Jenni se asustó un poco por la reacción de su entrenadora. Grecia trató de calmar a su amiga y pensó un poco preguntando. “¿Es alguien de la universidad?”.
Jenni afirmó.
Indagando más siguió. “¿Es alguien del equipo?”. Esperaba una respuesta negativa, pero Jenni volvió a afirmar.
Doris no podía creerlo. “Jenni ¿¡Cómo pudiste?! Se sabe que con los jugadores no se puede salir, está prohibido, firmaste un contrato”.
Jenni sollozó. “Lo sé… Lo sé… Nos encontramos en una fiesta, hablamos y es muy guapo, yo solo… me enamore...”
Doris se dejó caer en la silla. “¿Cómo se llama? ¿Quién es?”. Quería saber cuál de todos los idiotas la había engañado, a leguas se notaba que la chica era muy ingenua y fácil de engañar.
Jenni lo pensó por unos segundos, pero bajó tímidamente su rostro.
Suspirando largo Grecia con la mirada le pidió a Doris que se tranquilizara. “Ve a descansar, hablaremos con más calma mañana”.
La chica salió de la oficina con pésimo ánimo.
Doris estacionó el auto en el edificio donde vivían juntas. “Te veré mañana”. Le dijo a Grecia, esta se burló. “Te quedarás de nuevo con Rogelio? ¿Ya han pasado semanas? ¿No volverás al departamento? Me siento muy sola”. Se quejó.
Doris levantó los hombros en señal de indiferencia. “No lo sé… Él me pidió que me quedara y hasta ahora, la pasamos bien”. Había estado saliendo con un jugador en secreto durante más de un año.
Grecia se alegraba por su amiga. “Bien. Nos vemos mañana”. Bajo del auto despidiéndose. Subió por el elevador, al llegar al piso 10 las puertas se abrieron, ya llevaba las llaves en sus manos, abrió la puerta y encendió las luces, se dio cuenta que no estaba sola, escuchó ruido en la cocina y absorbió con su nariz el olor delicioso a comida, caminó hasta la puerta encontrándose con un hombre alto de pelo corto que llevaba un delantal, el tarareaba mientras disfrutaba cocinando.
Grecia se recargo en el marco de la puerta mirándole el trasero. “Noa… ¿Por qué no me llamaste? Podría haber venido más temprano”.
El chico giró regalándole una gran sonrisa, se limpió las manos en el delantal para acercarse a Grecia, la levantó haciéndola emitir un chirrido y la sentó en la barra. “Era una sorpresa”. No la dejó hablar, se apoderó de sus labios, entre besos le menciono. “Esperaba terminar la cena antes de que llegaras”. Grecia no se opuso, colocó sus manos en el cuello del hombre para intensificar más las caricias.
Noa se alejó poco de ella dándole la noticia. “¿Adivina quién es el nuevo jugador del equipo de los centuriones?”.
Grecia entrecerró los ojos. “¿Quién?”.
El levantó las cejas dándole a entender que era él. Ella se alejó perdiendo toda la sonrisa. “¿Tu?”.
“¡Si! ¡¿No te emociona?! Ya no tendremos que estar separados y podemos comprar un departamento para vivir juntos”. Él seguía con la mirada de alegría.
Ella poco a poco se alejó. “¿Juntos?”.
El seguía con la sonrisa, sin embargo, algo desconcertado por la reacción de su novia. “Si. ¿No quieres?”.
Ella sonrió nerviosa. “Si… Si es solo que… Es algo sorpresivo ¿Por qué no me dijiste que tenías planeado cambiarte de equipo?”. Noa tenía solo dos años en un equipo en otro estado, poco a poco se hacía muy bueno y empezaba a interesarle a varios equipos, tenía un futuro muy prometedor.
Ellos se conocieron en una fiesta, empezaron a conversar por mensajes y se visitaban frecuentemente hasta que Noa le pidió que fuera su novia, al principio Grecia se negó por ser mayor que él, pero paso el tiempo y Noa seguía persistente, hasta que ella lo aceptó, así había pasado un tiempo, entre viajes de él o ella en cada oportunidad que tenían para verse.
Ella se bajó de la barra caminando a la estufa para mover lo que se cocinaba.
Noa la siguió, abrazándola por detrás. “El señor Alarcón fue a visitarme y me planteó la idea, hable con mi agente y estuvo de acuerdo que era una gran oportunidad”.
Ella se alejó impidiendo todo contacto con él. “Debiste decírmelo primero”.
“¿Qué pasa Grecia? Pensé que estarías feliz”. Estaba confundido por la reacción de Grecia.
Grecia ya estaba algo molesta. “Sabes que las reglas de la universidad no permiten las relaciones entre jugadores y estrellas, debiste pensarlo primero”.
Noa trató de explicar. “Pero, tú no eres una animadora, eres la entrenadora”.
Ella seguía angustiada. “Noa… Es que...” Ella no sabía qué decir. Se cubrió la frente con sus dedos.
Noa se acercó haciendo que lo mirara a los ojos. “No te preocupes, si hay algún problema hablaré con el señor Alarcón, es muy accesible”. Quería tranquilizarla.
Ella se negó inmediatamente. “Prefiero que no lo hagas. Seguiremos sin decir nada, eso es lo mejor”.
Noa se negó. “¿Qué? No. Quiero que oficialmente formalicemos”.
Grecia entrecerró los ojos. “¿Qué quieres decir?”.
El saco una cajita de su bolsillo. Tenía un anillo sencillo pero muy bonito dentro, lo sacó colocándolo a Grecia. “Quiero que te cases conmigo… ¿Aceptas?”.
Grecia lo miraba incrédula.
Noa nervioso se rascó la nuca. “Pensaba pedírtelo de otra manera, una cena… en la cama… tenía varias cosas planeadas, pero no podía esperar”.
Ella no dejaba de ver el anillo, Noa notaba el cambio en su estado de ánimo. “Si no quieres…”
Grecia lo interrumpió. “Si lo deseo… solo que… deberíamos planearlo juntos y esperar un tiempo para ver cómo las cosas se acomodan contigo aquí”.
Noa sonrió y se acercó abrazándola. “Ok. Iremos despacio”. Ella se calmó un poco pero no dejaba de sentir muy caliente la parte donde Noa colocó el anillo.
Al día siguiente, Grecia llegó unos minutos tarde. Doris ya la esperaba. “¿Larga noche?”. Ella le insinuó.
Grecia frunció el ceño. “¿Lo sabías? Sabías que Noa estaba en el departamento”.
Doris jugando le declaró. “Me mandó un mensaje y me pidió que dejara el departamento para ustedes. ¿Querías que me negara?”. Preguntó observando a su amiga. “¿No te fue bien?”.
Grecia se sentó en su silla y le contó. “Me dijo que se unirá a los Centuriones”.
Doris escuchó a su amiga, pero no podía creerlo. “¿Qué?”.Grecia siguió. “No es todo. Quiere que vivamos juntos… Me pidió que nos casemos”. Ella dijo eso último mostrando el anillo en su dedo.Inmediatamente Doris tomó la mano examinando el anillo. “¡Es muy bonito!”. Miró a su amiga. “¿Porque no estas feliz?” La interrogó. “¿No lo amas?”.Grecia suspiro largo. “No es eso… solo que me hubiera gustado que hablara conmigo primero… Nuestra relación era perfecta, él iba y venía, yo lo visitaba, estábamos bien”.“Han estado juntos bastante tiempo, Noa debe querer algo más serio, de verdad te ama Grecia”. Doris le recordó.Grecia sonrió pensativa. “Lo sé... Es solo que… Todo ha sido una gran noticia, es difícil de procesar”.Doris se levantó de su asiento. “Vamos a entrenar, te ayudará a despejarte, las chicas ya deben estar en el campo”.Grecia aceptó, levantándose, cuando iban por el pasillo, uno de los empleados la llamó desde lejos. “Señorita Medina, el señor Alarcón quiere verla en su o
Doris estaba inquieta al ver que la chica se unirá al equipo, ya tenía una idea de lo que pasaría. El entrenamiento siguió, Grecia le explicaba cómo trabajaba el equipo diariamente a Jimena y ella estaba atenta aprendiendo todo, algunas cosas no eran de su agrado y se molestaba, en otras inmediatamente mencionaba que serían removidas, fue una mañana tediosa y larga para Grecia.Al terminar Doris y Grecia se fueron a su oficina. Doris estaba exhausta. “¡No puedo creerlo! Esa chica es una …”Grecia estaba tranquila y observaba algunas fotos en una repisa, era de sus cinco años en la universidad. “Sabíamos que este día llegaría. Era solo cuestión de tiempo”.Doris resopló. “Pues sí, pero… No se… me imaginaba que por tu trabajo y trayectoria harían una excepción… Pensé que los directivos votarían para renovar tu contrato… no se algo… mágico pasaría al final”.Grecia negó con la cabeza burlándose de las ocurrencias de su amiga y se sentó en su escritorio. “Igual no pensaba quedarme”. Ella
Roció se armó de valor diciendo. “Yo… si deseo algo…y mucho”. Bajo la mirada tímida.Emanuel entendió. “Lo hablaremos en la noche”.Roció alzó su mirada con una gran sonrisa. “¿En serio?”.Emanuel afirmó. “Te veo en casa”.Roció subió al auto y Pamela la felicitaba por ser valiente. “Vez, Te dije que si te comunicas más con él la relación prosperará”.Roció asintió sobre lo que su concuña decía, pero no le importaba mucho, estaba muy feliz porque festejará su aniversario juntos.Pamela parloteaba. “Debes hacer algo casero y rico…mmmm. Y un buen vino”. Tuvo una idea. “¡Ah! Vamos al centro comercial, te llevaré a comprar lencería sexy”.Roció giró a ver a la mujer. “¿Qué? ¿Cómo crees? ¡Qué vergüenza!”.Pamela la regañó. “Roció a este paso lo perderás, su vida es tan monótona, debes ser atrevida para que él esté más interesado”.Roció no dijo ya nada, era cierto, aunque estaban casados la relación de ellos era muy insignificante, Emanuel estaba completamente ocupado con el negocio, a vec
Norte de México, Monterrey.Habían pasado dos semanas desde que Noa le pidió matrimonio a Grecia, todo se calmó y ella agradeció, sin embargo, la fecha prevista estaba por llegar, el fin de semana Noa seria presentado como el nuevo jugador de los Centuriones.Doris y Grecia estaban en el centro comercial buscando un vestido para la gala. “¿Te parece este?”. Grecia negó ante la prenda que su amiga le mostró. “Es muy llamativo”.Doris se molestó reclamando y haciendo movimientos exagerados burlándose. “Es la presentación de tu prometido, debes estar a la altura”.“Nadie sabe que es mi prometido ni quiero que lo sepan todavía”. Grecia informó encontrando un vestido gris plata y se lo midió encima finalizando. “No es buena idea decirlo, sé que él quiere ganarse su lugar con sus propios méritos, si damos la noticia y nos vinculan tendremos a la prensa encima”. “Cierto, debes esperar un mejor momento”. Doris estuvo de acuerdo.En la caja pagaron sus vestidos, en ese momento entró Jimena co
Grecia y Doris desde su asiento no dejaban de ver la escena, Noa caminaba y saludaba a la gente alrededor con una gran sonrisa, todos querían fotografiarse con el nuevo jugador, Jimena nunca lo soltó, estaba muy animada y se recargaba en Noa siempre que tenía oportunidad. Doris susurró. “Amiga… ¿Quieres que nos vayamos?”. Grecia negó con la cabeza, se levantó apresurada. “Vuelvo enseguida”. Ella pasó entre la gente. “Permiso”. Estaba ofuscada, su corazón latía muy rápido. Noa que la buscaba desde hace un tiempo la vio irse, alejó la mano de Jimena y amablemente le dijo. “M permites unos minutos”. Jimena no podía hacer una escena frente a él, pero estaba disgustada. “Está bien”. Noa siguió el camino por donde Grecia desapareció. Ella se miraba en el espejo del baño mientras otras mujeres entraban y salían, su conversación era acerca de la pareja. -Viste a Jimena y Noa. -Si, se ven tan bien juntos… -Son perfectos, parece que tienen algo… Se nota que se gustan… Grecia escuchab
Por la tarde Jimena visitó a su padre. “Estoy decidida papá, quiero a Noa para mí”. El señor Alarcón tenía curiosidad. “No crees que eres muy joven para eso”. Jimena defendió su sentir. “Es el indicado para mí, se convertirá en el mejor mariscal de campo del país y yo seré su futura esposa”. El hombre se río de las ocurrencias de su hija, se acercó dándole un abrazo. “Será como mi princesa quiere”. Noa apareció en la puerta de Grecia, ella dejó que entrara. “¿Por qué te fuiste de la fiesta?”. Preguntó Noa caminando por la sala. Grecia avanzó detrás de él, invitándolo a sentarse. “Estaba cansada”. Le explico. “Lo de anoche… el señor Alarcón me pidió que aceptara a su hija como acompañante, no pude negarme, espero no te hayas molestado”. Noa no quería malos entendidos con Grecia. Grecia lo escuchaba atenta. Él acortó la distancia tomando sus manos. “Todo lo que hago en este momento es para nosotros, es… solo… formalidades, pronto podremos estar juntos y decírselo a todos, estarem
Después de que Rogelio se fue, Grecia fue directo a la habitación, donde Doris lloraba en silencio, al ver a su amiga aseguró. “Se acabó”. Grecia entendió de inmediato y se acercó a su amiga abrazándola. Unos días pasaron… Grecia seguía preparando a las animadoras, ahora ya con Jimena más metida en la organización, daba su opinión y cambiaba cosas, Grecia las aceptaba sin decir nada, los cambios que hacía no le beneficiaban al equipo y en el futuro se iría para abajo, el próximo concurso estaba en puerta y las estrellas no estaban listas por el cambio de coreografías o pasos. Doris tampoco se quejó, le dio la oportunidad de que hiciera lo que quería. En el otro lado de la cancha, Noa entrenaba acoplándose al equipo, en momentos buscaba a Grecia con la mirada, no había tenido la oportunidad de hablar con ella en persona solo por mensaje o llamada, deseaba verla y abrazarla, cuando quería hacerlo siempre aparecía Jimena para interrumpirlos, sentía que Grecia se alejaba de él poco a po
Grecia no negaría que salía con Noa. “No sabía que me seguía”.Julia la regañó, su tono era fuerte. “Debiste tener más cuidado”. Podías notar su molestia. “Ahora arregla el problema, no quiero gente desconocida aquí de nuevo”.Grecia aceptó lo que la mujer decía.Grecia aprovechó que estaban solas para informarle de sus planes. “Pronto terminara mi contrato, vendré a vivir aquí”.Julia le dejó claro que no la quería ahí. “Esta es mi casa”.Grecia no lo discutió. “Lo sé, compraré alguna cerca y empezaré una escuela de ballet”.Julia resopló. “¿Escuela de Ballet? ¿Aquí? Vas a quedar en la ruina”.“Igual voy a intentarlo”. Decretó. No le importaba lo que dijeran los demás, ella intentaría salir adelante.Julia la ignoró y fue al comedor, la sirvienta ayudó a Lalo y Noa sirviendo la comida.En Monterrey…La mansión de los Alarcón era inmensa, llena de habitaciones y elegancia por donde la vieras, Una mujer de cabello negro largo y lacio paseaba por el jardín junto a su empleada de confian