CAPITULO 2 GRECIA

Las chicas en la cancha estaban concentradas en cada paso, en las cargadas y las indicaciones que gritaba la capitana.

Ambos equipos tenían entrenamientos fuertes, también llevaban rigurosas dietas y muchas reglas, sin embargo, para las mujeres que pertenecían al equipo todavía era más duro, se necesitaba demasiado temple, fuerza, fortaleza y convicción, las aspirantes se preparaban muchos años antes, desde pequeñas debían tener las mejores calificaciones y un comportamiento adecuado para poder ser alumna de la universidad.

 Cuando eran aceptadas empezaban entrenamientos largos y cansados, donde llevaban clases extracurriculares, baile, ballet, canto, gimnasia entre otras disciplinas antes de querer ser parte o convertirse en una estrella de los Centuriones.

Ya listas se inscriben en la audición de cada año, se hacían filas muy largas para poder tener la oportunidad de presentarte ante los encargados del equipo, desde la entrenadora, capitana, médicos especializados, los altos mandos entre otras personas y marcas importantes que patrocinaban al equipo, eran los que escogen a las mejores futuras animadoras, solamente quedaban cinco de los cientos que iban a las pruebas, era una locura más sin embargo las estudiantes querían ser parte de este equipo a pesar de todas las exigencias que se pedían, las  aspirantes estaban dispuestas a cumplir  todo eso y más, ya que ser una estrella de los Centuriones te habría muchas puertas en tu vida futura como una mujer profesional.

Grecia entrenadora de las estrellas era una mujer que a pesar de ser muy joven era la mejor que habían tenido en mucho tiempo, había ayudado al equipo a traer trofeos nacionales e internacionales por 4 años consecutivos haciendo al equipo de animadoras el mejor a nivel mundial.

Era una mujer muy bella, dura y de carácter fuerte pero en el fondo con un gran corazón, fue animadora hace ya 5 años, poco a poco fue avanzando para hacer una de las mejores hasta convertirse en capitana, su trabajo fue recompensado con varios premios, la entrenadora anterior notó sus capacidades y en aquel tiempo le enseñó mucho, el día que la mujer mayor se jubiló Grecia se hizo la nueva entrenadora, muchos estaban a favor pero otros estaban muy en contra, con el tiempo y todos los campeonatos ganados ella demostró su capacidad, trabajo y liderazgo.

“Grecia”. Se escuchó que la llamaron, ella estaba algo perdida en sus pensamientos y volvió girándose. “¿Qué pasa?”.

Doris rodó los ojos. “Te estoy hablando y no me contestas”. La capitana venía limpiando su sudor con una toalla.

Grecia sonrió bajando la cabeza. “Lo siento… ¿Qué decías?”.

“Terminó la práctica”. Dijo al final Doris, Grecia se volvió hacia las chicas que ya recogían sus cosas para irse a los vestidores. Conversaban entre ellas mientras todas se retiraban, solo una estaba en las bancas, se notaba que algo estaba mal con ella, estaba sola y muy callada, Grecia entrecerró los ojos y caminó detrás de todas.

“Vamos a mi oficina”. Le dijo a Doris y ambas se fueron.

Doris se recargó en la silla cerca del escritorio, estaba en la pequeña oficina de Grecia. “Las rutinas están casi listas, pero debemos mover a Alicia y Bere, no están al tiempo de las demás”.

 Grecia afirmó revisando los papeles que Doris le mostraba.

“Además Jenni ha estado algo extraña, al hacer las cargadas tiene miedo”. Doris mencionó preocupada por la chica.

Grecia recordó que la chica era muy joven, simpática y alegre, tenía apenas unos meses en el equipo, al principio se había integrado muy bien con las demás, era extraño su nuevo comportamiento. “Hablaré con ella”.

Doris asintió levantándose y revisando el reloj en su teléfono. “Ya es hora, las chicas deben estar terminando de lavarse”.

Ambas salieron de la pequeña oficina vieja y pequeña, era extraño todo el gimnasio tenía materiales y muebles de primera calidad solo este lugar estaba descuidado pero limpio.

Llegaron a los vestidores, las chicas estaban listas, Grecia les regaló una corta y pequeña sonrisa, Jenni se acercó en silencio.

“Fue un buen entrenamiento, descansen, nos vemos mañana”. Grecia se dirigió a la chica.  “Jenni acompáñame por favor”. La chica se sobresaltó y obedeció despidiéndose de sus amigas.

Doris las siguió a la oficina de Grecia. Entraron y cada una tomó un lugar, ambas examinaron a la chica mientras Jenni nerviosa jugaba con sus manos.

“Jenni quisiera saber si pasa algo…” Dijo Grecia. Doris siguió. “Intentaremos ayudarte en lo que podamos”.

Jenni miró fijamente a Grecia y empezó a llorar muy angustiada. “No me he sentido bien estos días…”

Doris le comentó. “Debe ser tanta presión para el próximo concurso, té llevare con el médico del equipo y te recetara algunas vitaminas o…”

Jenni negó inmediatamente. “¡No!”.

Doris y Grecia se miraron entre sí. Esperando a que hablara.

La chica bajo su rostro y con lágrimas en los ojos les dio la noticia. “Yo…. Estoy… estoy embarazada”.

Doris se levantó de su lugar estaba a punto de reprenderla, pero Grecia la detuvo levantando la mano y negando su intención de regañar a la chica”.

Grecia se acercó a un lado de Jenni tomó su mano tratando de darle ánimos. “¿Estás segura?”.

Limpiando su rostro la chica afirmó. “Hice una prueba de embarazo y.… fui al médico, tengo dos meses…”

Tanto la capitana y entrenadora estaban en silencio, era muy difícil ser una animadora, pasaban por muchas pruebas y además a cada una se le hacía firmar un contrato donde no podían tener pareja durante los primeros tres años en el equipo, esto incluía no embarazos, ni bodas, ni escándalos, entre otras restricciones que cada mujer debía pasar si quería formar parte del equipo. Ahora Jenni estaba en problemas, la multa y sanciones eran muy altas.

“¿El padre del bebé lo sabe?”. Preguntó Grecia con la intención de ayudarla.

Jenni afirmó con la cabeza. “Él… término conmigo cuando se lo dije… Dice que no es de él… Que lo mejor es que me deshaga del bebé”.

Doris estaba furiosa, era una mujer extrovertida de carácter fuerte. “¡Ese maldito! ¡Dime quien es! ¡Voy a ponerlo en su lugar!”.

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