CAPITULO 4 CAMBIOS

Doris escuchó a su amiga, pero no podía creerlo. “¿Qué?”.

Grecia siguió. “No es todo. Quiere que vivamos juntos… Me pidió que nos casemos”. Ella dijo eso último mostrando el anillo en su dedo.

Inmediatamente Doris tomó la mano examinando el anillo. “¡Es muy bonito!”. Miró a su amiga. “¿Porque no estas feliz?” La interrogó. “¿No lo amas?”.

Grecia suspiro largo. “No es eso… solo que me hubiera gustado que hablara conmigo primero… Nuestra relación era perfecta, él iba y venía, yo lo visitaba, estábamos bien”.

“Han estado juntos bastante tiempo, Noa debe querer algo más serio, de verdad te ama Grecia”. Doris le recordó.

Grecia sonrió pensativa. “Lo sé... Es solo que… Todo ha sido una gran noticia, es difícil de procesar”.

Doris se levantó de su asiento. “Vamos a entrenar, te ayudará a despejarte, las chicas ya deben estar en el campo”.

Grecia aceptó, levantándose, cuando iban por el pasillo, uno de los empleados la llamó desde lejos. “Señorita Medina, el señor Alarcón quiere verla en su oficina”.

Doris y Grecia inmediatamente se miraron en silencio, Grecia agradeció. “Iré en un momento”.

Cuando el chico se fue, Doris comentó. “¿Qué querrá el jefe?”.

Grecia estaba algo inquieta. “Recuerda las fechas… Casi es el tiempo”.

Doris afirmó. “Iré a entrenar a las chicas ¡Suerte!”.

Grecia se fue al contrario de Doris. Entró a una zona muy elegante, desde que caminabas por el pasillo, había fotografías alusivas a la universidad, de ambos equipos entre muchas otras que demostraron lo grande que era la escuela en todo el país y partes del mundo. Grecia llegó hasta el escritorio de la secretaria. “Buenos días”.

La mujer le sonrió de manera altanera. “Señorita Medina…” Lo dijo de forma amarga.

Ignorando su actitud, Grecia no dijo nada, lo último que quería es un problema con la mujer a leguas se notaba que no era de su agrado. “El señor Alarcón quiere verme”.

La secretaria afirmó levantándose de su escritorio, tocó la puerta de su jefe quien pidió que pasaran, ambas entraron, la secretaria la anunció. “Señor, la señorita Medina está aquí”.

El hombre al levantar la mirada se encontró con la de la chica, él era muy serio y reservado. “Bien, puedes irte”.

La secretaria se fue cerrando la puerta. El señor Alarcón volvió a sus papeles.

Grecia se quedó en silencio de pie esperando a que el hombre hablara.

El señor Alarcón se levantó de su lugar y caminó por la oficina. “Grecia…” Mencionó de forma despectiva. “Como recordarás, tu contrato como entrenadora con la universidad pronto terminará y debemos prepararnos para el futuro del equipo…”

Grecia se acomodó en su lugar y sin miedo contestó. “Lo sé”. Ya estaba preparada para esta conversación, tarde o temprano llegaría el día.

“Es por eso que quiero que empieces a preparar a la nueva entrenadora”. Soltó con voz profunda.

En eso la puerta se abrió. “¡Papi!”.

El semblante del hombre cambió por completo abriendo sus brazos hacia la linda mujer elegante que entró. “Hija”.

La chica vestía a la moda y su maquillaje era delicado, tenía una buena figura y llamaba mucho la atención. “Perdón por llegar tarde, el tráfico, ya sabes cómo es en la ciudad”. Ella giró para que su mirada se encontrara con la de Grecia, no era de su agrado tampoco. “Grecia…”

Grecia solo la miro en silencio, esta chica era muy difícil de tratar, era hija del jefe y por ende una niña rica y caprichosa.

El señor Gonzalo Alarcón sin dejar de abrazar a su hija dio la noticia. “Mi pequeña Jimena está lista para quedarse con el equipo de Animadoras”.

Jimena sonrió de oreja a oreja.

Grecia no dijo ni pío… Respiro profundamente ante la noticia, pero respetó las decisiones del señor. “Lo entiendo”.

El señor Alarcón le dio unas últimas indicaciones. “Te pido que por el momento esto lo mantengamos en secreto, más adelante haré una rueda de prensa dando las nuevas noticias, por lo pronto Jimena debe ir conociendo a las animadoras y la forma de trabajar”.

 Ambas salieron juntas. Caminaban hasta el campo en silencio, una no tenía nada que decirle a la otra. Jimena observó a los jugadores. “Debe ser increíble estar frente a hombres tan guapos todos los días”.

Grecia no dijo nada, no quería discutir con la chica. Jimena siguió. “Se que pronto habrá nuevos jugadores, papá ha hecho muy buenos negocios, el equipo será el mejor de nuevo”.

Recordando a Noa, Grecia solo hizo una línea de su boca, ese también era un asunto que debía resolver con su novio.

“Mis hermanos Farid y Emmanuel están felices en el extranjero con sus esposas, parece que pronto seré tía… ¿No te alegra?”.

Grecia se detuvo por unos segundos al escuchar los nombres. Reaccionó rápido. “Si. Me alegra”.

Jimena se quedó mirándola buscando algún indicio de cambio en Grecia, sin embargo, no mostraba nada. Al no tener resultado siguió caminando y se centró en las animadoras. “Ahora que sea la entrenadora habrá muchos cambios… “

Grecia giró su mirada hacia las chicas, algunas conversaban mientras descansaban unos minutos para seguir con la rutina, Doris estaba con Jenni conversando. Grecia inmediatamente entendió las intenciones de la joven recién llegada.

Jimena aun así siguió. “La capitana ya es algo vieja, deberíamos buscar gente nueva, sangre fresca ¿No crees?”. Quería molestarla.

Grecia aguantó su molestia sin decir nada, de ahora en adelante tenía que ser más precavida.

Llegaron al campo. Todas las animadoras se reunieron, Grecia observó a cada una, a pesar de ser dura con ellas las quería y conocía a todas y a sus familias, sin embargo, el futuro era incierto para muchas de ellas, todo cambiaría. “Buenos días chicas, les presento a la señorita Jimena Alarcón”.

Todas susurraron se miraron entre sí, conocían su identidad, era hija del dueño de la universidad, era extraño que ella estuviera aquí, se decía que estudiaba en el extranjero en las mejores escuelas.

Grecia prosiguió. “A partir de hoy estará en el equipo”.

Jimena sonrió. “Me alegra estar aquí, espero que todas me acepten”. Todas las animadoras se acercaron para darle la bienvenida.

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