El CEO Mendoza seguía sedado en esa habitación de la exclusiva clínica, su recuperación le iba a tomar tiempo, y mientras ocurría, sus amigos se turnarían para estar con él. Alexander le avisó a Rogelio que su jefe estaría un tiempo fuera de la oficina para que se hiciera cargo de todo mientras el podía regresar. Emma estuvo con las maletas listas desde las cuatro de la tarde, ella vestía un vestido de costosa marca zapatillas Manolo y accesorios de fina marca, no solamente se veía costosa y elegante si no que lucía hermosa y adorable. Emmanuel llegaba a por ella, el apuesto CEO vestía impecable de los pies a la cabeza, sofisticado como siempre, misterioso e inexpresivo. — Vaya, ti lo que quiere es hacerme molestar cuando todo el mundo se te quede viendo, ¿Eh? — Reclamaba el hermano mayor a su hermanita. — ¿Qué pretendes Emmanuel, que me cubra el cabello y lleve un Hibab? Si quieres me pongo un costal de papas de una vez. — Ya no hay tiempo para eso, vámonos por qué
Un muy molesto Ricardo que se sentía con las manos vacías se paseaba por la pequeña sala de la habitación de hotel en la que se hospedaba. Las cosas no habían salido como las había pensado, ahora estaba solo, sin equipaje, y sin la oportunidad de seducir a la bella pelirroja, Pero no se daría por vencido, iría a buscarla a la mansión De León. Emmanuel no se imaginaba siquiera por todo lo que había pasado su hermana. Apretó los puños furioso, Emma tenía los ojos rojos y adormilados por el alcohol. Le había dado mucha información a su hermanos y fue por eso precisamente que el jóven CEO le permitió beber. — Emma, dime quién era el hombre con el que salias, el que se casó con otra chica, ese que te dijo que te amaba pero al final te abandonó. — Eso... eso no te lo diré, a ese hombre lo voy a enterrar en lo más profundo de mi corazón. Jamás va a volver a salir de ahí. — La pelirroja arrastraba las palabras. El resto de la noche los enamorados durmieron sedados de diferente m
El gemelo Lombardi no iba a poder detener por mucho tiempo a su amigo, ni por mucho que le explicara la situación tampoco lo iba a entender. — Iré a llamar al doctor, espera aquí. — Dom, fué y vino rápido acompañado del médico. — Señor Mendoza, su condición es delicada, necesita guardar reposo, necesita cuidar sus heridas, tiene puntos por varias partes de su cuerpo, si hace movimientos bruscos se le pueden abrir, es por eso que hemos decidido ponerle este medicamento. El Galeno tranquilizaba al CEO mientras le ponía otro sedante, esa fue la única forma que encontraron para calmarlo y que no se levantara de la cama. De lo contrario aunque fuera a rastras pero se hubiera ido. Al llegar Alexander y verlo dormido, preguntó por su estado. — Me alegro de que Rafael duerma tan profundamente, creí que lo encontraría destrozando el hospital. — ¿Qué dices? el hombre está sedado, si no fuera por eso ya habría destruido medio hospital, se quería ir, no le importaban sus heridas ni c
Doménico era muy buen besador, él lo sabía y demostraba a esa bella pero insoportable rubia que no sería un hombre al que pudiera hablarle como se le diera la gana. Serena no supo en que momento ella se dejó llevar y siguió con el beso, su cuerpo parecía reaccionar solo, ella estaba ahí en contra de su voluntad, ¿Cierto? Apenas Doménico la soltó, una sonora bofetada que casi despierta al sedado Rafael, cayó en la mejilla del CEO. Nadie en su vida lo había tocado, pero esa mujercita se había atrevido a abofetearlo. El hombre se llevó la mano al rostro, su mirada parecía estar encendida. Se debatía entre ahorcar o asfixiar a la osada chica. — ¿Con que quieres más, eh? Pues ven aquí... Serena fue besada de nuevo, la fuerza del gemelo la sometió y de nuevo la perdió en su hechizo. — ¡Suéltame! ¿Qué demonios es lo que te pasa? ¡Eres un pervertido! La jóven Ivanov lo iba a abofetear de nuevo, pero escuchó al apuesto hombre decir. — Si me vuelves a pegar te voy a volver
Docenas de CEOS importantes y arribaban a la convención, también los novatos y estudiantes de carreras como negocios internacionales, administración de empresas, hasta estudiantes de marketing, entre otros. — Emmanuel, no sabía que tenías una hermana, solo conozco al rebelde Erick. — Si, bueno... La tenemos escondida en una torre de la mansión De León para que ningún bellaco llegue hasta ella. — ¿De verdad? — Angelo enarcó una ceja. — Que gracioso Angelo. — El CEO mal miró a su amigo. — Oye te voy a pedir que acompañes a Emma cuando suba al estrado. Cuídala de los seductores y don Juanes que siempre rondan por aquí. — Sin problema, yo me quedaré a su lado. El castaño y la pelirroja fueron a tomar asiento, Angelo, ambos pusieron total atención a la exposición de Emmanuel. El CEO De León era joven, gallardo, se plantaba en el podio con una seguridad impresionante, Emma estaba completamente sumergida en los ejemplos de negocios que presentaba su hermano. Al terminar
Dominic se encargó de pedir y pagar los cafés para llevarlos a la mesa, también llevó un par de bollitos de mantequilla. — Gracias, eres muy amable Dominic, seguro que tu madre está muy orgullosa del hijo que crió. — Bueno... Mamá muchas veces no es objetiva, ve a Doménico y a mí como hombres perfectos, pero la verdad es que estamos muy lejos de serlo. Pero de algo puedes estar segura, ambos somos unos caballeros. En ese momento, a Kei le entró una llamada, ella leyó el remitente y pidió un momento a Domi para responder. — Hola, es Kei, ¿Qué tal Ares, cómo estás? — Hola pequeña Kei, te llamo para decirte que pronto terminaremos mis hermanos y yo el proyecto de medio oriente, regresaremos a a América dentro de poco, me gustaría invitarte a comer cuando llegue allá. — Por supuesto Ares, me da gusto que ya pronto vayas a estar por acá, entonces esperaré tu llamada, cuídate mucho y salúdame a Hermés y a Eros. — La adorable Kei sonreía mientras hablaba, Dominic no perdía d
Si el joven CEO Alexander Ivanov hubiese sabido que su amigo Dominic ya estaba poniéndose en marcha para conquistar a Kei, sin duda le habría dado la paliza de su vida. (...) En suiza, en un exclusivo restaurante, el elegante Emmanuel, la bella Emma y el apuesto Angelo, comían un delicioso y jugoso bistec, pero no pasó desapercibido que la chica pelirroja no comía. — Emma, come algo pequeña, mírate, estás muy delgada, prometí a nuestros padres que cuidaría de ti, si te devuelvo a casa en los huesos me voy a meter en un problema con ellos. Pero a la pelirroja no le pasaba la comida, así que se disculpó para ir al sanitario. — Emmanuel, ¿Qué le pasa a tu hermana? Su mirada se ve muy triste. Al CEO le extrañó la pregunta de su amigo, ya que Angelo era muy reservado. El no solía indagar en la vida de las personas, a menos que fueran enemigos o rivales comerciales, entonces si les investigaba todo el árbol genealógico. — Eso, ahhh... Un desgraciado enamoró a Emma, y desp
La información que los CEOS le estaban dando a Rafael, provocó que el hombre bajara con mucho trabajo un pie de la camilla, le dolía si, pero no le. importaba. — ¡Rafael! ¿Qué estás haciendo? ¡Sabes bien que no debes levantarte todavía, debes esperar a que tus heridas saben un poco, quedamos en que ibas a ser más consciente de tu situación! — Ese desgraciado se aprovechó de la situación para irse con Emma, ¿Creés que sabiendo eso me voy a quedar de brazos cruzados? ¡Iré a buscarlos, ella no puede... no puede corresponderle a ese hijo de puta, maldito sapo! — Súbelo Doménico, no puede bajarse de la camilla, se le podrían abrir los puntos, escucha Rafael, mientras tus heridas no sanen y te quiten los puntos, no podrás hacer nada. — Ahhhgrr... Denme mi teléfono para llamarla. — ¿Tú teléfono...? Ah si, aquí está. — Alexander levantó la mirada para ver las manos que su amigo tenía vendadas, era obvio que no podría tomarlo y marcar por el mismo. — Esperen, yo le voy a marcar a