Después de comer, padre e hija entraron al despacho, el CEO ruso estaba muy intrigado por ver que le iba a mostrar Serena. La vicepresidente encendió su laptop personal y se la colocó a su padre, comenzó a mostrarle los proyectos que tenía, sus adelantos, contratos, la supervisión de todo. Serena tenía en su portafolio documentos importantes que también le mostró a su padre. El CEO estaba sorprendido. Se daba cuenta de que todo estaba en perfecto órden, y que evidentemente el desempeño de Seri, estaba mejorando a pasos agigantados. — Veo que has estado haciendo muy bien tu trabajo. Sin duda me tienes muy sorprendido, Cuando te nombre vicepresidente no estaba seguro si podrías llevar el puesto, sé que exige demasiado y que no es nada sencillo. — Quieres decir que dudaste de mi, ¿Eh? Nunca te lo tomaste en serio... ¿Verdad? — Bueno... Si no hubiese tenido fé en ti, jamás te habría dado el puesto. Además es mi deber asegurarme de que tú y tus hermanos hagan su trabajo de l
El enorme centro comercial fue tocado por el destino, La familia Montana estaba de regreso, Habían terminado de completar los proyectos que tenían en el lejano país de Asia. Ahora se concentrarían en el mercado americano. Los ojos azules de mirada profunda de Doménico, no podían dejar de mirar a la señorita Ivanov, no era intencional, simplemente se movían con vida propia. Más sin embargo, los ojos verde intenso del apuesto joven CEO Montana, también estaban puestos en la misma jóven, la observaban sonreír y moverse con gracia y clase. Los hombres sin decir nada más, entraron también a la joyería, sus pasos los guiaron hasta ella, se olvidaron por completo el uno del otro hasta que se dieron cuenta de que estaban ahí por la misma razón. — Es una hermosa joya, del mismo color de tus ojos. — Dijo el gemelo Lombardi. — ¿Pero mira nada más a quien tenemos aquí? En efecto, es una hermosa joya, pero nunca comparada con esos dos lindos ojos azules que tienes, mi bella Serena.
La joven Ivanov estaba aturdida, no supo en que momento se dejó arrastrar por esos dos hombres a aquel restaurante, ella había puesto la pequeña bolsa con su compra a un lado y estaba leyendo la carta. La rubia no quería siquiera voltear a ver a esos dos, le bastaba con sentir su fuerte aura, ambos herederos adinerados acostumbrados a obtener lo que quisieran, si se enfrentaran nada les sería sencillo a ninguno de los dos. El mesero llegó para tomar la órden. — Yo voy a ordenar un bistec termino tres cuartos con verduras al vapor de guarnición. — Serena trataba de mantenerse tranquila, pero la verdad era que le estaba costando. El CEO Lombardi pidió una pechuga de pollo rellena, y Donovan Montana pidió pescado robalo a la mantequilla. Los tres tenían gustos muy diferentes a excepción del vino. — Cuéntame Serena, ¿Cómo llegaste a la vicepresidencia de tan importante compañía? Es un logro muy admirable. Te felicito antes que nada. Tu padre debe confiar mucho en tus capac
La respuesta tan honesta del CEO Montana fue natural y al mismo tiempo abrumadora para Serena, sin saberlo, Donovan había despertado el interés de la joven rubia con esa contestación. Porque... Eso era lo que ella deseaba. Un amor único, eterno, y que solo le perteneciera a su corazón. Por otro lado se encontraba el excelente CEO Lombardi, que había comenzado con el pie izquierdo con ella, pero que al irlo conociendo más, se había dado cuenta de que era un hombre extraordinario, con muchos conocimientos, pero... ¿Sería él lo que buscaba su corazón? — Donovan, estoy segura de que tus palabras son sinceras, y que la mujer que tenga la fortuna de conquistar tu corazón será la más feliz de tenerte a su lado. A Doménico no le agradaron las palabras de la joven rubia. La mujer que él eligiese como su esposa también sería muy dichosa, además, ¿Esos dos se estaban atreviendo a coquetear delante de él? — Bueno... La mujer que un día elija para que sea la señora Lombardi, también se
Los ojos verdes del CEO Montana brillaron de furia. Nadie podía expresarse así de él, no lo permitiría. — Jamás le faltaría el respeto a una dama, fuí criado por una reina, pero entiendo lo que quieres decir, al final soy un hombre. Serena debes tener muy claro algo, yo nunca te haría nada... Que tú no quisiera que te hiciese. Con esas palabras el CEO Montana decía muchas cosas, era un caballero, pero también un hombre, respetaría a Serena pero si ella le corresponde, no se detendría en hacerle lo que deseaba. — Eres muy peligroso Montana, Serena es muy ingenua, una señorita de buenas costumbres, así que lo mejor será... De pronto en uno de los lujosos coches del CEO Montana en medio de los dos hombres se encontraba Serena Ivanov sin poder creer en la situación en la que se encontraba. Ninguno de los dos CEOS estaba dispuesto a permitir que solo el otro la llevara a casa, así que al final no hubo más solución que ir todos. Apenas llegaron a la linda villa, Serena bajó de
Ya en América, Emma llegaba a la mansión De León, sus padres la habían recibido con los brazos abiertos. Ella se sentía querida en casa, solo que su corazón no lograba sanar. Esa tarde La pelirroja tomaba café en la sala de estar con sus padres, ella trataba de sonreír pero la tristeza que había en sus ojos era muy evidente. — !Cariño, sabemos que las cosas con ese hombre que te lastimó no resultaron nada bien, pero tienes que seguir adelante, te espera un futuro hermoso. Olvídalo Emma, deja atrás esa terrible experiencia y vuelve a vivir! — Pedía el señor De León a su querida hija. — No te preocupes por mí, papá, voy a estar bien. Solo necesito... un poco de tiempo... (...) En la mansión Leyva, el padre de Angelo, el CEO Angel Leyva. Recibía a su hijo con los brazos abiertos. — ¡Angelo hijo, bienvenido a casa. Ya me enteré de que te fué magníficamente bien en la convención! — No exageres papá, estuve bien, eso es todo. — !Como siempre eres demasiado modesto. Pero
En el departamento de Emma De León. Ella y su novio se besaban, más está vez Ethan Mendía puso sus manos en los redondos senos de la hermosa asistente que había convertido en su novia. — Ethan. No... no hagas esto, ya te he dicho que no quiero que tengamos sexo hasta después de casarnos. — ¿Pero por qué? Tenemos tres años de novios Emma. No es normal que te me sigas negando como mujer. ¿Me amas, no es cierto? — S...si, pero eso no tiene nada que ver. Por supuesto que te amo Ethan, pero mis principios son importantes para mí. Solo esperemos hasta nuestra luna de miel. Te aseguro que será muy bello para ambos. — ¡Siempre lo mismo contigo! ¿Sabes? Me estoy cansado de que siempre saques el mismo cuento. Soy un hombre y tengo necesidades. — El hombre se puso de pié para pasar al sanitario. Pasaría a lavarse la cara antes de irse del departamento. Emma se había quedado pensando en que quizás su novio tenía razón y ella estaba siendo demasiado anticuada. Más un mensaje que entró
La asistente tomó su bolsa y salió a ver a su amiga Elena. Se habían conocido en el centro comercial un par de meses atrás. Necesitaba hablar con alguien. Necesitaba deshogar su pena y aliviar un poco su atribulada alma. Condujo llorosa hasta la villa de su amiga donde había estado un par de veces tomando café sin imaginarse la sorpresa que le tenía la vida. — Emma, ¿Qué te sucedió, amiga? ¿Por qué estás así? — La mujer pelinegra abría la puerta para recibirla. Se notaba que había llorado y mucho. — Elena, ¿Estás ocupada? ¿Puedo pasar? — Por supuesto que sí. Mírate cómo vienes. Estaba alistando a Alina por qué su padre la llevará a jugar al parque. Mi esposo es un hombre muy ocupado pero se lo prometió a la niña. A Emma se le vino de pronto las palabras del mensaje que leyó. Eran las exactas que había visto escritas en el celular de Ethan. — Elena, tú... ¿Cómo se llama tu esposo? ¿Cuál es su nombre? — El corazón le latía a mil a la bella asistente. — Su nombre es E