuando el ex esposo de Margot pidió conversar conmigo. Me sorprendí, pero aun así acepté, me citó con mucha urgencia, según él era de vida o muerte. Como le prometí a Margot cuidar de él, acepté sin pensarlo dos veces. Me pasaron sus