Limpié lo más rápido que pude, espero no baje Will, me repetía una y otra vez en mi cabeza, cuando deje todo reluciente, me dedique a buscar algo para comer, en estos días no han traído el supermercado, saque lo poco que encontré. Como pude termine de cocinar un par de huevos con un poco de tocino, una manzana algo pasada y un zumo de naranja que estaba abierto desde hace días. Comencé acomodando todo en una charola para subirlo a mi habitación, cuando escuché que tocaban la puerta, deje todo en la barra de la cocina, tenía que abrir, ese es mi trabajo aún. Apenas si me acerqué a la sala, vi como Will se pasó de largo abriendo aquella puerta, ágilmente me oculté regresando a la cocina de donde no pude escuchar bien, solo que al abrir la puerta distinguí una voz de un hombre con quien el CEO hablaba. A los pocos segundos cerró la puerta para seguir de largo hacia las escaleras, después de que paso me asome un poco y pude ver como cargaba una caja de gran tamaño que por poco y no
Salimos de aquella oficina, Marion había alcanzado a Rachel quien hervida de coraje, mientras que yo trataba de no caerme por culpa del peso de aquella caja. Al llegar al ascensor tuvimos la suerte de ir a solas, por los que Rachel se desahogó con Marion, comenzó a contarle lo humillante que fue para ella aquella vez en un restaurante que ha sido nombrado como el nuevo 5 estrellas Michelin. Marion intentó animarla un poco, pero su llanto apareció dejando un poco corrido su maquillaje. - ¡Lo sentimos René !, tenemos que ir al tocador para que trate de tranquilizarse Rach - dice Marion tomando de un brazo a su amiga. - No sé preocupen, entiendo - digo sin más mientras sigo peleando en no tirar la caja. - Vamos a llegar al tocador del piso 16, dónde está mi oficina, ha y René , te pido de favor que le entregues a William y te asegures de que empiece a trabajar en ello hoy mismo - me ordena Marion señalando la caja. - Por supuesto - le respondo. - Puedes pedir un taxi en la recepc
Había encontrado de nuevo a Will, esta vez él no se percató de mi presencia por lo que al ver las intenciones de Sabine salí corriendo del lugar intentando no hacer ruido con la puerta, recorrí el largo pasillo hasta llegar al ascensor donde al igual que yo abordaron un par de personas ancianas que irían a un piso más arriba, me dio pena llevarlas conmigo a la planta baja y luego que subieran, así que opte por dejar que llegaran a su destino primero, yo no llevaba rumbo fijo lo único que buscaba era alejarme de aquella incomodidad que estaba pasando en el departamento. Al salir los ancianos del lugar oprimí el botón hacia planta baja, para mi mala suerte no sé qué ocurrió, pero el elevador me llevo al último piso del edificio donde no se veía como los demás pisos, solamente se veía el acceso a la azotea, una sensación de estar sola me inundó, así que era el lugar perfecto. Me siento usada, no puedo volver, tengo que terminar con todo esto, William nunca va a cambiar na
Mi nombre de nacimiento es William O'Ryan, pero hace algunos años decidi ser simplemente ser conocido como "El Errante", se que les sonará extraño puesto que es un simple seudonimo, pero si conocieran mi vida entenderían todo. Desde niño mis padres, un hombre que toda su vida a ser director de uno de los bancos principales del país, mientras que mi madre una mujer que solo se casó con mi padre por interes económico, siempre vivio gastando a mas no poder en casinos y bares nocturnos. Ante la sociedad ambos eran el matrimonio perfecto, tras la puerta todo acababa, nunca se dirigian la palabra, mi hermana mayor Rachel y yo siempre vivimos olvidados por ellos, a ella la enviaron a un colegio para señoritas en Londres, mientras que a mi me continuaban enviado a un Instituto privada de la ciudad.
De niño tuve todo lo que deseaba, excepto una familia. De niño no comprendía como eran las cosas, los únicos recuerdos que tengo de mi infancia son la rutina de siempre, todo el día en el colegio, terminando las clases continuaba con clases extras de natación, de violín, de artes marciales, artes plásticas, cualquier curso o campamento al que se me obstinara a entrar, quise ser el mejor en todo, quise que mis padres se sintieran orgullosos de mí, pero todo fue un fracaso, mi mundo se vino abajo cuando comprendí como era mi vida, un espejismo… Así que ahora me encuentro de nuevo en esta inmensa casa buscando respuestas, mientras me concentro en mi vieja habitación jugando un videojuego en el computador, el cual encontré entre mis cosas, ¿Qué haré con la mansión?, mis padres me han dejado todo, pero qué más da, no necesito nada, con el nuevo software que ha creado la compañ
Pasaron dos días en los que no me he despegado del computador, solo me he dedicado a pedir comida rápida, prepararme el potente café expresso que me ha mantenido despierto por tantas horas. Cambié mi idea inicial, decidí cambiar dichos personajes especiales por insignias, y como lo plenee, los regalaré al azar, ya he hecho la publicidad, así que solo estoy a punto de terminar para que se transmita a través de la misma plataforma del juego y a su vez en las redes del mismo. Es plena mañana así que quien pueda ver la publicidad, estará entrando directo al juego y en base al Chat buscaré a quienes serán los que estén a la altura de ser el blanco de todos. Al terminar de programar, subí aquel gr&
De nuevo vuelvo a estar encerrada en estas cuatro paredes, ¿Acaso nunca estaré tranquila? Hoy me tuve que volver a esconder de mi amargado tío Peter, desde que papá de fue de la casa él se ha hecho carga de mí, es un hombre muy apático, antisocial, hasta algo amargado, no puedo decir que es mala persona porque hasta hoy se ha encargado de darme asilo, pero a un costo muy alto, solo busca la primera oportunidad de conseguir quien se case conmigo. Desde que entré al instituto ha sido la pelea de todos los días, mi tío al haber dedicado la mayor parte de su vida a los negocios, tiene muchos socios, ninguno se le puede decir que son sus amigos, como ya es de esperarse, su amargura aleja a todo aquel que se acerca a él sinceramente, todo el mundo le habla con el interés de que reinvierta con ellos, o lo que ha estado pasando en los últimos años, interesados en mí. Todos esos socios no son más que hombres ancianos que llegan al departamento con obsequios carísimos para él y para mí.
Conforme fui reaccionando aun en el piso completamente mojado por la intermitente lluvia, intento digerir lo que ha ocurrido, ¿Un desconocido me ha salvado?Antes de que pudiera levantarme se abrió de golpe la puerta, y ahí estaba de nuevo, mi sobreprotectora hermana Rachel junto a mi representante Marion, ambas mujeres al verme sobre el asfalto del tejado corrieron con un paraguas hasta donde me encontraba, como pude me reincorpore.- Pero ¿Qué te ha ocurrido William? – me grita Marion.- ¿Por qué te fuiste de la casa sin avisarme? – me regaña Rachel tomándome de los hombros apenas si me levanto completamente.- &ique