El enorme centro comercial fue tocado por el destino, La familia Montana estaba de regreso, Habían terminado de completar los proyectos que tenían en el lejano país de Asia. Ahora se concentrarían en el mercado americano. Los ojos azules de mirada profunda de Doménico, no podían dejar de mirar a la señorita Ivanov, no era intencional, simplemente se movían con vida propia. Más sin embargo, los ojos verde intenso del apuesto joven CEO Montana, también estaban puestos en la misma jóven, la observaban sonreír y moverse con gracia y clase. Los hombres sin decir nada más, entraron también a la joyería, sus pasos los guiaron hasta ella, se olvidaron por completo el uno del otro hasta que se dieron cuenta de que estaban ahí por la misma razón. — Es una hermosa joya, del mismo color de tus ojos. — Dijo el gemelo Lombardi. — ¿Pero mira nada más a quien tenemos aquí? En efecto, es una hermosa joya, pero nunca comparada con esos dos lindos ojos azules que tienes, mi bella Serena.
La joven Ivanov estaba aturdida, no supo en que momento se dejó arrastrar por esos dos hombres a aquel restaurante, ella había puesto la pequeña bolsa con su compra a un lado y estaba leyendo la carta. La rubia no quería siquiera voltear a ver a esos dos, le bastaba con sentir su fuerte aura, ambos herederos adinerados acostumbrados a obtener lo que quisieran, si se enfrentaran nada les sería sencillo a ninguno de los dos. El mesero llegó para tomar la órden. — Yo voy a ordenar un bistec termino tres cuartos con verduras al vapor de guarnición. — Serena trataba de mantenerse tranquila, pero la verdad era que le estaba costando. El CEO Lombardi pidió una pechuga de pollo rellena, y Donovan Montana pidió pescado robalo a la mantequilla. Los tres tenían gustos muy diferentes a excepción del vino. — Cuéntame Serena, ¿Cómo llegaste a la vicepresidencia de tan importante compañía? Es un logro muy admirable. Te felicito antes que nada. Tu padre debe confiar mucho en tus capacida
La respuesta tan honesta del CEO Montana fue natural y al mismo tiempo abrumadora para Serena, sin saberlo, Donovan había despertado el interés de la joven rubia con esa contestación. Porque... Eso era lo que ella deseaba. Un amor único, eterno, y que solo le perteneciera a su corazón. Por otro lado se encontraba el excelente CEO Lombardi, que había comenzado con el pie izquierdo con ella, pero que al irlo conociendo más, se había dado cuenta de que era un hombre extraordinario, con muchos conocimientos, pero... ¿Sería él lo que buscaba su corazón? — Donovan, estoy segura de que tus palabras son sinceras, y que la mujer que tenga la fortuna de conquistar tu corazón será la más feliz de tenerte a su lado. A Doménico no le agradaron las palabras de la joven rubia. La mujer que él eligiese como su esposa también sería muy dichosa, además, ¿Esos dos se estaban atreviendo a coquetear delante de él? — Bueno... La mujer que un día elija para que sea la señora Lombardi, también se
Los ojos verdes del CEO Montana brillaron de furia. Nadie podía expresarse así de él, no lo permitiría. — Jamás le faltaría el respeto a una dama, fuí criado por una reina, pero entiendo lo que quieres decir, al final soy un hombre. Serena debes tener muy claro algo, yo nunca te haría nada... Que tú no quisiera que te hiciese. Con esas palabras el CEO Montana decía muchas cosas, era un caballero, pero también un hombre, respetaría a Serena pero si ella le corresponde, no se detendría en hacerle lo que deseaba. — Eres muy peligroso Montana, Serena es muy ingenua, una señorita de buenas costumbres, así que lo mejor será... De pronto en uno de los lujosos coches del CEO Montana en medio de los dos hombres se encontraba Serena Ivanov sin poder creer en la situación en la que se encontraba. Ninguno de los dos CEOS estaba dispuesto a permitir que solo el otro la llevara a casa, así que al final no hubo más solución que ir todos. Apenas llegaron a la linda villa, Serena bajó de
Ya en América, Emma llegaba a la mansión De León, sus padres la habían recibido con los brazos abiertos. Ella se sentía querida en casa, solo que su corazón no lograba sanar. Esa tarde La pelirroja tomaba café en la sala de estar con sus padres, ella trataba de sonreír pero la tristeza que había en sus ojos era muy evidente. — !Cariño, sabemos que las cosas con ese hombre que te lastimó no resultaron nada bien, pero tienes que seguir adelante, te espera un futuro hermoso. Olvídalo Emma, deja atrás esa terrible experiencia y vuelve a vivir! — Pedía el señor De León a su querida hija. — No te preocupes por mí, papá, voy a estar bien. Solo necesito... un poco de tiempo... (...) En la mansión Leyva, el padre de Angelo, el CEO Angel Leyva. Recibía a su hijo con los brazos abiertos. — ¡Angelo hijo, bienvenido a casa. Ya me enteré de que te fué magníficamente bien en la convención! — No exageres papá, estuve bien, eso es todo. — !Como siempre eres demasiado modesto. Pero
El señor Leyva solamente quería la felicidad de su hijo, al igual que los señores De León querían ver a su preciada hija feliz y con un buen hombre a su lado. Solo era cuestión de que los jóvenes cooperaran. — Mamá, papá, sé que no hacen esto con malas intenciones, que Angelo Leyva es un hombre impresionante, pero... No estoy enamorada de él, yo... Sigo enamorada de... quién se casó con otra mujer, y aunque sé que entre nosotros nunca habrá nada de nuevo. No puedo obviar mis sentimientos. — Pero cariño, no te cierres a la posibilidad de este matrimonio, sabemos que no estás enamorada del CEO Leyva, pero... Quizás con el tiempo pueda llegar a nacer el amor entre ustedes. ¿Por qué no le das una oportunidad? Solo piénsalo princesa. El señor De León ya no quería seguir viendo así de triste a su hija, quería que ella tuviera un buen compañero que le diera la vida que merecía y que la cuidara. — Ahhh... Está bien papá, lo voy a pensar, ahora subiré a descansar un poco. — La jove
En la universidad, la bella Kei se encontraba haciendo un trabajo en equipo. Ella terminó y recogió sus libros, más apenas salió de la biblioteca de la exclusiva y prestigiosa universidad, se encontró con un amigo que estudiaba literatura moderna. — Hola Kei, supe que vendrías a hacer un trabajo con tus compañeros, entonces yo... ¿Me preguntaba si... vamos por un helado? — ¿Quieres ir a por un helado, Maurice? ¡Justo estaba pensando en que me apetecía mucho ir a por uno! El apuesto escritor sonrió, su cabello castaño claro ligeramente largo se movía con el viento. Kei no lo sabía pero Maurice era un heredero millonario que era muy asediado por las mujeres. Era atractivo, rico, con excelente educación y modales. — Vamos, mi coche está por aquí. — Maurice guió a la joven Ivanov hasta un costoso Maserati negro. Por supuesto que a Kei no le impresionó, sus hermanos y su padre tenían autos muy costosos y de edición limitada. — ¿Como va la carrera? ¿Se te está siendo pesado e
La mirada molesta de la bella rubia fulminaba al apuesto empresario. La había metido en problemas deliberadamente. La chica tomó el teléfono de alta gama de muy mala gana. — Alexander, soy yo, key, solo vine al centro comercial con un compañero de la universidad a tomar un helado, ¿Qué de malo tiene eso? — No tiene nada de malo, pero eres nuestra hermana menor y es nuestro deber cuidarte, para que un chico pueda invitarte a cualquier lugar, primero tiene que pedirle permiso a papá y obtener su aprobación, eso ya lo sabes señorita. — !Es que ustedes piensan que vivimos en el siglo pasado, Alexander, no me parece que tenga que pedir permiso para todo, soy una mujer que es dueña de sus decisiones y que es libre. Puedo ir a dónde me plazca si así lo quiero! La joven estaba muy molesta, ella defendía su derecho a decidir y a ser libre de ir a dónde quisiera. Incluso enfrentaba a su hermano mayor, lo que no era tan buena idea. — ¡Escúchame bien Kei, vas a ir a casa ya mismo