El CEO conducía con esa elegancia digna de los hombres Lombardi, había conseguido llevar con él a Kei, no le había dado opción para poder rechazarlo. — Ahora sí que te pasaste Dominic, ¿Qué tiene de malo que un chico apuesto y caballeroso guste de mí? ¡Tengo derecho a vivir mi vida. No voy a quedarme para vestir santos a pesar de que tenga todo en contra! — ¿Me estás reclamando algo, preciosa? — La pregunta iba con un toque de sarcasmo de parte del empresario. — !Por supuesto que te estoy reclamando algo! ¡No solamente fuiste grosero con Maurice, si no que llamaste a Alexander para delatarme que estaba en el centro comercial con él! ¿Qué rayos es lo que te pasa? ¿Por qué te convertiste en un sapo? Doménico tenía sus manos aferradas con mucha fuerza al volante. Estaba muy, muy, furioso. — ¡Mujercita sin vergüenza! ¿Acaso ya se te olvidaron los besos que te dí en la feria? !No tenía idea de que andabas por ahí besando a cualquiera sin importarte su identidad. De haberlo s
Parecía que el escritor se había estado reservando el momento de regresarle los desaires y groserías al arrogante hombre vestido con traje de diseñador. El CEO Lombardi fulminó con la mirada al hombre castaño. Había heredado el color de los ojos de su padre y también esa mirada intensa y aterradora. Por supuesto que no se iba a dejar ridiculizar delante de su futura suegra. — ¿Pero que estás diciendo? Tú eres el colado aquí, yo tengo una cita formal con el señor Ivanov en justo... — El apuesto CEO miró su costoso reloj. — Cinco minutos. — ¿Doménico, precisamente hoy tenías que venir a ver a mi padre? Deberías de ser más caballeroso y cederle el lugar a Maurice. — Señorita Key, ¿Yo hago la cita con tu ocupado padre y este tipo va a beneficiarse de mi trabajo? ¡Qué haga la suya! — Dom, por supuesto que se negó. — Dijiste cinco minutos, ¿Cierto, CEO gruñón? ¡Bueno... Maurice, aprovechemos ese tiempo, vamos al despacho! — La rubia tomó del brazo al escritor y lo llevó a ver
No por ser un Lombardi, Sergey Ivanov iba a tener clemencia con Dominic, y eso él lo sabía muy bien, lo había tomado en cuenta cuando decidió concertar una cita con el CEO ruso. — ¡¿Cómo te atreves a pedirle permiso al señor Ivanov para ser novio de Kei, Lombardi?! !Sabes muy bien que ella está conmigo, que salió conmigo, me trajo aquí para que hablara con su padre y le pidiera su aprobación para vernos! — Maurice... Maurice... Kei solamente estaba siendo coqueta contigo, cosa por la cual ya la castigué, ella no debería de estar dándote alas porque me tiene a mí. — ¿Qué estás diciendo gemelo Lombardi? ¡¿Qué le hiciste a mi hija?! ¿Te olvidas de que estás frente a su padre? — El ruso ahora estaba más enfadado con los dos hombres que tenía enfrente. — Claramente el escritor estaba bastante molesto. — Respóndele al señor Ivanov, ¿Qué te atreviste a hacerle a Kei? Creo que... Con todo respeto señor, Pero usted estaría demente si permitiera que este psicópata fuera su yerno.
El CEO ruso no entendía que hacía un trillizo Valentain en su casa. Pero por supuesto que lo haría pasar. Dominic se tenso en ese momento, él también se preguntaba que hacía ese trillizo ahí. — Adelante Ares. Entra. El apuesto CEO llegaba vestido en un traje hecho a medida color gris combinado con camisa y corbata negra, el saco largo fino y abrigador le daba un magnífico toque elegante. Ares caminó hasta el hombre ruso mientras se quitaba los guantes. — Tío Sergey, ¿Cuánto tiempo de no vernos? Apenas llegué a América, quise venir a saludarte, por cierto, la tía Isabella sigue siendo igual de bella que siempre, eso explica lo hermosa que es Kei, no puedo dejar de pensar en los nietos tan adorables y lindos que te dará en el futuro. — ¿Nietos...? Pero... ¿De que hablas? Si mi princesa es muy joven aún. El atractivo trillizo hablaba con su tío mientras sonreía, Pero dejarse llevar por esa extraña sonrisa no era nada bueno. — Bueno, supongo que habrá muchos candidatos
La situación se estaba poniendo complicada, dos herederos millonarios y poderosos se disputarían la mano de Key, y otro más estaba intentando de pelear por un lugar al lado de la bella rubia. La puerta se volvió a escuchar, interrumpiendo así la complicada conversación. — Adelante, ¿Quién me busca? Dos jóvenes CEOS entraron, ambos elegantemente vestidos en trajes hechos a medida, la única diferencia física entre ellos era el color de sus ojos, uno de ellos los tenía en un color azul, mientras que el otro los tenía color violeta. — Somos nosotros tío Sergey, los trillizos Valentain, nos quedamos un momento en la sala de estar saludando a la tía Isabella y a la bella Kei y Serena. Ahora pasamos a saludarte a tí. Los empresarios saludaron a su tío con un fuerte abrazo. — Hermes, solamente te distingo de tus hermanos por el color de tus ojos, pero son muy idénticos. A Maurice casi se le cae la quijada al piso, eran tres... Tres hombres iguales. — ! Hay, no puede ser
Los jóvenes CEOS ya habían acabado con la poca paciencia del CEO ruso, si no corrían por su vida y los atrapaba, les daría una paliza. La puerta del despacho se abrió de pronto dejando salir despavoridos a los orgullosos empresarios como si fueran los niños que habían jugado en esa misma sala de estar en el pasado. Se les veía correr por toda la enorme sala a los entrajados y apuestos CEOS, Sergey estaba detrás de ellos para enseñarles que a él se le respetaba. No iba a permitir que le robaran los huevos al águila. — ¡Señor Ivanov, Calmese por favor, solo vinimos a hablar con usted! — ¡No les voy a dar a mis hijas, demonios del infierno, sé muy bien como son, y que carácter tiene cada uno de ustedes, así que no me van a convencer! En ese momento Alexander, Aleksey y Alexandro, vestidos también de traje, llegaban para encontrarse con tremenda escena. — ¡¿Qué está pasando aquí?! Papá, ¿Por qué estás persiguiendo a los trillizos Valentain, y a los gemelos Lombardi? ¿Qué
La miradas de todos los presentes se dirigieron al castaño, ¿Pero que estaba preguntando él? ¿Quién en su sano juicio querría ser perseguido por el enfurecido ruso? Sergey se pasó una de las manos por el rostro, estaba muy enfadado y ese pretendiente le hacía una pregunta que la respuesta era demasiado obvia. — Jajajaja ven Ferreira regresa a casa, no voy a dar mi permiso para que salgas con Kei. — Pero papá, ¿Por qué no? Maurice es un hombre muy amable, es gentil, dulce, me hace reír mucho, además tiene muchas ideas que... Me agradan. Todos los jóvenes CEOS rodaron los ojos, jamás en su vida ninguna chica los había descrito de esa forma. — Kei, ¿Si te das cuenta de que estás describiendo una personalidad bastante femenina? Esas características son las que describen a una linda chica. Ya no entendí, ¿Es tu enamorado o es tu amiga? — Aleksey le hablaba por lo claro a su hermana. — ¿Qué carajos estás diciendo Aleksey? ¡Maurice es un hombre, Pero a diferencia de ustedes
En el departamento de Emma De León. Ella y su novio se besaban, más está vez Ethan Mendía puso sus manos en los redondos senos de la hermosa asistente que había convertido en su novia. — Ethan. No... no hagas esto, ya te he dicho que no quiero que tengamos sexo hasta después de casarnos. — ¿Pero por qué? Tenemos tres años de novios Emma. No es normal que te me sigas negando como mujer. ¿Me amas, no es cierto? — S...si, pero eso no tiene nada que ver. Por supuesto que te amo Ethan, pero mis principios son importantes para mí. Solo esperemos hasta nuestra luna de miel. Te aseguro que será muy bello para ambos. — ¡Siempre lo mismo contigo! ¿Sabes? Me estoy cansado de que siempre saques el mismo cuento. Soy un hombre y tengo necesidades. — El hombre se puso de pié para pasar al sanitario. Pasaría a lavarse la cara antes de irse del departamento. Emma se había quedado pensando en que quizás su novio tenía razón y ella estaba siendo demasiado anticuada. Más un mensaje que entró