Doris estaba inquieta al ver que la chica se unirá al equipo, ya tenía una idea de lo que pasaría. El entrenamiento siguió, Grecia le explicaba cómo trabajaba el equipo diariamente a Jimena y ella estaba atenta aprendiendo todo, algunas cosas no eran de su agrado y se molestaba, en otras inmediatamente mencionaba que serían removidas, fue una mañana tediosa y larga para Grecia.
Al terminar Doris y Grecia se fueron a su oficina. Doris estaba exhausta. “¡No puedo creerlo! Esa chica es una …”
Grecia estaba tranquila y observaba algunas fotos en una repisa, era de sus cinco años en la universidad. “Sabíamos que este día llegaría. Era solo cuestión de tiempo”.
Doris resopló. “Pues sí, pero… No se… me imaginaba que por tu trabajo y trayectoria harían una excepción… Pensé que los directivos votarían para renovar tu contrato… no se algo… mágico pasaría al final”.
Grecia negó con la cabeza burlándose de las ocurrencias de su amiga y se sentó en su escritorio. “Igual no pensaba quedarme”. Ella se recargo en la mesa. “Estos años, aunque he vivido muchas experiencias buenas, también la he pasado mal”.
Doris se acomodó mirando a su amiga atenta. Y sí. Ella fue testigo de todo lo que pasó a lo largo de estos años.
La intención de Grecia no era quedarse. “Tengo suficiente dinero para empezar un negocio, además de mis estudios en administración, puedo seguir adelante”.
Doris murmuró. “Si te vas… Sé que yo seré la segunda en ser despedida”.
Grecia estuvo de acuerdo con su amiga. Ellas no eran del todo aceptadas ahí. “Necesitamos resolver lo de Jenni, antes de que Jimena se dé cuenta”.
“Sería muy malo si se entera esa niña malvada, sabes bien de lo que es capaz”. Doris reflexionó.
Recuerdo de Grecia.
Jimena gritaba histérica. “¡No! ¡Tú no puedes! ¡No lo permitiré!”. Ambas forcejeaban, estaban en las escaleras de emergencia de un hospital. Grecia trató de calmar a la chica que estaba como loca, la atacaba sin parar a manotazos, en un instante Jimena aprovecho y empujo a Grecia por las escaleras, al sentir que perdía el equilibrio, Grecia manoteó agarrando el vestido de su atacante tratando de aferrarse a algo y no caer, ambas rodaron por los escalones.
Tiempo después, Grecia con un brazo enyesado y collarín, el rostro lleno de arañazos y el labio rotó, le pedía perdón a Jimena. “De verdad siento mucho haberte… tirado por las escaleras… Espero que puedas perdonarme”.
Jimena con mirada altanera sonreía ante la pobre Grecia, tenía un moretón en la ceja y un cabestrillo. Eso no la detuvo para insultar a Grecia. “¡Eres una estúpida! ¡Pudiste haberme matado!”. El señor Alarcón estaba en la misma habitación escuchando a las dos mujeres en silencio.
Fin del recuerdo.
“A partir de ahora y hasta que sea el término del contrato debemos ser precavidas”. Le advirtió Grecia a Doris quien entendió inmediatamente.
En el extranjero…
En una oficina un hombre miraba un video en su laptop. “Las estrellas ganan el campeonato por cuarto año consecutivo…” Era una nota vieja en un programa de televisión, mientras el reportero hablaba mostraban imágenes de las animadoras y el equipo.
Farid entró a la gran oficina de su hermano. “¡Emanuel ¡Estos documentos no están correctos! la cantidad está errónea y faltan datos”.
El hombre en el escritorio era Emanuel, un hombre maduro, alto y guapo, ambos eran muy parecidos, pero él era mayor, se notaba la madurez en su rostro, paró el video que miraba cerrando la pantalla, alejándose de la laptop, se quitó los lentes y cansado se rascó los ojos. “Lo revisaré de nuevo”.
Farid se sentó frente a él. “¿Qué pasa? Has estado muy distraído últimamente”.
Antes de que contestara la puerta se abrió, dos mujeres jóvenes y elegantes entraron, una de ellas se fue directo con Farid, él se levantó abrazando a la mujer. “Rocío y yo venimos a secuestrarlos”.
La otra mujer rubia entró con timidez mirando a Emanuel.
Farid se burló. “Si no es un buen restaurante no acepto”.
La mujer pelirroja se abrazó más a Farid. “Claro que sí cariño ¿Qué te parece tu favorito?”.
Farid sonrió. “Me parece perfecto”. Se dirigió a su hermano. “Vamos Emanuel, es hora de la comida, te hará bien relajarte”.
Emanuel miraba a la mujer que estaba detrás de la pareja guardó su portátil y aceptó. “Bien, vamos”.
En el restaurante, Farid levantó su copa. “Brindo por estas dos hermosas mujeres… Mi hermosa esposa Pamela y mi cuñada Rocío, que no sé qué haríamos sin ellas”. La mujer pelirroja hizo un gesto de timidez y se abrazó a Farid. “Cariño, te amo”. Farid le dio un beso ardiente.
La otra mujer rubia solo miro de reojo a Emanuel que estaba muy serio, solo levantó la copa tomando un trago sin mencionar una palabra.
Farid se dirigió a su hermano. “Ya quita esa cara, el trabajo puede esperar”.
Emanuel hizo una línea de su boca y se levantó. “Debemos volver”. Revisó la hora en su reloj.
Las dos mujeres se levantaron, Roció esposa de Emanuel le mencionó en voz baja. “¿Llegarás tarde hoy?”.
Emanuel la observó por un momento. “Si, tengo un compromiso por la noche”.
Rocío bajo la mirada, Pamela intervino. “¿Tienes un compromiso? ¿No recuerdas que día es hoy?”.
Todos miraron a Emanuel, él no recordaba. Pamela rodó los ojos. “Es tu aniversario de bodas. ¡Cómo pudiste olvidarlo!”. Emanuel se sintió como un idiota, pero lo oculto. Giro su rostro hacia Roció que estaba al borde de las lágrimas. “Lo siento, te lo compensare”.
Ella levantó la mirada hacia su esposo. “Está bien, sé que tienes mucho trabajo”.
Emanuel sacó una tarjeta de su billetera. “Toma, puedes ir al centro comercial y comprar lo que deseas”.
Antes de que Roció se negara, Pamela tomó la tarjeta negra. “Excelente, no te preocupes, yo misma la llevaré”.
Las acompañaron al auto donde el chofer las esperaba. Pamela se besaba con Farid mientras Emanuel y Roció esperaban a un lado, la mujer pelirroja subió al auto y Farid se despidió. Roció estaba a punto de subir, se detuvo y habló. “Emanuel”.
Él detuvo su camino esperando que ella hablara.
Roció se armó de valor diciendo. “Yo… si deseo algo…y mucho”. Bajo la mirada tímida.Emanuel entendió. “Lo hablaremos en la noche”.Roció alzó su mirada con una gran sonrisa. “¿En serio?”.Emanuel afirmó. “Te veo en casa”.Roció subió al auto y Pamela la felicitaba por ser valiente. “Vez, Te dije que si te comunicas más con él la relación prosperará”.Roció asintió sobre lo que su concuña decía, pero no le importaba mucho, estaba muy feliz porque festejará su aniversario juntos.Pamela parloteaba. “Debes hacer algo casero y rico…mmmm. Y un buen vino”. Tuvo una idea. “¡Ah! Vamos al centro comercial, te llevaré a comprar lencería sexy”.Roció giró a ver a la mujer. “¿Qué? ¿Cómo crees? ¡Qué vergüenza!”.Pamela la regañó. “Roció a este paso lo perderás, su vida es tan monótona, debes ser atrevida para que él esté más interesado”.Roció no dijo ya nada, era cierto, aunque estaban casados la relación de ellos era muy insignificante, Emanuel estaba completamente ocupado con el negocio, a vec
Norte de México, Monterrey.Habían pasado dos semanas desde que Noa le pidió matrimonio a Grecia, todo se calmó y ella agradeció, sin embargo, la fecha prevista estaba por llegar, el fin de semana Noa seria presentado como el nuevo jugador de los Centuriones.Doris y Grecia estaban en el centro comercial buscando un vestido para la gala. “¿Te parece este?”. Grecia negó ante la prenda que su amiga le mostró. “Es muy llamativo”.Doris se molestó reclamando y haciendo movimientos exagerados burlándose. “Es la presentación de tu prometido, debes estar a la altura”.“Nadie sabe que es mi prometido ni quiero que lo sepan todavía”. Grecia informó encontrando un vestido gris plata y se lo midió encima finalizando. “No es buena idea decirlo, sé que él quiere ganarse su lugar con sus propios méritos, si damos la noticia y nos vinculan tendremos a la prensa encima”. “Cierto, debes esperar un mejor momento”. Doris estuvo de acuerdo.En la caja pagaron sus vestidos, en ese momento entró Jimena co
Grecia y Doris desde su asiento no dejaban de ver la escena, Noa caminaba y saludaba a la gente alrededor con una gran sonrisa, todos querían fotografiarse con el nuevo jugador, Jimena nunca lo soltó, estaba muy animada y se recargaba en Noa siempre que tenía oportunidad. Doris susurró. “Amiga… ¿Quieres que nos vayamos?”. Grecia negó con la cabeza, se levantó apresurada. “Vuelvo enseguida”. Ella pasó entre la gente. “Permiso”. Estaba ofuscada, su corazón latía muy rápido. Noa que la buscaba desde hace un tiempo la vio irse, alejó la mano de Jimena y amablemente le dijo. “M permites unos minutos”. Jimena no podía hacer una escena frente a él, pero estaba disgustada. “Está bien”. Noa siguió el camino por donde Grecia desapareció. Ella se miraba en el espejo del baño mientras otras mujeres entraban y salían, su conversación era acerca de la pareja. -Viste a Jimena y Noa. -Si, se ven tan bien juntos… -Son perfectos, parece que tienen algo… Se nota que se gustan… Grecia escuchab
Por la tarde Jimena visitó a su padre. “Estoy decidida papá, quiero a Noa para mí”. El señor Alarcón tenía curiosidad. “No crees que eres muy joven para eso”. Jimena defendió su sentir. “Es el indicado para mí, se convertirá en el mejor mariscal de campo del país y yo seré su futura esposa”. El hombre se río de las ocurrencias de su hija, se acercó dándole un abrazo. “Será como mi princesa quiere”. Noa apareció en la puerta de Grecia, ella dejó que entrara. “¿Por qué te fuiste de la fiesta?”. Preguntó Noa caminando por la sala. Grecia avanzó detrás de él, invitándolo a sentarse. “Estaba cansada”. Le explico. “Lo de anoche… el señor Alarcón me pidió que aceptara a su hija como acompañante, no pude negarme, espero no te hayas molestado”. Noa no quería malos entendidos con Grecia. Grecia lo escuchaba atenta. Él acortó la distancia tomando sus manos. “Todo lo que hago en este momento es para nosotros, es… solo… formalidades, pronto podremos estar juntos y decírselo a todos, estarem
Después de que Rogelio se fue, Grecia fue directo a la habitación, donde Doris lloraba en silencio, al ver a su amiga aseguró. “Se acabó”. Grecia entendió de inmediato y se acercó a su amiga abrazándola. Unos días pasaron… Grecia seguía preparando a las animadoras, ahora ya con Jimena más metida en la organización, daba su opinión y cambiaba cosas, Grecia las aceptaba sin decir nada, los cambios que hacía no le beneficiaban al equipo y en el futuro se iría para abajo, el próximo concurso estaba en puerta y las estrellas no estaban listas por el cambio de coreografías o pasos. Doris tampoco se quejó, le dio la oportunidad de que hiciera lo que quería. En el otro lado de la cancha, Noa entrenaba acoplándose al equipo, en momentos buscaba a Grecia con la mirada, no había tenido la oportunidad de hablar con ella en persona solo por mensaje o llamada, deseaba verla y abrazarla, cuando quería hacerlo siempre aparecía Jimena para interrumpirlos, sentía que Grecia se alejaba de él poco a po
Grecia no negaría que salía con Noa. “No sabía que me seguía”.Julia la regañó, su tono era fuerte. “Debiste tener más cuidado”. Podías notar su molestia. “Ahora arregla el problema, no quiero gente desconocida aquí de nuevo”.Grecia aceptó lo que la mujer decía.Grecia aprovechó que estaban solas para informarle de sus planes. “Pronto terminara mi contrato, vendré a vivir aquí”.Julia le dejó claro que no la quería ahí. “Esta es mi casa”.Grecia no lo discutió. “Lo sé, compraré alguna cerca y empezaré una escuela de ballet”.Julia resopló. “¿Escuela de Ballet? ¿Aquí? Vas a quedar en la ruina”.“Igual voy a intentarlo”. Decretó. No le importaba lo que dijeran los demás, ella intentaría salir adelante.Julia la ignoró y fue al comedor, la sirvienta ayudó a Lalo y Noa sirviendo la comida.En Monterrey…La mansión de los Alarcón era inmensa, llena de habitaciones y elegancia por donde la vieras, Una mujer de cabello negro largo y lacio paseaba por el jardín junto a su empleada de confian
Grecia no quería soltarla, la extrañaba mucho y se dio cuenta que la pequeña estaba creciendo muy rápido. “No te preocupes, mamá siempre estará para ti, pronto vendré a vivir aquí”. La niña estaba emocionada. “¿De verdad?”. Grecia afirmó. “Buscaré una casa cerca de aquí, para que sigas viendo a tu nana”. La niña se levantó brincando. “¡Si! ¡Mamá vendrá a vivir conmigo!”. Grecia la detuvo poniendo un dedo en sus labios haciendo la señal de silencio. “!Shhh¡, Recuerda”. La niña se sentó y dijo bajito imitando el gesto de Grecia. “No deben saber que eres mi mami, es un secreto”. Grecia sonrió alegre de que su hija fuera tan inteligente. “Bien, vamos a terminar de cambiarte”. La niña se levantó parloteando sobre sus cuentos y muñecas, Grecia la escuchaba atenta mientras terminaba de arreglarla. Abajo… Después de charlar un buen rato de equipos quedaron en silencio, Lalo miró al hombre. “¿La quieres?”. Noa se giró y afirmó rápidamente. “Si, le pedí que nos casáramos”. “¿Aceptó?”.
En el extranjero… Farid revisó unos papeles con un ejecutivo para después ir con su hermano, entró encontrando a Emanuel de pie en la ventana. “Papá hizo una gran fiesta para recibir a ese jugador y ni siquiera estuvimos invitados ¿De verdad somos sus hijos?”. “Igual yo no iría”. Expresó Emanuel. Farid llegó hasta el escritorio de Emanuel dejando los papeles y vislumbro el video en el que aparecía Grecia. Él hizo una línea de su boca. “Pensé que con el paso del tiempo la olvidarías…” Emanuel se giró regresando a su escritorio. “Como voy a olvidar a alguien que me traicionó de la peor manera”. Cerro la laptop hablando de manera dolida. “Se que desde que pasó aquello… Ya no eres el mismo y después cuando papá escogió nuestras esposas aceptaste solo por dolor, también me negaba al principio, pero mira he aprendido a querer a Pamela, la adoro, tu deberías de hacer lo mismo con Rocío y dejar el pasado atrás”. Emanuel no estaba de acuerdo. “No es tan sencillo…” Farid le regaló una so