III
En mi vida nunca había caminado tan rápido como esta mañana, y es que, no era para menos si quería quitarme de encima aquel chico de ojos verdes que estaba por pisar mis talones. Mientras más rápido caminaba, él aumentaba aún más sus pasos... Me aterraba la idea de tener un acosador tras de mí pero de tan solo saber que es Kyle cada que miro por sobre el hombro me da un poco de calma.
— ¿No te cansas de seguirme?— Objeto dando media vuelta en el pasillo, quedando a tan solo unos pasos de la salida.
Son las 9:30 de la mañana y esa nota con nombres me cayó tan mal que me decidí por huir a un mejor lugar lo cual se resume como "casa", con mamá y sus técnicas de defensa.
Una mano sobre mi hombro me hizo emitir un grito lleno de pánico, pero el chico de cabello amarillo casi tornándose blanco de inmediato me colocó su mano libre sobre la boca para evitar llamar la atención de los demás compañeros y maestros que en su momento se encuentran en las aulas de clases, de las cuales por cierto me pude liberar excusándome con un problema intestinal. Al principio Sonia no me creyó ni un poco pero luego de que empezara a dramatizar y entrar muy a fondo en mi papel optó por no correr riesgos y envió a quien mejor le pareció para que acompañara a su peor alumna a la enfermería que terminó siendo el apuesto chico ruso que mide casi metro ochenta y frunce el ceño molesto.
—Me cansé hace dos minutos que chillaste como bebé — dice con su acento tan marcado que le hace lucir sexy. No pude evitar no babear mentalmente y es que todo en Kyle llama la atención, desde sus verdosos ojos y piel blanquecina hasta su varonil e imponente pose con la que luce muy bien su musculatura.
Kyle Ivon Volkov Smith alias el hombre de mis sueños, es el ruso más apuesto del instituto y no lo digo porque sea el único que he visto en toda mi vida ni nada por el estilo. Que no se note mi lado enamorado por favor, pero Dios así no se puede evitar pensar cosas malas... Desde el primer día de clases me puse como meta no dejar que mi amor platónico se entere de que muero por él y la verdad era muy fácil cuando no entendía ni una palabra de las que decía, pero ahora que logra entenderme se hará un poco difícil.
— ¿Cómo es que me logras entender y hablas bien?—Indago mirando su barbilla, en la cual tiene algunos vellos de pubertad apareciendo.
—Tome cursos intensivos, no es fácil estar en un lugar donde todos te hablan para molestarte cuando saben que no entiendes nada. —Hace una mueca y es la primera expresión juvenil que he visto en tanto tiempo, su rostro por lo general siempre está como una hoja en blanco.
Las chicas del instituto se morían por ello pero luego de unos meses cuando no obtuvieron bonitas palabras y miradas juguetonas lo echaron a un lado por Brandon, el chico del año pasado que llegó nuevo y se volvió el capitán de fútbol a mitad del curso.
—Oh, bueno entonces ¡Bienvenido!— Exclamo logrando una mueca desorienta de su parte— ahora suéltame que me voy de aquí — digo sin más dando media vuelta para lograr mi fechoría de salir por abajo de una de las redes de metal que cubren el instituto que está sobrepuesta como camuflaje por una parte, justo donde los chicos que hacen retos los días de fiesta de bruja entran para salirse con las suyas.
— ¿Estas asustada por lo sucedido con las chicas?— toma uno de mis mechones de cabello y juega con el como si fuera mucho más entretenido que ver mi expresión de idiota cada que dice o hace un gesto.
—No...— Miento.
Estoy cagada, ¿que nadie se da cuenta de que todas tienen un letra a en su nombre? ¿O que, la mayoría estudió en la misma sección al menos una vez durante estos cuatro años? Incluso yo estudié con varias de ellas y me tocó compartir asiento o realizar uno que otro trabajo de investigación, pueden decirme lo que quieran pero no existe nada en este mundo que cambie mi opinión de que aquí hay gato encerrado.
—Si lo estás, se nota. — Coloca su dedo índice sobre mi pecho— estás temblando y tus pupilas se dilataron cuando lo mencione— Pronuncia con una confianza propia de él, tratando de marcar un punto que no es necesario.
—Oh, claro el señor que lo sabe todo...—digo con sarcasmo y el mechón de cabello que Kyle tenía entre sus dedos frotando es jalado tan fuerte que un gritito se escapa de entre mis labios.
—Se lo que es sarcasmo, fue una de las primeras cosas que aprendí luego de pronunciar bien las palabras. Evita usarlo conmigo, bonita. — Coloca una sonrisa o al menos eso parece porque da alguito de terror la expresión en su rostro que casi siempre está libre de ellas.
— ¿Puedo irme ya?, antes de que Sonia se dé cuenta que no fuimos a la enfermería. —Esta por responder algo que queda al aire de inmediato cuando un grito sonoro resuena por los alta voces.
—Diez de la mañana, toca la noticia del día — murmuro.
Recordando que cada día a esta hora la dirección permite que Zoe Sprous, una chica bajita de ojos azules y melena rubia dé las noticias de la semana o en su caso, como es el inicio de curso debería de estar dando la bienvenida y resumen de las actividades.
Pero no llega.
Ni las noticias, ni el resumen, ni siquiera la voz de Zoe se escucha por los parlantes que están por cada pasillo del lugar. Una respiración pesada es lo segundo en ser escuchado luego de aquel grito fino de hace unos momentos, me he pegado tanto a mi compañero que siento que en este mismo instante nos volveremos una sola persona.
—Número 11.
Gruesa. Mecánica y sin vida es la voz que articula aquellas palabras antes de sonar la alarma que informa a las autoridades que algo está mal en este sitio.
IVLa policía inundó el instituto.No pasaron ni diez minutos cuando estaban desalojando las aulas de clases. Los profesores sacaron a sus estudiantes lo más rápido que pudieron, los colocaron en filas y por grupos frente a las redes de seguridad que rodean nuestra casa de estudios mientras buscaban lo que ocasionó la activación de la alarma.Un candado roto. Una chica desaparecida. Y, un cadáver.Se rumoreaba que Zoe estaba haciendo un espectáculo para obtener más seguidores en el twitter de la emisora radial que manejaba, pero luego de ver como sacaban el cuerpo inerte del vigilante de las instal
VHabía pasado ya, un largo y oscuro día lleno de malas noticias luego del lunes donde por fin el tonto bebe con pañales se atrevió a pasar entre Kyle y yo. Luego de dejarlo en su casa, la cual estaba ubicada en uno de esos barrios costosos que están fuera de la ciudad, volvimos a la nuestra para comer y ver unas películas antes de dormir.Era miércoles por la mañana.Desperté con una pereza enorme y me dispuse a vagar por la habitación decorada de peluches que mamá con mucho esfuerzo y trabajo me había regalado año tras año.Me coloqué mis pantuflas de con
VIMamá levantó un cuerpo débil y frágil del suelo de la habitación.No la culpo de quejarse la mayor parte del tiempo sobre mi falta de confianza hacia su persona, tanta como para no comunicarle sobre los recientes problemas y conflictos que estaba atravesando.Compañeras desaparecidas y sin pistas de su paradero.Una alarmante similitud en las vocales de sus nombres.Falta de un hombro amigo, pues mi querida amiga no me daba señas de volver. No escribía, no mandaba mensajes y tampoco se sabía nada sobre su familia, en nuestra última conve
VII— ¡Cuidado con esa caja!, Lana despierta por Dios.Despabile y justo a tiempo, solo quedaba poco para que la caja con las pertenencias de vidrio con las que mamá acostumbra a decorar la sala se cayera y reventara todo. En definitiva iba a ser el mayor escándalo que ella haría, tendría que soportar por meses su mal humor.Era sábado por la mañana, ya solo restaba un día para volver a clases y tenía la cabeza por las nubes de tanta tensión. Mamá rentó una pequeña cabaña a las afueras, lo suficientemente lejos para que cualquier persona de la ciudad no se atreviera a seguirnos pero a su vez cerca de la parada
VIII"La sangre escurría tras las mantas negras que yacían en frente, un hediondo olor llegó hasta mis fosas nasales y entonces giré en busca de la razón. Pegué un brinco que derribó algo detrás pero no le preste tanta atención como la que le di a los cuerpos inertes de dos chicas de cabello rubio que se encontraban en descomposición sobre el piso, un sonido extraño levemente parecido al de un reloj se hacía presente cada segundo que pasaba.—¡Corre!—Giré sobre los pies y la vi.Tenía el cabello sucio y despeinado, con un vestido blanco largo que le llegaba hasta por las rodi
IXLunes por la mañana y camino por los pasillos a paso indeciso.El sueño me está matando, las ojeras se me ven horribles y siento el cansancio como si tuviera meses así.Para colmo los demás estudiantes me han estado mirando raro desde que entre, Emma mi mejor y única amiga me bloqueó en todas las redes sociales y también parece haber cambiado el número de teléfono. Silvya, la parlanchina chica de la cabaña hizo todo lo posible por no verme e ignorarme luego de aquella conversación espeluznante en el bosque.Lo único que falta es que me envíen a la direcci&oacut
XRondaba más la duda acerca de Kyle, que el miedo como tal por mi mente.Pero su semblante serio pasó a segundo plano de inmediato, tornando en estos momentos sus mejillas rojas como tomate y dilatando sus pupilas.Lo que hizo que dejara de pensar que podría ser el culpable de algo.—Bueno, amm... Eso es una historia aburrida. — Resta importancia con su mano y enseguida su acompañante, quien nos observaba desde la puerta entra.— ¿Jenna?— la morena me mira de arriba hasta abajo, empuja a Kyle y toma con ambas manos mi rostro en busca de algo.
XINada más al llegar, mamá baja del auto corriendo y azota la puerta de la casa.Por primera vez en la vida que no veo a los fisgones pegados a las ventanas, en realidad no veo a nadie porque todo a nuestro alrededor está solo y silencioso.Miro en todas las direcciones y cuando mucho identifico uno que otro perro ladrando a lo lejos, pero sus dueños no salen.Esto es como de película de terror.Y, yo odio las películas de terror.Bajo del auto a buscar a mamá y la encuentro recogiendo ropa que se le