El CEO ruso no entendía que hacía un trillizo Valentain en su casa. Pero por supuesto que lo haría pasar. Dominic se tenso en ese momento, él también se preguntaba que hacía ese trillizo ahí. — Adelante Ares. Entra. El apuesto CEO llegaba vestido en un traje hecho a medida color gris combinado con camisa y corbata negra, el saco largo fino y abrigador le daba un magnífico toque elegante. Ares caminó hasta el hombre ruso mientras se quitaba los guantes. — Tío Sergey, ¿Cuánto tiempo de no vernos? Apenas llegué a América, quise venir a saludarte, por cierto, la tía Isabella sigue siendo igual de bella que siempre, eso explica lo hermosa que es Kei, no puedo dejar de pensar en los nietos tan adorables y lindos que te dará en el futuro. — ¿Nietos...? Pero... ¿De que hablas? Si mi princesa es muy joven aún. El atractivo trillizo hablaba con su tío mientras sonreía, Pero dejarse llevar por esa extraña sonrisa no era nada bueno. — Bueno, supongo que habrá muchos candidatos
La situación se estaba poniendo complicada, dos herederos millonarios y poderosos se disputarían la mano de Key, y otro más estaba intentando de pelear por un lugar al lado de la bella rubia. La puerta se volvió a escuchar, interrumpiendo así la complicada conversación. — Adelante, ¿Quién me busca? Dos jóvenes CEOS entraron, ambos elegantemente vestidos en trajes hechos a medida, la única diferencia física entre ellos era el color de sus ojos, uno de ellos los tenía en un color azul, mientras que el otro los tenía color violeta. — Somos nosotros tío Sergey, los trillizos Valentain, nos quedamos un momento en la sala de estar saludando a la tía Isabella y a la bella Kei y Serena. Ahora pasamos a saludarte a tí. Los empresarios saludaron a su tío con un fuerte abrazo. — Hermes, solamente te distingo de tus hermanos por el color de tus ojos, pero son muy idénticos. A Maurice casi se le cae la quijada al piso, eran tres... Tres hombres iguales. — ! Hay, no puede ser
Los jóvenes CEOS ya habían acabado con la poca paciencia del CEO ruso, si no corrían por su vida y los atrapaba, les daría una paliza. La puerta del despacho se abrió de pronto dejando salir despavoridos a los orgullosos empresarios como si fueran los niños que habían jugado en esa misma sala de estar en el pasado. Se les veía correr por toda la enorme sala a los entrajados y apuestos CEOS, Sergey estaba detrás de ellos para enseñarles que a él se le respetaba. No iba a permitir que le robaran los huevos al águila. — ¡Señor Ivanov, Calmese por favor, solo vinimos a hablar con usted! — ¡No les voy a dar a mis hijas, demonios del infierno, sé muy bien como son, y que carácter tiene cada uno de ustedes, así que no me van a convencer! En ese momento Alexander, Aleksey y Alexandro, vestidos también de traje, llegaban para encontrarse con tremenda escena. — ¡¿Qué está pasando aquí?! Papá, ¿Por qué estás persiguiendo a los trillizos Valentain, y a los gemelos Lombardi? ¿Qué
La miradas de todos los presentes se dirigieron al castaño, ¿Pero que estaba preguntando él? ¿Quién en su sano juicio querría ser perseguido por el enfurecido ruso? Sergey se pasó una de las manos por el rostro, estaba muy enfadado y ese pretendiente le hacía una pregunta que la respuesta era demasiado obvia. — Jajajaja ven Ferreira regresa a casa, no voy a dar mi permiso para que salgas con Kei. — Pero papá, ¿Por qué no? Maurice es un hombre muy amable, es gentil, dulce, me hace reír mucho, además tiene muchas ideas que... Me agradan. Todos los jóvenes CEOS rodaron los ojos, jamás en su vida ninguna chica los había descrito de esa forma. — Kei, ¿Si te das cuenta de que estás describiendo una personalidad bastante femenina? Esas características son las que describen a una linda chica. Ya no entendí, ¿Es tu enamorado o es tu amiga? — Aleksey le hablaba por lo claro a su hermana. — ¿Qué carajos estás diciendo Aleksey? ¡Maurice es un hombre, Pero a diferencia de ustedes
En el departamento de Emma De León. Ella y su novio se besaban, más está vez Ethan Mendía puso sus manos en los redondos senos de la hermosa asistente que había convertido en su novia. — Ethan. No... no hagas esto, ya te he dicho que no quiero que tengamos sexo hasta después de casarnos. — ¿Pero por qué? Tenemos tres años de novios Emma. No es normal que te me sigas negando como mujer. ¿Me amas, no es cierto? — S...si, pero eso no tiene nada que ver. Por supuesto que te amo Ethan, pero mis principios son importantes para mí. Solo esperemos hasta nuestra luna de miel. Te aseguro que será muy bello para ambos. — ¡Siempre lo mismo contigo! ¿Sabes? Me estoy cansado de que siempre saques el mismo cuento. Soy un hombre y tengo necesidades. — El hombre se puso de pié para pasar al sanitario. Pasaría a lavarse la cara antes de irse del departamento. Emma se había quedado pensando en que quizás su novio tenía razón y ella estaba siendo demasiado anticuada. Más un mensaje que entró
La asistente tomó su bolsa y salió a ver a su amiga Elena. Se habían conocido en el centro comercial un par de meses atrás. Necesitaba hablar con alguien. Necesitaba deshogar su pena y aliviar un poco su atribulada alma. Condujo llorosa hasta la villa de su amiga donde había estado un par de veces tomando café sin imaginarse la sorpresa que le tenía la vida. — Emma, ¿Qué te sucedió, amiga? ¿Por qué estás así? — La mujer pelinegra abría la puerta para recibirla. Se notaba que había llorado y mucho. — Elena, ¿Estás ocupada? ¿Puedo pasar? — Por supuesto que sí. Mírate cómo vienes. Estaba alistando a Alina por qué su padre la llevará a jugar al parque. Mi esposo es un hombre muy ocupado pero se lo prometió a la niña. A Emma se le vino de pronto las palabras del mensaje que leyó. Eran las exactas que había visto escritas en el celular de Ethan. — Elena, tú... ¿Cómo se llama tu esposo? ¿Cuál es su nombre? — El corazón le latía a mil a la bella asistente. — Su nombre es E
Rafael viajó a aquellos tiempos cuando Emma, él y los gemelos Lombardi estudiaban en la misma escuela. Ella estaba dos grados menos que ellos pero eso no impedía su amistad. Aunque el CEO siempre la había visto con otros ojos. El cabello Rojizo de ella le gustaba muchísimo. Emma era muy linda y adorable. — ¿Dónde está ella? ¿Qué le pasó? — Escribía en su celular y lo enviaba a su amigo. — La encontré en un exclusivo bar del sur. Un tipo la estaba molestando. Seguro quería aprovecharse de su estado de ebriedad. — ¿Lo mataste? — Preguntaba el CEO fríamente. — ¡Diablos no...! Solo lo amenacé para que la dejara en paz y se largara. ¿Te sigue gustando, eh? — Sabes que tengo una prometida. — No fue eso lo que pregunté. Tu relación absurda no es el punto aquí. — ¿Para donde la llevas? No te atrevas a tocarle uno solo de sus cabellos, Domenico. — Ella es soltera, tú tienes novia. ¿Qué me lo impide? Ya te has decidido casar con Joana. Por cierto suerte con eso. Se sabe
Esa noche el millonario CEO Rafael Mendoza se quedó dormido en el sofá de la sala de su amigo observando a su antiguo amor. No fue hasta que el sol les dió a ambos en el rostro que despertaron. — ¡Carajo, me duele mucho la cabeza...! — La pelirroja se llevó las manos a la cabeza intentando atenuar el dolor. ¿En... dónde estoy? No conozco este lugar. — La jóven se puso de pie con dificultad, temía haber despertado con algún desconocido y haber hecho algo inapropiado, más cuando lo vió frente a ella, era él... Su amor de adolescencia, el hombre dormía en el sofá, Emma apenas alcanzó a ahogar un grito con su mano. El corazón de Emma parecía que se le iba a salir del pecho, ¿Qué diablos hacía su ex novio ahí? ¿Acaso él la había traído a su villa? El hombre que quiso con locura, Rafael Mendoza, yacía ahí dormido cubriéndose con su fino saco del frío. Estaba más apuesto de lo que lo recordaba, cabello oscuro, ojos verdes esmeralda tan profundos como el mar, sus gruesos y carnosos labi