Conoce Mi Pequeña Sara... Soy Ara Yi... Buena lectura!!!
Grecia no negaría que salía con Noa. “No sabía que me seguía”.Julia la regañó, su tono era fuerte. “Debiste tener más cuidado”. Podías notar su molestia. “Ahora arregla el problema, no quiero gente desconocida aquí de nuevo”.Grecia aceptó lo que la mujer decía.Grecia aprovechó que estaban solas para informarle de sus planes. “Pronto terminara mi contrato, vendré a vivir aquí”.Julia le dejó claro que no la quería ahí. “Esta es mi casa”.Grecia no lo discutió. “Lo sé, compraré alguna cerca y empezaré una escuela de ballet”.Julia resopló. “¿Escuela de Ballet? ¿Aquí? Vas a quedar en la ruina”.“Igual voy a intentarlo”. Decretó. No le importaba lo que dijeran los demás, ella intentaría salir adelante.Julia la ignoró y fue al comedor, la sirvienta ayudó a Lalo y Noa sirviendo la comida.En Monterrey…La mansión de los Alarcón era inmensa, llena de habitaciones y elegancia por donde la vieras, Una mujer de cabello negro largo y lacio paseaba por el jardín junto a su empleada de confian
Grecia no quería soltarla, la extrañaba mucho y se dio cuenta que la pequeña estaba creciendo muy rápido. “No te preocupes, mamá siempre estará para ti, pronto vendré a vivir aquí”. La niña estaba emocionada. “¿De verdad?”. Grecia afirmó. “Buscaré una casa cerca de aquí, para que sigas viendo a tu nana”. La niña se levantó brincando. “¡Si! ¡Mamá vendrá a vivir conmigo!”. Grecia la detuvo poniendo un dedo en sus labios haciendo la señal de silencio. “!Shhh¡, Recuerda”. La niña se sentó y dijo bajito imitando el gesto de Grecia. “No deben saber que eres mi mami, es un secreto”. Grecia sonrió alegre de que su hija fuera tan inteligente. “Bien, vamos a terminar de cambiarte”. La niña se levantó parloteando sobre sus cuentos y muñecas, Grecia la escuchaba atenta mientras terminaba de arreglarla. Abajo… Después de charlar un buen rato de equipos quedaron en silencio, Lalo miró al hombre. “¿La quieres?”. Noa se giró y afirmó rápidamente. “Si, le pedí que nos casáramos”. “¿Aceptó?”.
En el extranjero… Farid revisó unos papeles con un ejecutivo para después ir con su hermano, entró encontrando a Emanuel de pie en la ventana. “Papá hizo una gran fiesta para recibir a ese jugador y ni siquiera estuvimos invitados ¿De verdad somos sus hijos?”. “Igual yo no iría”. Expresó Emanuel. Farid llegó hasta el escritorio de Emanuel dejando los papeles y vislumbro el video en el que aparecía Grecia. Él hizo una línea de su boca. “Pensé que con el paso del tiempo la olvidarías…” Emanuel se giró regresando a su escritorio. “Como voy a olvidar a alguien que me traicionó de la peor manera”. Cerro la laptop hablando de manera dolida. “Se que desde que pasó aquello… Ya no eres el mismo y después cuando papá escogió nuestras esposas aceptaste solo por dolor, también me negaba al principio, pero mira he aprendido a querer a Pamela, la adoro, tu deberías de hacer lo mismo con Rocío y dejar el pasado atrás”. Emanuel no estaba de acuerdo. “No es tan sencillo…” Farid le regaló una so
Grecia y Doris entraron al recinto, había arreglos florales por todos lados, gente hablando del joven que había fallecido y otros llorando, al fondo podías ver al señor Alarcón de pie recibiendo las condolencias mientras su esposa estaba sentada a un lado en un sillón con un tanque de oxígeno, su mirada estaba perdida, se reflejaba gran tristeza en su rostro, se veía tan delgada y pálida, Grecia no quería ni imaginarse el dolor que sentía perder a un hijo. Caminaron hasta ellos y en una orilla Jimena lloraba tristemente mientras reposaba en los brazos de Noa. Grecia se detuvo por un momento al ver la imagen, Noa levantó la mirada encontrándose con los ojos tristes de Grecia, él quería correr hasta ella, pero no era correcto. Grecia se armó de valor y siguió su camino hasta el señor Alarcón. “Mi mas sentido pésame…” Al escuchar la voz la mujer mayor despertó de su aturdimiento encontrándose con la figura de Grecia. Recordó a aquella pequeña niña de las fotos. El señor Alarcón no dijo
Tocaron a la puerta de las dos mujeres, Rocío abrió, era uno de los empleados. “Señora… Pamela, él señor quiere verla”. Pamela fue directo a donde le pidieron ir, al entrar su suegro estaba revisando unos documentos. “Siéntate”. Le dijo, ella obedeció. El señor Gustavo empezó a explicarle. “Ahora que mi hijo Farid no está, debemos resolver tu situación”. Pamela no comprendía sus palabras. Ella no tenia cabeza para enfrentar todavía su futuro. “Este es un cheque por varios millones como compensación por estar con mi hijo, espero que te sirva y puedas seguir con tu vida”. Pamela no tomo el cheque, indignada se puso de pie. “No necesito de su dinero señor”. Era nieta de un alto ejecutivo en una empresa extranjera. El señor lo pensó por un momento y con mirada fría comentó. “La verdad es que quiero ahorrarme asuntos legales... Farid no tenían ningún seguro de vida y su trabajo en la compañía publicitaria era de un simple empleado a pesar de gozar con un gran sueldo, tendrás problemas
Emanuel se despidió y ayudo a Pamela y Rocío a subir al auto, las llevo a una de sus propiedades en a la ciudad. Pamela le informó. “Mañana regresare al extranjero con mi abuelo”. Emanuel le explicó. “Me disculpo por lo que te dijo mi papá, Farid tenía algunas propiedades en el extranjero y varias cuentas, ambos teníamos más negocios que mi papa no tiene conocimiento”. Pamela rio triste. “Cambiaria todo eso por tenerlo conmigo…” Giro a ver a Rocío que hablaba con la tía Lorena y su suegra Isabel por teléfono. “Solo… Cuida a Rocío por favor, no está acostumbrada a esta ciudad”. Emanuel levanto la mirada viendo a su esposa. Si Rocío se quedaba estaría siempre sola, Emanuel no pasaba mucho tiempo con ella. “Creo que sería mejor que se fuera contigo, mientras arreglo la situación de mis padres”. Pamela hizo una línea de su boca. “Platícalo con ella”. Rocío giro su mirada hacia Pamela y Emanuel y les sonrió. Mas tarde Emanuel le pidió que hablaran. “Pamela se ira mañana, deberías vo
En la oficina del presidente… El señor Gustavo revisaba unos pendientes, hoy estaba de mal humor, su esposa no volvió a la casa, molesto canceló sus tarjetas y ni así se comunicó con él. Lo único que lo animaba esos días es que al fin se desharía de Grecia después de tantos años. Empezó a sudar frío, su pecho dolía, se levantó para caminar por la oficina y cayó al suelo. La secretaria al escuchar el golpe entró rápidamente. “¡Señor!”. Corrió hasta él gritando por ayuda. La ambulancia llegó rápidamente, todos estaban atentos a lo que pasaba, Grecia terminaba de recoger sus cosas en la oficina para irse, Doris la acompañaba. En el hospital… Emanuel llegó encontrándose con una Jimena histérica. “¡Papá! ¡Déjame entrar a verlo! ¡¿Quién te crees que eres?!”. Gritaba a los médicos. El doctor trataba de tranquilizarla. Emanuel llegó advirtiéndole con la mirada, ella se quedó en silencio llorando. “¿Cómo está mi papá doctor?”. El hombre mayor se dirigió a Emanuel. “Tuvo un preinfarto, d
Años atrás…En la mansión de los Alarcón, Grecia respiro hondo antes de bajar del coche, el abogado la esperaba en la puerta. “Señorita Medina, bienvenida la estamos esperando”.Al entrar caminaron por el gran recibidor hasta el comedor donde se escucha la voz antipática de Jimena. “¿Quién es esa persona que tenemos que esperar? Se me hace una falta de respeto, mi abuelo no pudo haber mencionado a nadie más en su testamento…”El abogado entró y detrás estaba Grecia, todos contemplaron a la mujer sin comprender que estaba haciendo ahí. Jimena inmediatamente se levantó. “¿¡Tú qué haces aquí!? ¡Lárgate!¡No fue suficiente lo que le hiciste a mi hermano!”.Emanuel la miraba sin comprender. El señor Alarcón frunció el ceño, pero estaba más calmado. Su mirada era penetrante.Grecia tranquila estaba en silencio, el abogado se interpuso para que Jimena no se acercara y les indicó. “La señorita Medina está en el testamento del señor y tiene que estar presente”.Todos se miraron entre sí en el g