El beso del castigo.

El gemelo Lombardi no iba a poder detener por mucho tiempo a su amigo, ni por mucho que le explicara la situación tampoco lo iba a entender.

— Iré a llamar al doctor, espera aquí. — Dom, fué y vino rápido acompañado del médico.

— Señor Mendoza, su condición es delicada, necesita guardar reposo, necesita cuidar sus heridas, tiene puntos por varias partes de su cuerpo, si hace movimientos bruscos se le pueden abrir, es por eso que hemos decidido ponerle este medicamento.

El Galeno tranquilizaba al CEO mientras le ponía otro sedante, esa fue la única forma que encontraron para calmarlo y que no se levantara de la cama. De lo contrario aunque fuera a rastras pero se hubiera ido.

Al llegar Alexander y verlo dormido, preguntó por su estado.

— Me alegro de que Rafael duerma tan profundamente, creí que lo encontraría destrozando el hospital.

— ¿Qué dices? el hombre está sedado, si no fuera por eso ya habría destruido medio hospital, se quería ir, no le importaban sus heridas ni c
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